UNIVERSIDAD Y
PANDEMIA
Genaro Mosquera C.
Prestigiosas redes sociales,
relevantes instituciones y personalidades especializadas informan que el
sistema de salud de Venezuela está totalmente destrozado, y que no estaría en
condiciones de asistir a los miles de personas que podrían padecer el COVID-19
cuyo impacto “sería importante, ya que son precarios los recursos, tal y como
lo había dicho la presidenta de la Sociedad Venezolana de Infectologia, María
Graciela López. Para José Oletta, ex
Ministro del área, la actual estructura de salud es sumamente precaria: “Está
extremadamente débil, no puede atender lo cotidiano, menos una situación de
emergencia como la que significa una enfermedad emergente”.
En el primer hospital y el centro
especializado más grande de la ciudad, el Hospital Clínico Universitario los
insumos y el material con el que tendrán que trabajar son absolutamente
insuficientes y van a escasear rápidamente y no tiene ni la capacidad
necesaria, y menos aún, no podrá atender las emergencias ya que ni siquiera
pueden eventualmente atender a las que llegan continuamente por muchas
dolencias.
En resumen, el sistema sanitario
del Socialismo del Siglo XXI no podrá hacer frente ni siquiera a un brote leve
de una epidemia como ya ha sido demostrado, en realidad, nos enfrentamos a una
pandemia de crecimiento exponencial donde la mayor parte de la población se
contagiará, muchos se recuperarán, pero también muchos morirán. El régimen lo
sabe y por tanto su respuesta es la represión, ocultamiento de la información y
la intimidación. Lanza a sus perros de la guerra a controlar el hambre, la
ausencia de ingresos, la falta de comida, la rabia de ver morir por falta de
medicinas a sus familiares mostrando la prepotencia de un perdonavidas y la
sumisión a la medicina cubana.
Llegó la epidemia el cual se
convirtió en pandemia y toma al régimen de sorpresa sin previsión alguna,
niegan desde el principio la existencia de la epidemia hasta que la realidad
impide su ocultamiento y solo toman medidas inducidas por su estilo autoritario
privilegiando al militarismo frente a los equipos de salud que son maltratados,
encarcelados y dejados de lado y como si fuera poco, sustituidos por médicos
integrales y cubanos incompetentes.
La enfermedad se ha convertido en
un torrente de infectados cuyo comportamiento sigue leyes exponenciales, y da
como resultado que el número de casos alcanzará al 85% de la población. Los
expertos afirman que tendrá una segunda y tercera ola las cuales entrarán en un
proceso de deterioro de la salud que produce una mortalidad media comprendida
entre el 1% y el 3% especialmente en personas en condición de pobreza
generalmente deteriorada por otras enfermedades o simplemente, rebasadas por
una edad avanzada lo cual los hace vulnerable al virus chino.
El covid-19 continuará
expandiéndose exponencialmente y producirá indirectamente efectos en los
sistemas productivos que generan otras crisis de carácter económico agravando
la crisis social.
En Venezuela, el régimen se ha
caracterizado por la destrucción del aparato productivo, su dependencia de
países comunistas y la obediencia al gobierno cubano. La resultante ha sido el
sometimiento de la población, al éxodo y penuria, de la población, acompañado
de un sistema de salud en ruinas que ha producido el efecto adverso y poco
propicio en el sistema sanitario para atender una pandemia de la naturaleza de
este virus.
Qué hacer frente a la
incompetencia del régimen que solo por la fuerza y regalías quiere controlar la
pandemia, solo queda la disposición y deseo de la población, de llevar a cabo
procesos individuales de defensa y contención, de escapar de la contaminación,
pero cuando lo alcance, donde irá para mitigar su mal o simplemente morir. Es
hora que la sociedad civil adquiera la conciencia pública y la debida dimensión
colectiva y va a requerir algo más que discursos y, declaraciones, es decir,
apoyo concreto institucionales que estén fuera del radio de alcance y control
de la dictadura.
