sábado, 31 de julio de 2021

 


LA PERDIDA DEL VALOR DEL TRABAJO

Genaro Mosquera

Trabajadores universitarios, es la nueva etiqueta que impuso el régimen a los profesores universitarios; esta decisión no es un problema de nombre, se trata que la nómina pasó directamente a control del Ejecutivo y nos vincula operativamente y obligatoriamente con la plataforma patria. El régimen ahora es el patrono, dejando de lado a las autoridades universitarias. Este paso es uno de los tantos que el régimen viene implementando en detrimento de la autonomía universitaria que ha sido dejada de lado, en efecto, impone las carreras a estudiar, decide quien, donde y qué estudiar, introduce a las comunas en la administración universitaria, incorpora el control total del sistema en base a la abundante reglamentación centralizada, entre ellas, la manera de elegir a sus autoridades. Obviamente, hay más medidas, pero me limitaría a la más relevante para poner en contexto el primer tema, es decir, la pérdida del valor del trabajo.

La Estrategia diseñada por el régimen ha sometido a la población docente y de investigación a un mecanismo salarial tan deprimente que un profesor titular que ha llegado a la máxima escala en la universidad percibe diez dólares promedio por mes, el resto de los docentes, que no tienen esa categoría y que son la mayoría, van de 3 a 5 dólares promedio-mes. En otras palabras, impusieron una política de hambre acompañada de la ausencia de la imprescindible seguridad social que por lo demás, ha sido contributiva por parte de la comunidad quien paga una proporción de su miserable remuneración a un fondo para disponer por último de su jubilación y garantía de protección social acorde con los niveles alcanzados. Pues bien, esos fondos fueron eliminados y los saldos financieros que quedaron pasaron a manos de las eternas autoridades universitarias quienes los administran por su propia cuenta dejando de lado a los gremios que debieron tener corresponsabilidad administrativa y con sus actuaciones introducen el riesgo de abuso en la gerencia de los benéficos y propósitos que esos fondos tienen. Como colofón, las prestaciones sociales, derechos laborales estatuidos, por efectos de la inflación se depreciaron de tal manera que su monto es absolutamente ridículo cuando se liquida al personal o simplemente pasa a la jubilación.

La política salarial como elemento de control por parte del régimen ha reducido la capacidad económica y familiar de docentes e investigadores a la categoría de hambre, ha terminado con las meritocracia y competencias enmarcadas en la Ley de Universidades, ha aplastado la condición de un académico y lo ha hecho deliberadamente objeto de sumisión. Incluso lo ha expuesto a la odiosa comparación con otros segmentos de trabajadores cuyos ingresos son superiores en promedio al de un profesor, es así que un trabajador domestico percibe en un día lo que un profesor en un mes; un trabajador liberal en cualquiera de sus modalidades gana entre 30 y40 dólares diarios sin incluir los beneficios que representan la colocación de partes y repuestos comprados en beneficio propio a los comerciantes del área.

Este aplanamiento de los ingresos ha sido deliberado y no permiten el acceso a la economía domestica a menos que haga como me dijo una profesora en estos días, “para sobrevivir tengo obligatoriamente que matar tigres”, esta expresión incluye cualquier cosa, desde reposteros, hasta vendedores de cualquier bien o servicio. En general también se vive de las remesas de familiares cuyo monto difícilmente excede en promedio los cien dólares mes sacrificando estos los exiguos ingresos de sus empleos en el exterior cuyo costo hora se ubica en el simbólico diez dólares-la hora, vs los 10 dólares- mes percibidos como máximo en es país. Las remesas monetarias y en especies de más de dos millones de exilados económicamente activos, cubren buena parte la economía doméstica, y contribuyen con el pago local de servicios de cualquier nivel, el cual va a las manos de emprendedores o vendedores de servicios contribuyendo a funcionar a una economía marginal dolarizada.

Sobre este último aspecto, la economía comercial, cuyos márgenes de beneficio son esencialmente especulativos dada la circunstancia que los bienes importados no pagan arancel como política oficial, los venden a precios del mercado internacional, y en algunos casos sobre un veinte por ciento de esos precios. Se da el caso que la hiperinflación hace crecer los mismos en bolívares de manera mas que exponencial, día a día, y también se da el insólito caso que en el país el dólar también sufre de inflación. No me refiero al sector industrial casi inexistente, o los que pertenecen a empresas expropiadas, que venden sus productos finales en el mercado nacional en dólares. En contradicción con las políticas comerciales internacionales, las empresas nacionales pagan a sus empleados no más allá de un cinco por ciento de su nómina. En otras economías internacionales, las empresas destinan casi la cuarte parte, es decir, mas de un veinticinco por ciento en la nómina acompañados de incentivos como contraparte a la remuneración de su talento.

El efecto directo, de esta práctica especulativa es la apropiación de los salarios del trabajador cuya práctica discursiva ha sido tan combatida mentirosa e ideológicamente por el régimen. Este no chista ante tal robo por conveniencia, ajustada a su política de hambre y control de la población. Los gremios empresariales informan públicamente y con desparpajo que pagan siete veces lo que paga el sector público. Tamaño argumento, todos destinan sus recursos excedentarios a enriquecerse y a especular al trabajador venezolano.

