ENCUESTAS,
CREDIBILIDAD Y OPINIÓN PÚBLICA
Genaro Mosquera Castellanos*
Desde hace mucho tiempo se ha
destacado el derecho a consultar a lo opinión pública con múltiples propósitos
y objetivos, pero especialmente en materia de medición de la gestión de
gobierno y el uso de indicadores estadísticos para la formulación de políticas,
generación de estrategias e incluso para la elaboración de leyes y reglamentos.
Todo ello, basado en la percepción que tiene la población para orientar los
debates y las decisiones a tomar en diversidad de materias.
A partir de una encuesta sobre
los valores, encontraremos ciertamente algunos de carácter común basados en
referencias culturales, históricas y sociales similares. No obstante, en razón
de contextos diferentes (económico, religioso, educativo, político, perspectiva
filosófica y experiencia histórica en materia tecnológica y científica),
podemos esperar también grandes variaciones de los valores entre diferentes
estratos, y también entre subgrupos.
La ciencia estadística no es un
mundo aparte
La experiencia revela que la
ciencia y la tecnología no interesan únicamente a una pequeña parte del público
particularmente formada para abordar este tema como es el caso de los
profesionales y estudiantes de Estadística como Ciencia, por el contrario,
quienes manifiestan opiniones comprometidas sobre estas cuestiones tienen la
tendencia a ser «generalistas»: personas que se interesan por asuntos públicos
en un sentido amplio, incluyendo el del área política, especialmente dentro del
contexto de las condiciones actuales donde se viven tiempos agitados en
política.
El tema de las encuestas
Debemos partir de la base que es
verdad sociológica, que ninguna encuesta refleja la realidad, sino la realidad
de quien las hace sobre lo que quiere investigar. Aunque el azar tiene cierto
grado de reflejo de la situación existente, todo en una encuesta depende de su
diseño conceptual, de la metodología empleada en la selección de la muestra, a
quién se le pregunte, cómo se pregunte y qué se pregunta. Por ello, es
necesario saber distinguir entre aquellas organizaciones profesionales y
aquellas organizaciones utilizadas como una forma de orientar la opinión para
complacer a su clientela. Al final, la encuesta es un reflejo de una situación
particular o conocer en lo posible una tendencia, y lo primero que debe quedar
claro es que los medios y las empresas o instituciones de medición deben como
nunca defender la ética profesional y que se pueda confiar en quienes se han
ganado el prestigio profesional con base en ejercer la misma en búsqueda de la
verdad.
La ética en los estudios de
opinión
La necesidad de ética en su
sentido más puro es reclamada por la opinión pública, especialmente para las
empresas encuestadoras, de los líderes de todas las áreas, y especialmente en
temas cruciales como el diseño de las políticas electorales, económicas y
sociales. Esta idea de la ética se asocia a los valores morales, que, de no
preservarse, o incluso la indiferencia han facilitado las prácticas corruptas
que están causando enorme daño.
Los valores éticos enfocados
hacia la anticorrupción, igualdad, solidaridad, y cooperación, son esenciales y
deben ser cultivados cuidadosamente en el sistema educativo en todos sus
niveles, y a través de ejemplos de los líderes, la responsabilidad social de la
empresa, la función pública, las organizaciones voluntarias, y el desarrollo de
la solidaridad en general. Es fundamental al respecto, el papel que puede jugar
la educación en todos sus ámbitos y particularmente en las Universidades, donde
las nuevas generaciones de profesionales deben ser preparadas a fondo en sus
responsabilidades éticas.
Los efectos indeseables de las
encuestas de opinión
La aplicación de los resultados
de los estudios de opinión carentes de ética, con metodologías aplicadas fuera
del contexto de la ciencia estadística, producen perturbaciones importantes en
sus resultados y correlativamente inducen decisiones igualmente perturbadas que
impactan a la sociedad de manera absolutamente inconveniente a los intereses de
la comunidad y obviamente dependiente del impacto que puede tener como
consecuencia de las variables manejadas y el impacto social o económico que
pueden producir.
En el diseño de muestreo de los
estudios, si no se hacen las previsiones de carácter teórico y de
procedimientos de estimación sujetos a la rigurosidad estadística, se corre el
riesgo de introducir elementos indeseables en las encuestas de opinión pública.
Por ejemplo, es clásico y de vieja data el uso de las encuestas de hogares a
escala nacional, regional, y de ciudades para la obtención de estimadores de
realidades socio económicas, incluso de carácter electoral. Las proporciones de
población por tramos de edad sectorizadas por grupos, parroquias, barrios,
manzanas y sectores son ponderadas por el peso, es decir, por el tamaño de los
diferentes estratos con afijaciones generalmente proporcionales. Pero que pasa,
si esos diseños se mantienen congelados en el tiempo, si las variaciones
demográficas no se toman en cuenta y adicionalmente, las bases de datos
oficiales entran en completa contradicción, como es el caso que las
estimaciones de población del INE las cuales no coinciden con las del Registro
Electoral cuyos datos son a escala de parroquia superiores a las del INE,
obviamente los factores de expansión cambian. Los resultados de las
estimaciones serán significativamente diferentes dependiendo de los factores de
expansión y como consecuencia de ello, el resultado de la Encuesta de opinión
tendrá evidentes distorsiones que afectaran el curso de acción de las
decisiones a tomar.
Conclusiones
• Hemos
examinado un modelo de estudio de opinión basado en el profesionalismo ético y
objetivo, sustentado en la Teoría Estadística, fundamentalmente el muestreo
estadístico y el diseño de investigaciones probabilísticas. Ello da origen al
conocimiento científico de una realidad concreta de manera objetiva y diseñada
por Estadísticos con la debida formación especializada. Frente a ello, la falta
de confianza en los patrocinantes y sus ejecutores, representados por
instituciones o empresas cuyos diseños de investigación pueden resultar de
dudosas metodologías donde se inducen resultados enmarcados en intereses
subalternos que pretenden influir en los estudios de opinión con objetivos
socio políticos enmarcados en modelos funestos o al menos inconvenientes a la
sociedad.
• El
Análisis de resultados de las investigaciones publicados por empresas o
instituciones desarrolladas sin el rigor muestral debido generan desconfianza
en la comunidad e incluso pueden engañar a sus patrocinantes o a los objetivos
de una investigación en particular. Este enfoque induce al desprestigio y a la
dependencia de intereses subalternos interesados.
• La
proliferación de entes de investigación enmarcados en los últimos aspectos
descritos determinan violaciones a los valores y a la ética social, empresaria;
incluso de las propias instituciones, es por ello, que es necesario que
nuestras universidades puedan a través de los procedimientos apropiados ejercer
una acción contralora de los métodos, diseños, procedimientos y mecanismos de
control de calidad de las encuestas a objeto de garantizar la idoneidad de los
productos de las encuestas de opinión. En otros sectores se aplican auditorias
económico financieras, control de los estudios actuariales para la fijación de
las políticas de riesgo, control de calidad de productos en proceso y
terminados, contraloría de entes y organizaciones de variada índole. Entonces
igualmente la universidad necesita estimular la creación de los organismos
calificadores de riesgo y calidad de las Encuestas de Opinión que de manera
generalizada se hacen en el país. -