Ante esta situación, es
absolutamente pertinente el apoderamiento del tema por parte de la sociedad
civil organizada al estar clara la incapacidad gubernamental para atender la
pandemia, la mentira en el ocultamiento de la información verdadera y el uso político
que está haciendo del tema, lo cual hace imperativo intentar poner en práctica
acciones para enfrentar lo que el régimen no ha podido llevar a cabo.
La universidad siempre ha estado
presente en situaciones extremas de la sociedad venezolana y es hora de su
participación necesaria e imprescindible. En los últimos años se ha dedicado a
la producción de profesionales y relativamente ha perdido su vocación rectora
de las políticas públicas, la han forzado a arrodillarse, la han limitado más
fuertemente mediante restricciones financieras los cuales han tenido impacto directo
en lo más importante para ella, el desarrollo de la investigación científica.
Sus líderes perdieron el norte,
se limitan a graduar profesionales y se escurren de la realidad política, se
repliegan ante cualquier crisis en actitud francamente colaboracionista al
régimen para tener una excusa de que no ser así, será sacrificada la
universidad autónoma y en consecuencia dejan de lado muchas iniciativas,
reconociendo que compiten inútilmente con
la política del régimen especialmente cuando desarrollan el plan
alternativo de crear falsos centros de
estudios que no llegan a cubrir los perfiles profesionales de una educación
superior de calidad y mucho menos
científica a cambio de la ideologización comunista.
La universidad debe reaccionar,
tiene espacios adecuados, tecnología, facultades y centros especializados, casi
de cualquier cosa que tenga que ver con la ciencia, salud, ingeniería,
arquitectura, derechos sociales, producción e investigación avanzada, esta
última limitada por las trabas oficiales, el éxodo profesional y la enorme
cantidad de retirados que están en sus casas desaprovechando sus conocimientos,
especialmente en estos tiempos de crisis.
La universidad debe puede tomar
iniciativas ante el fracaso oficial. Montar centros de atención automatizados
de atención pública tales como requerimientos a través de las redes y sus
derivados tecnológicos de comunicación para atender el llamado de personas que
tienen problemas afectadas por la pandemia y ayudar a reconducirlos a salas de
emergencia montados en la universidad con la ayuda empresarial, de sus
egresados y la ayuda humanitaria que tiene y no cabe duda que la tiene el
gobierno transitorio.
Centros de atención atendidos por
sus estudiantes y profesores, que faciliten el diagnóstico, traslado de potenciales
contagiados en los medios de transporte de su comunidad, que se los atienda con
la ayuda de miles de profesores y estudiantes avanzados dispuestos a ello, con
equipos propios, donados o prestados. Equipos organizados que atiendan con sus
psicólogos y terapeutas a personas encerradas en sus casas, que sus
trabajadores sociales, sociólogos y de áreas sucedáneas ayuden a conseguir
alimentos de la ayuda humanitaria o de los cientos de miles dispuestos a
ayudar, de profesionales que ayuden al consuelo y angustia derivada de la
incertidumbre de la pandemia, de abogados o estudiantes que canalicen los
procedimientos de actas de defunción y deposición adecuada, que asesoren y
aminoren la angustia familiar, mediante los
conocimientos de médicos infectologos y de los centros de investigación
que se activen para manejar las redes científicas que proporciones ayuda práctica.
Es decir, una movilización especializada comprometida con su pueblo, dirigida
por un liderazgo universitario que salga de su burbuja y en coordinación con la
sociedad civil, y que cumpla con los juramentos y compromisos tomados cuando
fueron elegidos hace más de una década. Todo ello extensivo a la alta capacidad
de sus instituciones de protección gremial y de las organizaciones de sus egresados,
potencial humano no despreciable en estos tiempos de crisis.
Demos un ejemplo de superación y
atención ciudadana, rebasemos a la dictadura, lideramos a un pueblo que
necesita ayuda y no represión, que requiere ayuda profesional venezolana que
tenemos frente a los chulos cubanos que nos han invadido, que usan sus trucos y
se apropian de los que no es de ellos. La iniciativa ciudadana puede más que la
dictadura, y que finalmente por el daño infringido la población los echará del
poder por haber destruido al país, por incompetentes, criminales organizados y
corruptos.
25 marzo, 2020
Indiferencia universitaria
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