Negociaciones van y vienen entre el régimen y la oposición oficial, ahora enriquecida con la participación del máximo gremio empresarial favoreciendo al régimen para mantenerse en el poder, contribuyendo en la defensa de las elecciones regionales y la legitimación nacional e internacionalmente del régimen,  y a otros, a sacar provecho de una negociación para validar presuntamente al sistema democrático y cooperar con el preservando el status quo del régimen consolidando su permanencia en el poder de un modelo fracasado; contribuyen a asegurar sus objetivos a mediano plazo especialmente de sus intereses y lograr ese empresariado un pretendido acercamiento al poder  sustentado en la participación colaboracionista.

No se termina de entender que, si no se cambia el modelo económico y de gobernanza la economía no arrancará nunca, especialmente si la misma no se sustenta en la recuperación del valor perdido del trabajo. El trabajo se depreció tanto que no vale la pena emplearse en la economía formal, se da preferencia a la informal y a la iniciativa propia a través de los mecanismos del emprendimiento individual, dejando claro que, la seguridad social que había sido prevista legalmente  ya no tiene sentido, que la oficial tampoco sirvió y en consecuencia, el que no tiene seguros médicos no podrá atender sus problemas de salud y mucho menos de mantenimiento personal, incluyendo las emergencias médicas y, lo más seguro es que ante tal circunstancia  acompañará a los más afectados por el  Conavirus.

No podemos vivir de la fantasía del discurso inútil como el que vimos en estos  días en la entidad gremial empresarial donde el régimen hizo gala del discurso magnánimo y seductor, los nuevos directivos pronunciaron elegantes discursos de colaboración, en realidad, se hacen cómplices de un régimen criminal,  defienden el sistema comercial y de los servicios, porque no tienen competencia industrial y con ligeras excepciones no producen bienes, mas bien los importan para desarrollar una gestión comercial especulativa y poco les importa desfavorecer la producción industrial marginal  e ineficiente, incluyendo al sistema empresarial expropiado cuyas empresas o están quebradas o no funcionan de manera productiva con las limitaciones que tienen  de mantenimiento, mala operación por falta de formación de sus funcionarios,  o por incompetencia  supina.

Es entonces determinante una nueva estrategia. ¿Como empezamos?, por el trabajo universitario, su rescate es prioritario, es necesario rechazar la reglamentación que limita su desarrollo y verdadera autonomía. fijar el objetivo de nivelar las remuneraciones de los trabajadores a una escala equivalente a la de los países vecinos, bajarle el copete a empresarios y emprendedores mediante los debidos controles a la especulación, abordar la ingente tarea de recuperar la libertad y reconstruir a un país que se hizo pedazos.

No se trata de cubrir las apariencias electorales y legitimar de este modo a una falsa democracia, se trata de cambiar un sistema represivo, el modelo económico, social y político del país, cambiar el extremismo por el liberalismo del mercado. Ello jamás se va a lograr con negociaciones, el poder no se cede, cualquier debilidad lo socaba y en consecuencia el régimen jamás estará dispuesto a dejarlo no solo para proteger a sus ductores internacionales, favorecerlos  en su banal discurso demagógico, sino  de proteger sus intereses mal habidos los cuales se han vinculado con intereses foráneos aprovechadores en la fiesta que los legitima, consolidar la corrupción y el manejo del poder apoyado en las armas de la represión y la violación de los derechos humanos

Solo queda un camino, rebelarse ante el estado de cosas, presionar sin límites la salida del régimen, buscar la libertad denegada, asumir valientemente que lo lograremos o desgraciadamente estaremos sometidos a los intereses comunistas y/o globalistas administrados localmente por un régimen usurpador. ¿En cuál modelo nos inscribiríamos?, yo diría que en el de la libertad sin condiciones

sábado, 24 de julio de 2021

 


OFENSIVA UNIVERSITARIA

Genaro Mosquera

Desde hace décadas las comunidades educativas venezolanas se opusieron a la ideologización de las instituciones y de sus diseños curriculares. Vencieron (con mis hijos no te metas) sistemáticamente las pretensiones del régimen. Se pasó a la ofensiva mediante la confluencia de dirigentes universitarios, tecnológicos, asociaciones educativas, sindicatos y gremios. Fue una experiencia unitaria que puso freno por algún tiempo a las pretensiones del régimen de crear una educación socialista.

Ante los hechos, el régimen cambió de táctica; poco a poco, fueron haciendo ajustes y, veinte años después, han llegado a producir tantos cambios que la educación ya no existe de la forma como ella fue concebida y que produjo significativos resultados a la sociedad venezolana. Esos ajustes han llegado a la universidad venezolana, cuyos esquemas de funcionamiento han sido afectados. dada la pérdida de su autonomía, de sus objetivos, y la destrucción la su infraestructura la cual ha sido intensa y que para su recuperación no solo se requiere de una nueva estrategia de desarrollo, ir a un modelo educativo, posmoderno, aplicar ingentes recursos extraordinarios, y un gran esfuerzo de voluntad para su reconstrucción.

Frente a la crisis país, la afectación del sistema educativo, y la neutralización del paradigma universitario ha sido considerable, se ha visto claramente la reducción de su talento, favoreciendo el abandono de sus aulas, el éxodo y la paralización ayudado por el confinamiento. Lo poco que quedó del sistema fue mantenerlo en apariencia, sostenido por una supuesta educación a distancia que se apoya en un mecanismo usado para otros menesteres como son las video conferencias y que, sumado a la ausencia de métodos, articulación académica y la deprimente red comunicacional intervenida e ineficiente. Todo se ha eclipsado y ha llegado a una situación que está afectado a toda la comunidad en sus aspectos sociales, económicos y políticos.

