LA UNIVERSIDAD SE RESISTE A SER INTERVENIDA
Genaro
Mosquera C
La
universidad está siendo sometida a destrucción sistemática, ya no solo es la
eterna presión presupuestaria e intervención en su funcionamiento financiero, ahora
se agrega la política laboral a través de la cual se somete a su comunidad a
las peores condiciones, sujeto a un modelo de contratación colectiva unilateral
que obliga a que, una proporción significativa de los trabajadores
universitarios, administrativos y obreros, sean designados por el sindicato
oficialista, es decir por el partido de gobierno. La resultante de esta
situación ha sido el abandono, la migración masiva hacia países ansiosos de
reclutar académicos de alto nivel remunerados con salarios dignos. La
institución se degrada ante la mirada impávida de sus autoridades, que no
gobiernan, permanecen abúlicos en sus cargos, e incluso, colaboran con el
régimen el cual va avanzando en sus estrategias de apoderamiento institucional.
El régimen
ha convertido a profesores e investigadores en “Trabajadores Académicos”, nos ha
incorporado a las nóminas del ministerio de Educación Universitaria, ejecutado
bajo su administración y, sufraga los sueldos con dinero inorgánico. En otras
palabras, pasamos a la nómina del régimen, somos funcionarios de un ministerio
y, nuestro patrón ya no son las autoridades universitarias, sino los funcionarios
del régimen que controlan la educación universitaria.
Hemos
visto decisiones universitarias contraproducentes bajo un clima de
incertidumbre. Se está ventilado una gran controversia entre gremios y la
autoridad única de la universidad sobre el destino de millonarios recursos
provenientes del Fondo de Jubilaciones y Pensiones, alimentado por la
contribución por años de profesores universitarios. La autoridad universitaria
se ha negado a asignar esos recursos para la seguridad social de los profesores
con el discurso poco feliz, que dichos recursos fueron colocados en la banca internacional
a largo plazo en movimientos financieros que parecen poco claros. Como
contraparte, se ofrecen argumentos que han generado poca credibilidad ante un
informe sintético presentado por un corredor financiero en un informe escueto,
no auditado, expresando que, solo queda la mitad de los recursos entregados. Estamos
hablando de la merma de cerca de diez millones de dólares y, los que,
supuestamente quedan por un valor equivalente, los cuales son usados y
colocados en un ambiente de dudosa rentabilidad. Esa controversia inútil
potencia la desconfianza ante la negativa de presentar cuentas, y mina a la
autoridad única que proporciona la mejor excusa para que fuerzas internas del
régimen pregonen la necesidad de intervenir a las autoridades y perder la
universidad.
Añadida
a esa amenaza, el régimen avanza en la aprobación de un proyecto de Ley de
Educación Universitaria la cual cambiaría sustancialmente el entorno
universitario. El proyecto, pretende derogar la Ley de Universidades ajustándolo
a los intereses del gobierno socialista; cambia completamente la estructura
universitaria condicionándola a objetivos ideológicos, restringiendo la
orientación democrática y la autonomía universitaria, violando incluso, normas
constitucionales. Esta concepción unilateral ignora las estructuras sociales
democráticas basadas en la pluralidad ideológica, libertad, autonomía y cultura
plural, orientado la gestión universitaria solo hacia el proceso comunista,
objetivo final del estado socialista.
El
proyecto de ley vincula intencionalmente la gestión universitaria con las
comunas como estrategia organizacional, haciendo penetrar deliberadamente a
activistas comunales en las universidades con los propósitos de contribuir a
instalar oficialmente el socialismo bajo el argumento de perfeccionar el
sistema democrático a través de la participación protagónica de la sociedad
comunal, justificándolo con la construcción de una sociedad igualitaria, no con
fines de desarrollo, sino de control político, modelando formas de conducta
mediante la cual se crean programas para combatir a la sociedad capitalista señalada
como responsable de todos los males sociales inducidas por el régimen
El
proyecto de Ley presenta la conceptualización de la autonomía universitaria
dentro del marco de la Constitución, pero con argumentos que la desvirtúan
totalmente, incluso, violándola claramente. Hace la declaratoria que la
educación universitaria es de carácter público, pero la encierra en los
conceptos de la gestión participativa y protagónica, incorporando a un sector
social que directamente los apodera para crear y administrar los procesos
académicos de la universidad en los cuales no tiene ninguna competencia.
Pretende
centralizar el proceso de incorporación de estudiantes al sistema universitario
otorgándoles la opción de ingresar a cualquier institución universitaria, despreciando
méritos, desempeño estudiantil o vocación, apelando sin definición al llamado
Estado Docente. Este controvertido concepto, se usa como expresión rectora de
la universidad, es decir, obedecer e implementar los objetivos del estado
socialista, asignando al ministerio de educación universitaria la operación del
sistema ejecutivamente. Abusan del concepto de interculturalidad para
vincularlo y privilegiar su direccionalidad hacia la defensa de los movimientos
a favor de la lucha de clases y movimientos supuestamente reivindicativos de los
derechos sociales,
Introduce
el concepto de territorializar la educación para impulsar en las instituciones universitarias
un movimiento ideológico socialista regional para el control social bajo la
excusa del desarrollo. En realidad, obliga a las instituciones a orientar su
gestión hacia los programas y proyectos de las organizaciones comunales. Con
tal propósito crean un nuevo tipo de universidad; La universidad de gestión
popular dirigidas por organizaciones llamadas del poder popular, es decir,
comunas y cooperativas, cogestionadas por funcionarios del Estado y militantes
del partido de gobierno, cuyo objetivo es consolidar las estrategias económicas,
políticas y sociales de la región de su competencia.
