miércoles, 25 de marzo de 2020

UNIVERSIDAD Y PANDEMIA

UNIVERSIDAD Y PANDEMIA

Genaro Mosquera C.

 

Prestigiosas redes sociales, relevantes instituciones y personalidades especializadas informan que el sistema de salud de Venezuela está totalmente destrozado, y que no estaría en condiciones de asistir a los miles de personas que podrían padecer el COVID-19 cuyo impacto “sería importante, ya que son precarios los recursos, tal y como lo había dicho la presidenta de la Sociedad Venezolana de Infectologia, María Graciela López.  Para José Oletta, ex Ministro del área, la actual estructura de salud es sumamente precaria: “Está extremadamente débil, no puede atender lo cotidiano, menos una situación de emergencia como la que significa una enfermedad emergente”.

En el primer hospital y el centro especializado más grande de la ciudad, el Hospital Clínico Universitario los insumos y el material con el que tendrán que trabajar son absolutamente insuficientes y van a escasear rápidamente y no tiene ni la capacidad necesaria, y menos aún, no podrá atender las emergencias ya que ni siquiera pueden eventualmente atender a las que llegan continuamente por muchas dolencias.

En resumen, el sistema sanitario del Socialismo del Siglo XXI no podrá hacer frente ni siquiera a un brote leve de una epidemia como ya ha sido demostrado, en realidad, nos enfrentamos a una pandemia de crecimiento exponencial donde la mayor parte de la población se contagiará, muchos se recuperarán, pero también muchos morirán. El régimen lo sabe y por tanto su respuesta es la represión, ocultamiento de la información y la intimidación. Lanza a sus perros de la guerra a controlar el hambre, la ausencia de ingresos, la falta de comida, la rabia de ver morir por falta de medicinas a sus familiares mostrando la prepotencia de un perdonavidas y la sumisión a la medicina cubana.

Llegó la epidemia el cual se convirtió en pandemia y toma al régimen de sorpresa sin previsión alguna, niegan desde el principio la existencia de la epidemia hasta que la realidad impide su ocultamiento y solo toman medidas inducidas por su estilo autoritario privilegiando al militarismo frente a los equipos de salud que son maltratados, encarcelados y dejados de lado y como si fuera poco, sustituidos por médicos integrales y cubanos incompetentes.

La enfermedad se ha convertido en un torrente de infectados cuyo comportamiento sigue leyes exponenciales, y da como resultado que el número de casos alcanzará al 85% de la población. Los expertos afirman que tendrá una segunda y tercera ola las cuales entrarán en un proceso de deterioro de la salud que produce una mortalidad media comprendida entre el 1% y el 3% especialmente en personas en condición de pobreza generalmente deteriorada por otras enfermedades o simplemente, rebasadas por una edad avanzada lo cual los hace vulnerable al virus chino.

El covid-19 continuará expandiéndose exponencialmente y producirá indirectamente efectos en los sistemas productivos que generan otras crisis de carácter económico agravando la crisis social.

En Venezuela, el régimen se ha caracterizado por la destrucción del aparato productivo, su dependencia de países comunistas y la obediencia al gobierno cubano. La resultante ha sido el sometimiento de la población, al éxodo y penuria, de la población, acompañado de un sistema de salud en ruinas que ha producido el efecto adverso y poco propicio en el sistema sanitario para atender una pandemia de la naturaleza de este virus.

Qué hacer frente a la incompetencia del régimen que solo por la fuerza y regalías quiere controlar la pandemia, solo queda la disposición y deseo de la población, de llevar a cabo procesos individuales de defensa y contención, de escapar de la contaminación, pero cuando lo alcance, donde irá para mitigar su mal o simplemente morir. Es hora que la sociedad civil adquiera la conciencia pública y la debida dimensión colectiva y va a requerir algo más que discursos y, declaraciones, es decir, apoyo concreto institucionales que estén fuera del radio de alcance y control de la dictadura.