El objetivo central del régimen hacia el sector educativo ha sido entre muchas acciones inducir la pobreza absoluta de los profesionales de la docencia y eliminación sin misericordia de su seguridad social, razón por la cual, enorme cantidad de ellos se fueron a buscar espacios en instituciones educativas de otros países.

Nos afectan directamente, ya no somos profesores, sino trabajadores de la educación, nos catalogan como “trabajadores universitarios” y nos aplican normativas sujetas a la Ley del Estatuto de la Función Pública, y a normas reglamentarias, con la clara amenaza de aplicar la distorsionada Ley del Estatuto de Personal Directivo, Académico Docente, de Investigación de las Universidades. Así mismo, se erigen en administradores de sueldos y salarios, nos naricean al incorpóranos al llamado sistema patria y dejan de lado a las autoridades cuentadantes que sumisamente favorecen esta acción que nos hace absolutamente dependientes del capricho oficial, e incluso, intervienen en las contrataciones, ascensos y toda la política de reclutamiento y selección profesional por otra politizada y controlada.

 Avanzan en la estrategia de transformar el sistema educativo en otro, totalmente controlado verticalmente por el régimen. En el caso de la educación universitaria van construyendo una red institucional de  educación universitaria con la creación de cientos de universidades territoriales bajo su absoluto control y se perfeccionará con la aplicación  de la Ley de Educación Universitaria que prevé la creación del Consejo  de Transformación Universitaria, sustituyendo al Consejo  Nacional  de Universidades con  el fin de cumplir los  propósitos ideológicos del  régimen los cuales se extenderán a todas las universidades del país y, de esa manera lograr el objetivo de la participación “protagónica y originaria” de toda la comunidad universitaria quienes “en gran asamblea, legislarán e instrumentarán al Órgano Ejecutivo”, destruyendo al Claustro y Asambleas Universitarias. Como respuesta, el sistema gremial educativo, las agrupaciones estudiantiles y núcleos de profesores han mostrado su insatisfacción, la han expresado públicamente y han tendido puentes de cooperación hacia la sociedad civil.

En el caso de la Universidad Central de Venezuela, un número grande de agrupaciones docentes, de investigación, y de personalidades, se han hecho eco de las limitaciones señaladas, han mostrado su oposición férrea a las pretensiones del régimen y, sus llamados abiertos y universitarios están sensibilizando a sus comunidades internas y externas.

Hemos visto con esperanza la convocatoria de integrar tal número de agrupaciones, debatir en diálogo abierto el tema en la búsqueda de factores comunes estimulando su reacción asomando acciones que involucran a todas las instituciones educativas, a todas las universidades nacionales, experimentales y privadas en una acción conjunta de parar los planes gubernamentales y, decir un rotundo no al proyecto de ley de educación universitaria por sus efectos perversos para la universidad y al país, parar el proyecto de ley que norma los mecanismos de administración de docentes y de personal de apoyo y de llevar a cabo el control de las instituciones con designaciones de autoridades controladas, o simplemente, cooperantes del régimen. Elaborar nuestro propio reglamento de elección de autoridades frente a la decisión de sus propias autoridades de no autorizar su realización sujeta al chantaje del régimen. De formular una nueva universidad que ya no es la misma, y que no será la misma.

La comunidad universitaria pasa a la ofensiva para evitar que la universidad como ente ductor y modelador de la formación docente se convierta en entelequia y continúe hablando de sus virtudes históricas tradicionales, de celebrar aniversarios en dudosos ambientes de malestar, de coadyuvar para que la marginal pero importante tarea de limpieza y recaudación de fondos para mitigar estructuras en decadencia que han sido símbolos reclamen la verdadera responsabilidad de su estado y se logré reconstruirla.

Vamos a reclamar la liberación del país de su secuestro, la independencia del pensamiento, libertad y pluralidad, defender la vocación libre de los estudiantes de elegir las profesiones, de percibir remuneraciones que proporcionen niveles de vida adecuados, y de mantener la responsabilidad de la formación profesional, investigación científica, y contribuir con el desarrollo social, los cuales son objetivos fundamentales del quehacer universitario y que nos están siendo cercenados.

La estrategia del régimen debe ser combatida con una positiva y frontal estrategia, que requiere el concurso de los universitarios y de la sociedad civil frente al riesgo de perder definitivamente la universidad, y en general, la educación democrática.

No se puede caer en la provocación de favorecer la abulia o ignorancia para que el régimen no tenga adversarios ni mucho menos pensamiento crítico, es necesario hacerlo conjuntamente favoreciendo la integración y acción entre las instituciones educativas, estudiantes y los gremios, quienes deben ampliar sus objetivos, con la denuncia y oposicn a la perdida de la cultura, la democracia,  y más allá de la defensa salarial favorecer el funcionamiento de sus instituciones en un sistema cuya acción creadora debe estar absolutamente vinculada a los requerimientos de la sociedad. Creemos la universidad del futuro en la absoluta y necesaria libertad.

 

sábado, 17 de julio de 2021

 


LA UNIVERSIDAD, SE CIERRA EL CIRCULO

Prof. Dr. Genaro Mosquera

Se cierra la tenaza sobre las universidades, paulatina y silenciosamente, con una táctica destructiva que marca la pauta para ir reduciendo a la comunidad universitaria, obstaculizando su capacidad de reacción a los desafueros del régimen, limitando su liderazgo como modelador intelectual de la génesis de las políticas públicas. El yugo presupuestario, de vieja data, se orienta cuidadosamente para aplicar un misero salario a sus integrantes, dejando de lado los gastos operacionales e inversión.