En el
caso de instituciones universitarias privadas, las define como aquellas creadas
por Fundaciones. Se abre un frente delicado pues las universidades privadas en
general son creadas por Asociaciones Civiles cuyos objetivos y fuentes de
financiamiento son diferentes a la de una Fundación.
El
proyecto sugiere cambios de nombres de las universidades señalando que su
denominación estará sujeta a su naturaleza, vocación y objetivos, en otras
palabras, limitará la acción de cada una de ellas obviando la universalidad.
Dice
dejar libertad académica, pero introduce nuevamente el término de democracia
participativa y protagónica, señalando con mucho énfasis la igualdad social y
de competencias en la comunidad universitaria de los sectores integrados por
estudiantes, trabajadores, obreros y egresados.
La
estructura organizativa de la universidad pretende ser cambiada. El Consejo
Nacional de Universidades desaparece, y es sustituido por un Consejo de
Transformación Universitaria, un exabrupto, constituido por un cuerpo colegiado
destinado a preservar los propósitos del Estado, garantizando los mecanismos de
participación del poder popular y transformar en cualquier momento a las universidades
mediante los mecanismos de participación de las comunidades para el desarrollo
de programas preconcebidos a los fines políticos. Dentro de sus variadas
competencias, no solo aprueba o no los programas de transformación institucionales
sino los proyectos internos a conveniencia de las estrategias del gobierno. Mas
allá de esta competencia, un tema de larga discusión es la atribución de imponer
planes de estudio, competencia intrínseca de la universidad, determinando gran
inflexibilidad curricular, y perdida de autonomía.
Este
CNTU se convierte en una gran asamblea, en efecto, no solo la integran el
ministro, viceministros, representantes del ejecutivo, coordinadores
territoriales, sino que participan los rectores de las universidades oficiales,
todos los directivos de institutos universitarios que son virtualmente
numerosos. Restringe a tres los rectores de universidades privadas e incorporan
a voceros estudiantiles ya no solo de las universidades oficiales sino de las
populares, uno de las privadas, voceros de los trabajadores académicos
universitarios, trabajadores administrativos, obreros y de las organizaciones populares.
En relación
al tema de la democracia participativa se materializa con la larga impostura de
la igualdad y participación de todo individuo que por una razón u otra este en
la comunidad universitaria, formalmente o no, Es clara, la direccionalidad de incorporar
a la gestión académica a las comunas dentro de la estructura de gestión. En la misma
forma, impulsa la participación en la gestión a, todos los estudiantes, no
importa su condición, nivel o programa; a todos los trabajadores
administrativos y obreros bajo la modalidad de un “voto por cada votante”
cuando se hagan elecciones de autoridades de cualquier nivel, es decir, una
intromisión, aparentemente democrática, pero distorsionadora de la meritocracia
universitaria con los peligros gerenciales que ello implica. Como consecuencia
de un voto para cada votante, el reglamento electoral es dictado por el
ejecutivo nacional, y regirá todos los procesos electorales
La
Asamblea Universitaria prevista en el proyecto de ley sustituye al Claustro
Universitario, la cual tendrá una asociación funcional como órgano legislativo,
encargado de ejercer funciones normativas; está integrado de igual manera por
todos los sectores, todos con derecho a votar en las elecciones universitarias
regimentadas por el gobierno. La Asamblea tendrá un “ Órgano Ejecutivo”
colegiado, responsable de la dirección, planificación y gestión integrado por
el rector, dos vicerrectores, desaparece la figura del secretario, y además
participan voceros estudiantiles, trabajadores académicos y administrativos,
obreros, egresados y representantes del gobierno, Es un cuerpo amorfo de dirección, con las
manos sujetas por reglamentos e integración de sus unidades organizativas,
manejadas por una Asamblea Legislativa, en otras palabras, las autoridades
universitarias serán simbólicas.
Considerando
que la universidad es una institución comprometida socialmente, que ha dado
grandes oportunidades a la juventud y contribuido de manera significativa al desarrollo
del país, no puede ser entregada en manos de depredadores. Quedan
universitarios que luchan por la defensa de la universidad sin pruritos y
honestidad, no aceptan hechos irregulares ni comportamientos estéticos para
disimular su incapacidad y complicidad con régimen,
Es hora que a
este peligro basado en una Ley de Educación Universitaria que quiere imponer el
socialismo corrupto, nos aparte de un manotón, y entregue la gestión universitaria
en manos de politiqueros, aprovechadores e incompetentes que desvirtúen los
objetivos democráticos de la universidad. Necesitamos que la sociedad civil
asuma a la universidad como problema propio y deje de ser espectador de la
muerte lenta de una organización que contribuyó por siglos y decisivamente con
la libertad y la democracia venezolana.
Juntos debemos
oponernos a todas las triquiñuelas del proceso y sus ansias de apoderamiento,
hay que defender la universidad con todas las fuerzas posibles y sacudir las pretensiones
oficiales, No a esa ley de educación universitaria. No a la intervención. Elijamos
a nuestras autoridades preservando la autonomía, es deber ucevista, no es
declarativo, es una necesidad de ser universitario. Todos contra la intervención
de la Universidad venezolana.
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