sábado, 3 de agosto de 2019

AUTONOMIA UNIVERSITARIA Y ELECCIONES

AUTONOMIA UNIVERSITARIA y ELECCIONES

Genaro Mosquera C

Desde el inicio de la década de los años sesenta emergió la universidad pública venezolana sustentada en el principio de la autonomía, es decir, el derecho inalienable de auto gobernarse, elegir a sus autoridades y conducir los procesos de enseñanza profesional y la investigación de manera propia, pero con los recursos asignados por el Estado y regimentados por el Consejo Nacional de Universidades y recursos generados de sus propios procesos de investigación e innovación.

Ante la aparición del socialismo en Venezuela, la presión desde el inicio del gobierno fue grande y se intentó por diferentes medios el apoderamiento del sistema universitario  que ante los  muchos obstáculos inducidos por la universidad siempre combativa  la estrategia oficial fue intervenir las experimentales que podía, y diversificó los centros de estudios en una masificación populista y engañosa, de tal manera que se crearon más de doscientas  universidades las cuales han graduado más de un  millón de personas con títulos cuya calidad es cuestionada.

La presión y mecanismos de apoderamiento a través de la estrategia oficial montada y ejercida por el Tribunal Supremo de Justicia cambio las reglas de juego para la elección de las autoridades los cuales se opusieron a la medida con declaraciones ocasionales formuladas en su esencia sobre el discurso y defensa de la autonomía universitaria, la preservación de la llamada cultura de paz y del cambio no violento.

En once años no se han hecho elecciones de autoridades universitarias y las actuantes cuyo periodo vencía en el año 2008 permanecen en sus cargos independientemente del deterioro de la infraestructura y académica, condicionada esta última por el éxodo de más de la mitad de la fuerza docente y de investigación y la merma estudiantil que ya alcanza menos del cincuenta por ciento de las matriculas regulares.

Las autoridades universitarias para lograr la supervivencia institucional han hecho concesiones al régimen permaneciendo en el Consejo Nacional de Universidades (CNU) e intercambiando con los ministros de turno a cambio de su presunta estabilidad, de funcionar con  presupuestos mermados los cuales como un efecto directo han deteriorado la estructura docente que tiene ingresos medios por debajo de los quince dólares mes y como consecuencia directa, sometidos a la deserción obligada y al deterioro de su decoro profesional. Los gremios hicieron de la merma salarial una bandera y pregonan sistemáticamente las justas reivindicaciones usando los tradicionales paros y manifestaciones localizadas y comunicados de rigor.

Las autoridades universitarias no estimularon la convocatoria a elecciones fundamentadas en las penas que impondría el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y de alguna manera ocurrieron inútilmente a la vía jurídica oponiendo la ilegalidad de las restricciones impuesta para la celebración de elecciones de sus autoridades. Esta actitud ha sido cuestionada públicamente por la permanencia en los cargos, el reemplazo por suplentes de los que se han ido y por su tímida relación con el régimen que muchos califican de colaboradora en aras de la supuesta paz del sistema. Los estudiantes siempre contestatarios si las hicieron. Retan permanente el régimen celebrando elecciones de sus centros estudiantiles y federaciones en actitud combativa y tienen voz trascendente en el pueblo. Buen ejemplo de autonomía que las autoridades deben replicar y acompañar a la comunidad universitaria que así lo desea y reflejar al país la resistencia a un modelo de gobierno absolutamente contrario a los valores universitarios.

Este evento reciente de defensa de la autonomía celebrado en el Aula magna parecía una obra de bien montada con dirigentes universitarios seleccionados incluyendo a una menguada representación de la AN. Cuidadosamente hablaron de la autonomía, de los bajos ingresos e hicieron planteamientos redundantes sobre la calidad educativa y pusieron énfasis de no llevar a cabo elecciones con las normas oficiales impuestas. El mensaje subyacente fue de elegir autoridades solo con la reglamentación derivada de la Ley de universidades, cosa que nunca ocurrirá, y mientras este régimen exista seguirán en los cargos hasta que exista un nuevo gobierno o modelo político.

En lamentable que en un escenario tan nutrido de universitarios no se dijeron verdades, tales como: la usurpación, la salida del régimen, los presos políticos, la represión y la estrategia de desestabilización de países hermanos, y la violación de los derechos humanos. Los discursos leídos no tuvieron sentido trascendente dentro de la perspectiva de cambio en la educación superior que requiere una revisión integral tales como: cambiar los instrumentos legales para revisar la organización de las universidades existentes, redundantes e improvisadas, de cómo manejar el tema de tantos profesionales mal preparados y sin competencia real, con profesores que abandonaron la universidad y de procesos de investigación inexistentes.

Queremos ver a una universidad que se ajuste a la Constitución y las Leyes, que celebre elecciones autónomas de manera inmediata, con nuestros reglamentos, que se pronuncie contra el hambre, la depauperación, que haga la denuncia objetiva y fije las pautas rectoras para un Venezuela mejor. Una universidad que sea reflejo de la esperanza de cambio que tenemos los venezolanos.

Noviembre, 2019