El régimen Instrumenta una política de remuneración cuyo objetivo es el de nivelar los sueldos hacia abajo. El resultado es que, un artesano, empleado doméstico o actividad económica primaria tiene un salario superior a la de un docente. El objetivo central del régimen hacia el sector educativo ha sido de inducir la pobreza absoluta a los profesionales de la docencia razón por la cual, enorme cantidad de ellos se fue a buscar espacios en universidades del mundo donde se reconoce su calidad profesional con remuneraciones adecuadas y seguridad social garantizada.

 En el país quedan los menos favorecidos, sobreviviendo a una situación donde intentan ingresos colaterales, se mantienen en el sistema universitaria, los que pueden, dictando clases a distancia, usando sus computadoras, internet cuando se puede, el errático servicio eléctrico; cede sus espacios y bibliotecas personales para atender la educación de los que pueden vincularse al sistema. Palea los efectos de la pandemia y las limitaciones de traslado.

Los jubilados, nada hacen salvo pernoctar en ya su precarios hogares, viendo pasar la vida sin perder la costumbre, releyendo libros trajinados, ligando que no se contagien con la pandemia, y ni que se diga, enfermarse seriamente porque morirá de mengua, sin recursos de ser atendidos por la seguridad social que por años contribuyeron a pagar, pero que la hiperinflación acabó con ellos, los recursos productos de la previsión financiera se evaporaron y nadie presenta cuentas de su uso.

Toda esta situación provocada por el régimen viene acompañada de medidas que vienen desarrollando, ya no somos catedráticos, profesores titulares o según corresponda por los méritos profesionales, somos solo “trabajadores universitarios”, En otras palabras, somos de un porrazo, funcionarios públicos. Aplican normativas centradas en tal condición, sujetos a la Ley del Estatuto de la Función Pública, y a las normas reglamentarias hasta tanto se dicte la Ley del Estatuto de Personal Directivo, Académico Docente, de investigación de las universidades. Las nóminas pasaron a control del Ministerio PP de Educación Universitaria.

Las acciones, y previsiones administrativas señaladas dejaron de un lado la autonomía universitaria, argumento pomposo que se usa retóricamente. La destrucción de las estructuras universitarias crece y, hablamos de la universidad como si existiera en las condiciones de antaño, es decir, como patrimonio nacional, orgullosos de estar en los estándares internacionales, de su producto investigativo, de sus publicaciones y de ser líderes de la libertad. Pura pretensión, mentira y apariencia estética, pregonando que hemos tenido universidad republicana desde hace trescientos años, en realidad lo que tenemos es un despojo ruinoso y nos vestimos de toga y birrete de pura apariencia como patiquines de pasillo.

La situación anterior producto de la estrategia usada por el  régimen de rendición sin condiciones,  toma forma producto de las circunstancias, determina abulia y desesperanza continua, vemos de manera difusa como se implementan medidas sin oposición y  sin darnos cuenta de sus efectos, por  ejemplo,  los Institutos Tecnológicos, cuya orientación profesional ha sido de gran pertinencia en su nivel  complementario del ejercicio profesional, fueron desaparecidos a través de la brillante formula de transformarlas en Universidades Nacionales Experimentales. El año antepasado, el Colegio Universitario de Caracas, el Francisco de Miranda y José Lorenzo Pérez, fueron integrados por decreto y se transformaron en universidades como muchas otras instituciones, en este caso, se creó la Universidad Nacional Experimental de la Gran Caracas. Sus autoridades anunciaron nuevos reglamentos, diseñados y ejecutados con la participación de toda la comunidad, es decir, docentes, personal administrativo, obreros y estudiantes que en gran asamblea formularon sus propósitos de un redireccionamiento de las actividades consistente en ajustarse a las políticas de la misión Alma Mater y las consignas propagandísticas socialistas del caso.

De esa manera, se  avanza en la estrategia de transformar el sistema universitarios con  el objetivo de ir formando una red institucional de la  educación universitaria que se perfeccionará con la creación del Consejo  de Transformación Universitaria, sustituyendo al Consejo  Nacional  de Universidades con  el fin de cumplir los  propósitos ideológicos del  régimen los cuales se extenderán a todas las universidades del país y, lograr la participación protagónica y originaria de toda la comunidad universitaria quienes en gran asamblea legislarán e instrumentarán al Órgano Ejecutivo como acción necesaria para iniciar como lo afirma la gaceta oficial del 25 de junio de este año “ la transformación y difusión del conocimiento, revindicar el  carácter humanista de la educación y fortalecer un nuevo modelo académico comprometido con la inclusión y transformación social, profundizar la municipalización de la comunidad universitaria vinculada a la vocación y necesidades productivas sociales culturales de los espacios experimentales territoriales y especializados, potenciar a la universidad como proyecto estratégico nacional y de sus entidades latinoamericana y caribeñas”, todo esto bajo el régimen ideológico socialista que  sin rubor publican su estrategia oficial.

Lo expresado anteriormente se perfecciona con el proyecto de Ley de Educación Universitaria que ya circula, será promulgada si no nos oponemos después de las elecciones regionales del mes de noviembre, anhelo de legitimación del régimen, no solo como gobierno, sino que cumplirá sus metas y la aplicación de los instrumentos necesarios que sumirán a las universidades en la oscuridad y control total. Para sus propósitos, el Consejo Nacional de Universidades será una Asamblea integrada por militantes y directivos de cientos de universidades territoriales, empleados, estudiantes y obreros, los cuales se proponer  forjar las políticas universitarias en  asambleas multidimensionales en cada universidad, disolviendo el Claustro Universitario ,  actuando las mismas en la formulación legislativa y se ejecución dirigido a través de un Órgano Ejecutivo que desaparecerá  los Consejos Universitarios por una unidad operativa integrada por un rector y dos autoridades, cada uno de los miembros de la comunidad y la participación de representantes de las fuerzas vivas de la propia universidad.