Ante esta situación, es absolutamente pertinente el apoderamiento del tema por parte de la sociedad civil organizada al estar clara la incapacidad gubernamental para atender la pandemia, la mentira en el ocultamiento de la información verdadera y el uso político que está haciendo del tema, lo cual hace imperativo intentar poner en práctica acciones para enfrentar lo que el régimen no ha podido llevar a cabo.

La universidad siempre ha estado presente en situaciones extremas de la sociedad venezolana y es hora de su participación necesaria e imprescindible. En los últimos años se ha dedicado a la producción de profesionales y relativamente ha perdido su vocación rectora de las políticas públicas, la han forzado a arrodillarse, la han limitado más fuertemente mediante restricciones financieras los cuales han tenido impacto directo en lo más importante para ella, el desarrollo de la investigación científica.

Sus líderes perdieron el norte, se limitan a graduar profesionales y se escurren de la realidad política, se repliegan ante cualquier crisis en actitud francamente colaboracionista al régimen para tener una excusa de que no ser así, será sacrificada la universidad autónoma y en consecuencia dejan de lado muchas iniciativas, reconociendo que compiten inútilmente con  la política del régimen especialmente cuando desarrollan el plan alternativo  de crear falsos centros de estudios que no llegan a cubrir los perfiles profesionales de una educación superior  de calidad y mucho menos científica a cambio de la ideologización comunista.

La universidad debe reaccionar, tiene espacios adecuados, tecnología, facultades y centros especializados, casi de cualquier cosa que tenga que ver con la ciencia, salud, ingeniería, arquitectura, derechos sociales, producción e investigación avanzada, esta última limitada por las trabas oficiales, el éxodo profesional y la enorme cantidad de retirados que están en sus casas desaprovechando sus conocimientos, especialmente en estos tiempos de crisis.

La universidad debe puede tomar iniciativas ante el fracaso oficial. Montar centros de atención automatizados de atención pública tales como requerimientos a través de las redes y sus derivados tecnológicos de comunicación para atender el llamado de personas que tienen problemas afectadas por la pandemia y ayudar a reconducirlos a salas de emergencia montados en la universidad con la ayuda empresarial, de sus egresados y la ayuda humanitaria que tiene y no cabe duda que la tiene el gobierno transitorio.

Centros de atención atendidos por sus estudiantes y profesores, que faciliten el diagnóstico, traslado de potenciales contagiados en los medios de transporte de su comunidad, que se los atienda con la ayuda de miles de profesores y estudiantes avanzados dispuestos a ello, con equipos propios, donados o prestados. Equipos organizados que atiendan con sus psicólogos y terapeutas a personas encerradas en sus casas, que sus trabajadores sociales, sociólogos y de áreas sucedáneas ayuden a conseguir alimentos de la ayuda humanitaria o de los cientos de miles dispuestos a ayudar, de profesionales que ayuden al consuelo y angustia derivada de la incertidumbre de la pandemia, de abogados o estudiantes que canalicen los procedimientos de actas de defunción y deposición adecuada, que asesoren y aminoren la angustia familiar, mediante los  conocimientos de médicos infectologos y de los centros de investigación que se activen para manejar las redes científicas que proporciones ayuda práctica. Es decir, una movilización especializada comprometida con su pueblo, dirigida por un liderazgo universitario que salga de su burbuja y en coordinación con la sociedad civil, y que cumpla con los juramentos y compromisos tomados cuando fueron elegidos hace más de una década. Todo ello extensivo a la alta capacidad de sus instituciones de protección gremial y de las organizaciones de sus egresados, potencial humano no despreciable en estos tiempos de crisis.

Demos un ejemplo de superación y atención ciudadana, rebasemos a la dictadura, lideramos a un pueblo que necesita ayuda y no represión, que requiere ayuda profesional venezolana que tenemos frente a los chulos cubanos que nos han invadido, que usan sus trucos y se apropian de los que no es de ellos. La iniciativa ciudadana puede más que la dictadura, y que finalmente por el daño infringido la población los echará del poder por haber destruido al país, por incompetentes, criminales organizados y corruptos.

25 marzo, 2020


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