Todas estas iniciativas, se vienen ejecutando mediante un modelo compatible con los objetivos del gobierno socialista. La comunidad sobreviviente, observa desde la galería toda una suerte de sortilegios desplegados sistemáticamente y sin pausa apoderándose de la universidad. Sus autoridades ausentes, le hacen el juego al régimen en una condición de aceptación tácita, sin capacidad de respuesta, asistiendo a sus convocatorias para recibir instrucciones, gobernando a nadie, y como si fuera poco, vestidas de gala para mostrar buena apariencia, haciendo aspavientos de la calidad de la institución, de sus valores patrimoniales, de estándares académicos de épocas pasadas y las pregonan como actuales con la altisonante la voz de la supuesta autonomía, defiende de la educación retóricamente, y simulan actuar como paladines de la libertad.

Desde hace décadas, la poderosa fuerza de las comunidades educativas se opuso a la ideologización de las instituciones y de sus estructuras curriculares. Ha vencido las pretensiones del régimen varias veces. Ante los hechos, el régimen cambió de táctica; poco a poco, fueron haciendo ajustes y, veinte años después, han llegado a producir tantos cambios que la educación ya no existe dentro de los esquemas liberales, sino que  es un símil socialista, que produce la entelequia de un  “hombre nuevo” y una colección sin  medida de universidades sin calidad, que han permitido entregar títulos de inverosímiles profesiones a más de un millón de presuntos estudiantes organizados hábilmente como milicias universitarias, comprometidos con las dadivas y defensa de una revolución de pacotilla.

Que estamos haciendo los universitarios: narrar, denunciar, y ser humillados. Nuestra potencial capacidad de reacción debe estar vinculada con la fuerza estudiantil que exige una educación de calidad y libertad vocacional. Pero más allá de la pretensión comunista y de su artificial vinculación comunal, la comunidad universitaria tiene que reaccionar, si no lo hacemos, la defensa de la universidad se convertirá en entelequia. No podemos permitirlo, debemos reclamar la liberación del país de su secuestro, la independencia del pensamiento, libertad y pluralidad del conocimiento, vocación libre de elegir las profesiones, percibir remuneraciones que proporcione niveles de vida adecuados y a la responsabilidad de la formación profesional, al desarrollo de nuevas tecnologías y de aplicaciones sociales producto del quehacer universitario.

La comunidad tiene la palabra, los hechos están a la vista, no hay engaño posible, o luchamos o perderemos la universidad en su verdadera concepción universal.

sábado, 10 de julio de 2021

 


LA UNIVERSIDAD SE RESISTE A SER INTERVENIDA

Genaro Mosquera C

La universidad está siendo sometida a destrucción sistemática, ya no solo es la eterna presión presupuestaria e intervención en su funcionamiento financiero, ahora se agrega la política laboral a través de la cual se somete a su comunidad a las peores condiciones, sujeto a un modelo de contratación colectiva unilateral que obliga a que, una proporción significativa de los trabajadores universitarios, administrativos y obreros, sean designados por el sindicato oficialista, es decir por el partido de gobierno. La resultante de esta situación ha sido el abandono, la migración masiva hacia países ansiosos de reclutar académicos de alto nivel remunerados con salarios dignos. La institución se degrada ante la mirada impávida de sus autoridades, que no gobiernan, permanecen abúlicos en sus cargos, e incluso, colaboran con el régimen el cual va avanzando en sus estrategias de apoderamiento institucional.

El régimen ha convertido a profesores e investigadores en “Trabajadores Académicos”, nos ha incorporado a las nóminas del ministerio de Educación Universitaria, ejecutado bajo su administración y, sufraga los sueldos con dinero inorgánico. En otras palabras, pasamos a la nómina del régimen, somos funcionarios de un ministerio y, nuestro patrón ya no son las autoridades universitarias, sino los funcionarios del régimen que controlan la educación universitaria.

Hemos visto decisiones universitarias contraproducentes bajo un clima de incertidumbre. Se está ventilado una gran controversia entre gremios y la autoridad única de la universidad sobre el destino de millonarios recursos provenientes del Fondo de Jubilaciones y Pensiones, alimentado por la contribución por años de profesores universitarios. La autoridad universitaria se ha negado a asignar esos recursos para la seguridad social de los profesores con el discurso poco feliz, que dichos recursos fueron colocados en la banca internacional a largo plazo en movimientos financieros que parecen poco claros. Como contraparte, se ofrecen argumentos que han generado poca credibilidad ante un informe sintético presentado por un corredor financiero en un informe escueto, no auditado, expresando que, solo queda la mitad de los recursos entregados. Estamos hablando de la merma de cerca de diez millones de dólares y, los que, supuestamente quedan por un valor equivalente, los cuales son usados y colocados en un ambiente de dudosa rentabilidad. Esa controversia inútil potencia la desconfianza ante la negativa de presentar cuentas, y mina a la autoridad única que proporciona la mejor excusa para que fuerzas internas del régimen pregonen la necesidad de intervenir a las autoridades y perder la universidad.

Añadida a esa amenaza, el régimen avanza en la aprobación de un proyecto de Ley de Educación Universitaria la cual cambiaría sustancialmente el entorno universitario. El proyecto, pretende derogar la Ley de Universidades ajustándolo a los intereses del gobierno socialista; cambia completamente la estructura universitaria condicionándola a objetivos ideológicos, restringiendo la orientación democrática y la autonomía universitaria, violando incluso, normas constitucionales. Esta concepción unilateral ignora las estructuras sociales democráticas basadas en la pluralidad ideológica, libertad, autonomía y cultura plural, orientado la gestión universitaria solo hacia el proceso comunista, objetivo final del estado socialista.

El proyecto de ley vincula intencionalmente la gestión universitaria con las comunas como estrategia organizacional, haciendo penetrar deliberadamente a activistas comunales en las universidades con los propósitos de contribuir a instalar oficialmente el socialismo bajo el argumento de perfeccionar el sistema democrático a través de la participación protagónica de la sociedad comunal, justificándolo con la construcción de una sociedad igualitaria, no con fines de desarrollo, sino de control político, modelando formas de conducta mediante la cual se crean programas para combatir a la sociedad capitalista señalada como responsable de todos los males sociales inducidas por el régimen

El proyecto de Ley presenta la conceptualización de la autonomía universitaria dentro del marco de la Constitución, pero con argumentos que la desvirtúan totalmente, incluso, violándola claramente. Hace la declaratoria que la educación universitaria es de carácter público, pero la encierra en los conceptos de la gestión participativa y protagónica, incorporando a un sector social que directamente los apodera para crear y administrar los procesos académicos de la universidad en los cuales no tiene ninguna competencia.

Pretende centralizar el proceso de incorporación de estudiantes al sistema universitario otorgándoles la opción de ingresar a cualquier institución universitaria, despreciando méritos, desempeño estudiantil o vocación, apelando sin definición al llamado Estado Docente. Este controvertido concepto, se usa como expresión rectora de la universidad, es decir, obedecer e implementar los objetivos del estado socialista, asignando al ministerio de educación universitaria la operación del sistema ejecutivamente. Abusan del concepto de interculturalidad para vincularlo y privilegiar su direccionalidad hacia la defensa de los movimientos a favor de la lucha de clases y movimientos supuestamente reivindicativos de los derechos sociales,

Introduce el concepto de territorializar la educación para impulsar en las instituciones universitarias un movimiento ideológico socialista regional para el control social bajo la excusa del desarrollo. En realidad, obliga a las instituciones a orientar su gestión hacia los programas y proyectos de las organizaciones comunales. Con tal propósito crean un nuevo tipo de universidad; La universidad de gestión popular dirigidas por organizaciones llamadas del poder popular, es decir, comunas y cooperativas, cogestionadas por funcionarios del Estado y militantes del partido de gobierno, cuyo objetivo es consolidar las estrategias económicas, políticas y sociales de la región de su competencia.

En el caso de instituciones universitarias privadas, las define como aquellas creadas por Fundaciones. Se abre un frente delicado pues las universidades privadas en general son creadas por Asociaciones Civiles cuyos objetivos y fuentes de financiamiento son diferentes a la de una Fundación.

El proyecto sugiere cambios de nombres de las universidades señalando que su denominación estará sujeta a su naturaleza, vocación y objetivos, en otras palabras, limitará la acción de cada una de ellas obviando la universalidad.

Dice dejar libertad académica, pero introduce nuevamente el término de democracia participativa y protagónica, señalando con mucho énfasis la igualdad social y de competencias en la comunidad universitaria de los sectores integrados por estudiantes, trabajadores, obreros y egresados.

La estructura organizativa de la universidad pretende ser cambiada. El Consejo Nacional de Universidades desaparece, y es sustituido por un Consejo de Transformación Universitaria, un exabrupto, constituido por un cuerpo colegiado destinado a preservar los propósitos del Estado, garantizando los mecanismos de participación del poder popular y transformar en cualquier momento a las universidades mediante los mecanismos de participación de las comunidades para el desarrollo de programas preconcebidos a los fines políticos. Dentro de sus variadas competencias, no solo aprueba o no los programas de transformación institucionales sino los proyectos internos a conveniencia de las estrategias del gobierno. Mas allá de esta competencia, un tema de larga discusión es la atribución de imponer planes de estudio, competencia intrínseca de la universidad, determinando gran inflexibilidad curricular, y perdida de autonomía.

Este CNTU se convierte en una gran asamblea, en efecto, no solo la integran el ministro, viceministros, representantes del ejecutivo, coordinadores territoriales, sino que participan los rectores de las universidades oficiales, todos los directivos de institutos universitarios que son virtualmente numerosos. Restringe a tres los rectores de universidades privadas e incorporan a voceros estudiantiles ya no solo de las universidades oficiales sino de las populares, uno de las privadas, voceros de los trabajadores académicos universitarios, trabajadores administrativos, obreros y de las organizaciones populares.

En relación al tema de la democracia participativa se materializa con la larga impostura de la igualdad y participación de todo individuo que por una razón u otra este en la comunidad universitaria, formalmente o no, Es clara, la direccionalidad de incorporar a la gestión académica a las comunas dentro de la estructura de gestión. En la misma forma, impulsa la participación en la gestión a, todos los estudiantes, no importa su condición, nivel o programa; a todos los trabajadores administrativos y obreros bajo la modalidad de un “voto por cada votante” cuando se hagan elecciones de autoridades de cualquier nivel, es decir, una intromisión, aparentemente democrática, pero distorsionadora de la meritocracia universitaria con los peligros gerenciales que ello implica. Como consecuencia de un voto para cada votante, el reglamento electoral es dictado por el ejecutivo nacional, y regirá todos los procesos electorales

La Asamblea Universitaria prevista en el proyecto de ley sustituye al Claustro Universitario, la cual tendrá una asociación funcional como órgano legislativo, encargado de ejercer funciones normativas; está integrado de igual manera por todos los sectores, todos con derecho a votar en las elecciones universitarias regimentadas por el gobierno. La Asamblea tendrá un “ Órgano Ejecutivo” colegiado, responsable de la dirección, planificación y gestión integrado por el rector, dos vicerrectores, desaparece la figura del secretario, y además participan voceros estudiantiles, trabajadores académicos y administrativos, obreros, egresados y representantes del gobierno,  Es un cuerpo amorfo de dirección, con las manos sujetas por reglamentos e integración de sus unidades organizativas, manejadas por una Asamblea Legislativa, en otras palabras, las autoridades universitarias serán simbólicas.

Considerando que la universidad es una institución comprometida socialmente, que ha dado grandes oportunidades a la juventud y contribuido de manera significativa al desarrollo del país, no puede ser entregada en manos de depredadores. Quedan universitarios que luchan por la defensa de la universidad sin pruritos y honestidad, no aceptan hechos irregulares ni comportamientos estéticos para disimular su incapacidad y complicidad con régimen,

Es hora que a este peligro basado en una Ley de Educación Universitaria que quiere imponer el socialismo corrupto, nos aparte de un manotón, y entregue la gestión universitaria en manos de politiqueros, aprovechadores e incompetentes que desvirtúen los objetivos democráticos de la universidad. Necesitamos que la sociedad civil asuma a la universidad como problema propio y deje de ser espectador de la muerte lenta de una organización que contribuyó por siglos y decisivamente con la libertad y la democracia venezolana.

Juntos debemos oponernos a todas las triquiñuelas del proceso y sus ansias de apoderamiento, hay que defender la universidad con todas las fuerzas posibles y sacudir las pretensiones oficiales, No a esa ley de educación universitaria. No a la intervención. Elijamos a nuestras autoridades preservando la autonomía, es deber ucevista, no es declarativo, es una necesidad de ser universitario. Todos contra la intervención de la Universidad venezolana.

sábado, 3 de julio de 2021

 


ARGUMENTOS Y FALACIAS

Genaro Mosquera

 

Pagar “influencers” (antes los llamábamos relacionistas, lobistas o simplemente editores o personas con influencia) para sembrar argumentos falsos se ha hecho frecuente por parte de dirigentes políticos, funcionarios públicos, incluso empresariales, por ejemplo, los que gobiernan en China pagan para ocultar la represión contra la religión, los derechos humanos, y la persecución a quienes se le enfrentan. Simplemente, los apresan, torturan, o asesinan, incluyendo a activistas sociales los cuales son señalados como cómplices contra el poder del estado.

Con argumentos falaces crean una imagen internacional argumentando que el imperialismo y la burguesía han manipulado en su contra a la opinión pública, por lo tanto, desarrollan una masiva campaña de propaganda a favor del comunismo, intervienen los sistemas y redes públicas. Lo hacen sin escrúpulos para encubrir sus acciones dictatoriales, aparentando una imagen saludable, sustentada en una “economía boyante o adorable” cuyo objetivo es sembrar la idea que el comunismo es bueno y que hacen todo lo necesario para convencer que han logrado la felicidad del pueblo y, que el marxismo practicado supera a las acciones democráticas del imperialismo y, que el comunismo es la mejor opción de gobernanza,

No hay excepciones en la estrategia, los rusos ansiosos por su expansionismo atávico siembra de armas, propaganda y apoyo a los sistemas dictatoriales y ataca a las democracias occidentales. Los iraníes ocultan sus extremas posturas violentas, igual que: Corea del Norte, Argentina, Nicaragua, Cuba, Bolivia o los miembros de la guerrilla colombiana. Venezuela, no es la excepción, todo su régimen esta soportado por la mentira a través de argumentos falsos acompañada por la propaganda sistemática, comunican sin parar, mienten sin rubor por todo: historia patria, economía, el embargo, liberalismo, religión, la derecha, etc. haciéndolos aparecer como los culpables de los males inducidos por ellos mismos; descargan su irresponsable postura con argumentos manipulados echando la culpa a los gringos de la pobre calidad de vida del venezolano, mientras afirman que “la patria grande crece a lo largo y ancho del continente,” gran aspiración y “deseos del pueblo revolucionario”; mentiras a diestra y siniestra sin detenerse ante el impacto que tiene en el pueblo que lucha por la supervivencia. Se jactan de su poder armado y la intención de imponer el comunismo. Ni siguiera ocultan el sometimiento a su mentor mayor, la dirigencia cubana.

Los argumentos del régimen venezolano, los han extendido a la oposición oficial permitiendo deliberadamente sus críticas, protegiendo la integridad de quienes hacen el intento disimulado de mantener un llamado gobierno de transición el cual ha sido montado sobre los mismos argumentos inversos que tienen un efecto distorsionante en la opinión pública.

El régimen estimula a esa oposición colaboradora con argumentos negociados, apoya las estrategias globalistas, también sustentada en movimientos sociales extremistas, tal y como lo hacen a escala global los integrantes del movimiento denominado “arco iris”, grupos por la defensa del aborto, el racismo y los movimientos contra la religión y la familia, Todo un accionar del régimen basado en la propaganda que modela la cultura hasta tratar de alcanzar lo que ellos llaman el “hombre nuevo” es decir un plan deliberado que se debe alcanzar a través del ejercicio continuo del poder cuyo objetivo es crear un hombre sin educación, analfabeta funcional, sencillo y humilde y por ende, sometido, dócil y abúlico.

Es tan grave el disimulo de la oposición oficial, y la manera de como administran los recursos que le son asignados por organismos y gobiernos democráticos, que argumentan que los mismos son para contribuir con la libertad del país, proporcionar ayuda humanitaria, liberarse de la influencia comunista, y negociar un gobierno que permita ir a elecciones limpias. Por supuesto nadie le cree frente a la realidad que sus representantes no rinden cuentas de los recursos percibidos y aplicados, Contagian con sus procedimientos e influencia a las instituciones que quedan en el país, incluso las más prestigiosas como son las universidades donde muchos universitarios desvían la mirada y, aceptan como excusa el tema eterno de la insuficiencia del presupuesto universitario. Hace años que las autoridades universitarias no presentan cuentas a su comunidad y se hacen tolerantes ante el régimen. Recientemente han permitido que los recursos asignados a la universidad los maneje “la plataforma patria”. Da vergüenza que la nómina que cubre casi todo el presupuesto asignado ya no la paga la universidad sino directamente su nuevo patrón, el régimen.

En el seno del colectivo universitario nadie conoce del manejo de los recursos denominados ingresos propios producto del emprendimiento empresarial universitario y de la gestión de extensión los cuales son administrados en secreto. incluyendo, los fondos de jubilaciones dirigidos a la protección social del personal los cuales son manejados fuera de los reglamentos y de las aprobaciones formales. Es así, como de manera pública hay una gran controversia entre gremios y la autoridad única universitaria ante la resistencia de presentar con claridad el uso y aplicación de los fondos en divisas colocados en el exterior, por cierto, de gran magnitud cuyos montos se han mermado significativamente. Esos recursos son administrados unilateralmente a discreción por parte de la autoridad universitaria, pero no se exigen responsabilidades formalmente de rendición de cuentas ante la hipócrita excusa de poner en peligro la sagrada universidad; argumentan que puede provocar una intervención no deseada por parte del régimen; en otras palabras, actúan con el mismo modelo, argumentos y falacias del régimen.

Producto de la acción y manipulación de la información podemos observar que, ante las elecciones organizadas por el régimen en noviembre de este año, aparecen argumentos de todo tipo en defensa o no del proceso electoral. Ya buena parte de los potenciales cargos de gobernadores y alcaldes han sido negociados en secreto y repartidos de antemano. Hechos que se han acordado previamente bajo la condición de validar sin protestar los resultados electorales convenidos entre las partes, estimulando la validación a favor del reconocimiento del sistema electoral y legitimación del régimen.

Algunos ponen en duda la apreciación anterior y manejan el argumento que somos mayoría y que la avalancha de votos actuará contra el régimen y pronostican que se ganarán la mayoría de las gobernaciones. Falso dilema, la realidad es que fuimos mayoría, pero para estas elecciones ese argumento es poco probable. Solamente y sin mayor detalle, más de siete millones de personas se fueron del país, probablemente los más capaces, jóvenes y mejor entrenados, buena parte votaría y defenderían el voto con convicción, pero no están en Venezuela, ya ni siguiera están en los registros de los circuitos electorales.

 En Venezuela nos quedamos los adultos mayores, pero mucha población joven; estimaciones de la población publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) se han hecho sobre la base del Censo Nacional de Población del 2011 en las cuales se afirma que para este año 2021 somos aproximadamente algo más de 32 millones de habitantes, de los cuales, tienen edad para votar unos 16 millones. Sustrayendo los que se fueron, nos quedamos en esta tierra de desgracia unos nueve millones de votantes, de los cuales, 2 millones son milicianos, es decir nómina del partido de gobierno, (dicho por el capo mayor), otros dos millones de empleados públicos sujetos a presión y control y; se afirma que más de dos millones de jóvenes no  se han inscrito, lo cual significa que por la medida pequeña el registro electoral no llega a nueve millones, lo  cual  permite estimar que el régimen tiene una base electoral de seis a siete millones para hacer mayoría, incluyendo a otros dos millones de fantasmas que aparecen en el registro electoral complementado con el  apoyo incondicional y habilidad informática de sus sistemas y el control unilateral de un mil quinientos centros de votación, todo diseñado por  los sabios babalaos. En resumen, incluyendo la natural abstención de quienes no creen en el sistema electoral por fraudulento, los votos en contra no rebasarán a tres millones de votos, por tanto, la argumentación deja de lado el optimismo de que se ganarán las elecciones de noviembre por gran mayoría. Tremenda falacia

La argumentación difundida como propaganda nos lleva a vivir un mundo bizarro, que nos ambienta en el entorno de un país portátil, sin una dirigencia opositora verdadera. Solo una fuerza armada puede reducir a una claque delincuencial que pretende permanecer eternamente en el poder vinculado con el sistema internacional antidemocrático. Será entonces necesario comprender que la libertad es sinónimo de una acción de lucha y de resistencia, amparada constitucionalmente y que potencialmente deberá superar al poder usurpador, derrotar su falsa argumentación y echarlos del poder.

La historia es rica en experiencias de este tipo. Cabe preguntar ¿Dónde están quienes pondrán fin a tanta mentira, violencia y puedan detener la humillación de los seres que nos quedamos en este país, que no tenemos libertad sino limitaciones? -Tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe -