lunes, 30 de enero de 2023

 

TRANSFORMACION UNIVERSITARIA

 

La generación de reformas universitarias a finales del siglo XX se caracterizó fundamentalmente por cambios en los modelos de financiamiento, en la exigencia de la búsqueda de eficiencia a través de la implantación de sistemas evaluativos y de atención a las presiones por relaciones más estrechas con el sector productivo. Agencias internacionales como la UNESCO y el Banco Mundial tuvieron un papel importante en la introducción en el discurso para la agenda de transformación, con los diferentes matices que la caracterizan, en este sentido, sistemas nacionales de evaluación y/o acreditación fueron implementados a nivel general en América Latina, así como el estímulo para el crecimiento del nivel de postgrado y el desarrollo de proyectos estratégicos de ciencia y tecnología en algunos de los países de la Región.

 

Vale la pena destacar que el fenómeno de la globalización, y los nuevos paradigmas como sociedad de la información, sociedad del conocimiento,  y su complejidad, entre otros, imponen en la educación superior nuevas formas y nuevos retos, en los que se comienzan a gestar nuevas modalidades de universidad, entre ellas la universidad virtual y la universidad corporativa (empresarial), que competirían con el modelo tradicional - al que en consecuencia, se le exige que se transforme-; sin dejar de resaltar también, que comienza a surgir un mercado educativo de carreras y programas de educación a distancia que pondrá en apuros a los propios sistemas nacionales de educación superior de los países menos avanzados.

 

Estos nuevos fenómenos de cambio que están irrumpiendo con fuerza en el siglo XXI tienen que ver por un lado con las exigencias de la globalización económica, la exigencia de calidad, pertinencia, competitividad y ampliación en el acceso, mientras que otros aspectos, tienen que ver con los requerimientos de la globalización educativa y, por lo tanto, de la internacionalización como forma activa de responder a la globalización de la sociedad del conocimiento. La modernización del sistema de educación superior es fundamental, para abrir nuevos espacios de competitividad y pertinencia social de la universidad, se precisa lograr transformaciones en los sistemas de educación superior frente a los retos que impone la nueva sociedad.

 

El modelo tradicional de universidad no resiste a las exigencias de las nuevas realidades, requiriéndose una reconfiguración conceptual de su actuación y nuevas prácticas que permitan a las Instituciones de Educación Superior vincularse a su entorno. En este sentido, se deben arbitrar mecanismos que permitan lograr mayor calidad, eficiencia y pertinencia social; para ello, es necesario adoptar una cultura emprendedora e innovadora que explore las oportunidades de producir cambios, todo ello sujeto a un plan derivado de un Estudio producto de una investigación formal de la realidad universitaria en particular, sin dejar de lado la perspectiva del entorno global educativo, el desarrollo del país para el caso de Venezuela, y su vinculación internacional.

 

Esta propuesta de proyecto preliminar pretende llevar a cabo  una investigación exhaustiva, compleja, pero realista, un análisis sobre las múltiples propuestas que en materia de reforma universitaria se han generado en Venezuela y en general en América Latina como marco de referencia para establecer los principales aspectos que interactúan en el tema de una reforma universitaria, identificando los principales elementos de cambio para la educación superior, que precisarán la configuración de una metodología para llevar a cabo la trasformación universitaria,

 

A través del análisis de las diferentes corrientes del pensamiento sobre la educación en general, y consecuencialmente la revisión de los problemas de la educación superior se identifica el impacto de los nodos convertidos en los principales obstáculos para la transformación y modernización universitaria. A través de la experiencia en la dinámica universitaria, se propone una propuesta preliminar para darle forma a un proyecto definitivo financiado por organismos nacionales e internacionales destinados a la construcción epistemológica que facilite la definición de las líneas estratégicas para la formulación científica de un Modelo de Universidad que persiga el cambio de la educación superior.

 

La sociedad debería poder contar con un sistema universitario encargado no solo de generar y transmitir conocimientos, sino que sea capaz de tomar conciencia de la transición, analizar sus implicaciones y encontrar la fuerza para su autotransformación. De otra manera, el sistema educativo se convertirá en un freno al despliegue del potencial de modernización de nuestras sociedades incluso dentro de un cambio de modelo político. Si no se da el cambio hoy, mañana todavía se estarán egresando profesionales desligados y desactualizados a las nuevas realidades.

 

La necesidad de lograr la excelencia se presenta como el reto más importante que deben enfrentar los sistemas educativos ante el surgimiento de la Sociedad del Conocimiento, como uno de los paradigmas que caracteriza al Siglo XXI. Los desafíos que deben revolver los sistemas de educación, especialmente los de nivel superior, ante el dinámico proceso de cambios que plantea la globalización, la sociedad de la información y la sociedad del conocimiento, los cuales han provocado la concientización de realizar revisiones fundamentales en la actuación de las universidades, principalmente para lograr una Transformación Universitaria”.

Esta dinámica de cambios, nuevas exigencias y demandas se depositan en los sistemas universitarios, imponiendo una nueva generación de reformas que producen un «papel clave tanto en la generación y movilización de conocimientos como en la formación de sujetos con capacidades de desempeño creativo con el nuevo entorno».

Las reformas en la universidad, exigidas y demandadas por el nuevo orden mundial y la globalización económica a través de los organismos multilaterales y los Estados nacionales, se basan principalmente en una serie de medidas que, a tenor de los reformistas, modernizarán y adecuarán el sistema universitario a los requerimientos del siglo que recién comienza.[1]

Es imprescindible la revisión de los procesos académicos, financieros, administrativos y de pertinencia social acompañados de una evaluación de la calidad, y sobremanera, de las necesidades del país. La universidad debe cumplir con las expectativas de la sociedad en la cual se inserta, en función de sus demandas de formación de recursos humanos de alto nivel en áreas prioritarias para el progreso nacional, de los avances de la ciencia y la tecnología para la inserción del país en forma competitiva en la sociedad internacional y del acercamiento universidad-comunidad mediante el reforzamiento de programas de extensión y otros similares.

 

Otro de los aspectos que es importante destacar en el contexto de las reformas de la educación superior en América Latina, tienen que ver con la cooperación internacional, la cual estuvo fuertemente influenciada en la misma década de los 90´, por los programas de ALFA (América Latina Formación Académica) y el COLUMBUS (Colaboración en Gestión Universitaria entre Universidades y Académicos). Aprobado en 1994, el ALFA financiado por la Unión Europea. Su principal objetivo fue la cooperación a través de la integración de instituciones de educación superior europeas y latinoamericanas. El núcleo central en la segunda etapa fue la movilidad de estudiantes (de doctorado, maestría y especialización), así como estadías cortas para investigadores. Por su parte, el plan COLUMBUS creado en 1987 con el apoyo del Consejo de Rectores Europeos agrupaba para el 2004 a 80 instituciones, 50 de América Latina. En noviembre de 2000, el acuerdo “Té Turín Actino Plan foro euro-Latín American Universito Cooperación”, fue firmado por 130 rectores de 32 países, pero su ejecución ha sido limitada por la dinámica económica.

Frente a estos antecedentes, en mayor o menor medida “se deben elaborar estrategias de revisión integral que resulten justas, equilibradas, realistas y pertinentes acordes con los avances del mundo, así como también con los requerimientos de la sociedad, buscando canales de interrelación y a la vez, relegitimando su papel como generadora de conocimientos y motor de cambios de la sociedad”.

 

Se hace necesario la redefinición entre Universidad-Estado-Sociedad, con objeto de establecer una reconfiguración de su actuación; en este sentido, deben definirse “...nuevos objetivos para la educación superior en el contexto de la competitividad y las demandas sociales a través de un nuevo marco legal que permita la democratización del acceso a la educación superior como concepto sustantivo de la justicia social y el derecho a la educación constitucionalmente establecido”. Asimismo, establecer una evaluación curricular y de sus procesos en el marco del mejoramiento de métodos de enseñanza y utilización de las actuales tecnologías de información y comunicación.

Según la visión de la UNESCO, “la Educación Superior debe buscar a corto plazo mayor pertinencia, mejor calidad y más globalización. Pertinencia para hacer más democrático el acceso, más vinculación con el mundo del trabajo, mayor responsabilidad hacia todo el sistema educativo y real solidaridad con la comunidad. Calidad en las responsabilidades, en el contexto ético, en la competitividad y en la evaluación institucional, permanente, continua y objetiva”. La globalización debe orientar las universidades hacia la internacionalización de los objetivos nacionales. Los retos están orientados hacia una democratización, sin corrupción, globalización, sin marginación de los estados pequeños, regionalización, sin predominio de los oligopolios.

 

La Universidad venezolana ha sido siempre un factor importante en la lucha por transformar el actual modelo de conducción del país, y tal como lo expresó el rector de la UCV, Dr. Simón Muñoz[2] “la comunidad ha adquirido poca conciencia de las numerosas influencias negativas que este modelo universitario que ha limitado el funcionamiento del propio sector universitario y obliga a la necesidad de corregirlas y erradicarlas para poder cumplir su misión fundamental”.

En este orden, Peñalver (s/f)[3] –ha realizado un recuento de cómo se viene pensando la universidad, “no intenta agotar las colaboraciones disponibles, y debe acercarnos a investigadores e instituciones, colocarnos en el sitial de honor para escudriñar qué se hace sobre la universidad, desde dónde se piensa, cómo se piensa y para qué se piensa.” La visión “incluye las autorías, los nombres de sus proyectos y las distintas dimensiones, es decir, con visión Prospectiva en los modelos de producción de conocimientos[4]; antropología concreta en la pedagogía y reforma del pensamiento; la universidad de la excelencia” [5]

Los anteriores planteamientos sugieren encontrar puntos de coincidencia y reflexión sobre la necesidad de cambios en la universidad generando el debate que permitirá repensar la idea de universidad reflejando las transformaciones que sugiere esta época de postmodernidad, haciendo énfasis en el abordaje de la realidad.

En atención a ofrecer un análisis sobre las múltiples propuestas que en materia de reforma universitaria se han generado en Venezuela y en general en América Latina, es necesario establecer cuáles son los principales aspectos que interactúan en el tema de reforma universitaria, al detectarse una búsqueda sistemática de los caracteres, antecedentes y factores que interactúan como variables de análisis[6]. En este sentido, se requiere analizar los principales mecanismos que propicien el proceso de transformación universitaria; así como los elementos que permitan configurar una metodología para llevar a cabo el cambio, especialmente, en los aspectos relativos a la gerencia universitaria En el sentido de satisfacer esta inquietud investigativa, es necesario ordenar los aspectos básicos e implícitos en el tema de reforma y transformación universitaria; llevar a cabo un análisis, con la utilización de recursos conceptuales y técnicos que ofrece la Ciencia y establecer las principales características, mecanismos y elementos que impulsen los procesos de reforma y transformación universitaria.

A los fines de instrumentar el desarrollo del proyecto, se propone un análisis de las diferentes corrientes del pensamiento sobre la educación en general y consecuencialmente la revisión de los problemas de la educación superior, el impacto de una serie de nodos que impactan como los principales obstáculos para la transformación y modernización universitaria. Como resultado del análisis en cuestión es importante formular propuestas operativas destinadas no solo a la construcción epistemológica que faciliten la definición de las líneas estratégicas sino también de formular un nuevo modelo universitario.

La justificación de este proyecto a objeto de fijar e informar claramente el tema universitario en Venezuela requiere un breve recuento del itinerario de la universidad en Venezuela en una línea de tiempo referencial que oriente la comprensión de una realidad vivida que permite una propuesta de cambio como se propone en este ante proyecto preliminar.

 

 


Para ir concretando, los elementos o nodos que restringen el funcionamiento de las universidades autónomas y experimentales, es necesario fijar algunos elementos fundamentales para orientar los indicadores necesarios a ser investigados y de esta manera presentar una propuesta consistente con el objetivo de transformar la universidad venezolana e ir a un mecanismo innovador del cambio universitarios, en consecuencia, se fijan los marcos de referencia con mira a analizar la perspectiva del futuro universitario y de esta manera presentar una justificación necesaria a desarrollar con un gran equipo de investigadores con que todavía se cuenta en el país.

Estado Sociedad y Educación.

El poder público (nacional, estadal y municipal) debe ser garante de la cobertura, calidad, eficiencia y equidad del servicio educativo. Pero no puede ni debe monopolizar la planificación, la gestión, ni la evaluación de la educación. Se debe estimular la participación en todas las fases del proceso de cada vez más numerosos actores sociales, y el deber de estos nuevos actores no es sólo formular demandas, sino también el de hacer aportes en la construcción de una mejor educación como marco de referencia para un cambio. La necesidad de combinar continuidad y cambios se hace mucho más evidente cuando se trata de procesos que, como el educativo, genera efectos que se verifican en el mediano y en el largo plazo. Por ello, si bien es cierto que la situación educativa en general presenta un perfil preocupante y enfrenta problemas muy agudos.

 

Se deriva del planteamiento anterior, la necesidad transformar con un cambio de modelo la economía y consecuencialmente el mercado de trabajo dentro de un ambiente de productividad y competitividad, lo cual requiere personas mejor capacitadas y con mejor educación y por supuesto, estrategias educativas orientadas a la incorporación de los excluidos de los sistemas laborales y educativos a los sectores productivos. La mayoría de los jóvenes venezolanos pareciera desconocer el valor de la educación, ya que ignoran que es el elemento esencial para su cambio de nivel social; es más, no la considera indispensable para obtener los elementos adecuados para una vida adulta satisfactoria dentro de la sociedad.

.

El cambio político en la educación

El Sistema educativo venezolano adquiere entonces un gran desafío en lo que se refiere a una revisión integral mediante acciones enmarcadas en una alta complejidad y por lo tanto para solucionarlo se requiere de cambios profundos: políticos, económicos y sociales enfocando el problema dentro de una visión de totalidad, sistémica-globalizadora, integradora, donde todos los elementos del sistema educativo sin descalificación o exclusión de ninguno de ellos, sean considerados para la elaboración de paradigmas y proyectos de acción a mediano y largo alcance, integrales, flexibles, actualizados, definitivamente comprometidos con el cambio permanente y puestos al servicio de una sociedad democrática, solidaria, justa productiva, centrada en el desarrollo autosustentable y armonioso.

La transformación de la educación para atender estos problemas requiere una serie de programas y actuaciones concretas que permitan incorporar a esa población de excluidos al sistema productivo, mejorar la calidad escolar y modernizar los procesos educativos. Ello requiere obviamente la transformación legal del caso en materia de Educación, la cual debe ser concebida dentro de unos objetivos que permita no solo la transformación de la educación a una de calidad y que amplíe el espectro de inserción en el sistema de la población venezolana, sino que además, permita regular la educación como proceso integral y permanente que afecta la persona humana y que imparte el Estado venezolano a través del Ejecutivo Nacional, de los Estados y Municipios, sus órganos descentralizados y los particulares.

 

Estrategias educativas

 

Dentro de este contexto, el proyecto educativo de transformación de la educación venezolana requiere estrategias de cambio para la educación en Venezuela mediante una visión diferente de carácter paradigmático contentivo de un nuevo conjunto de reglas que es esencia de la contemporaneidad, tales como lo son  la apertura, la flexibilidad y la innovación a través de una sociedad educadora integrada, que logre que su ciudadanos hagan del aprendizaje una manera de vida, con espacios educativos que garanticen el aprendizaje continuo y permanente dentro de una dimensión de cambio que cubra

 

El concepto de: “Educación para Todos”, manejado por las Naciones Unidas, considera a la educación como un derecho humano esencial, una fuerza en pro del cambio social y el elemento más importante en la lucha contra la pobreza. La CEPAL, junto con la Oficina Regional de Educación de la UNESCO, reconocen a la educación y al conocimiento como “el eje de la transformación productiva con equidad para los pueblos”; consideran que la incorporación y la difusión del progreso científico y técnico desarrollado en el ámbito mundial, a los países en vía de desarrollo, es el factor fundamental para que se incorporen con éxito en la economía mundial a través de una competitividad auténtica. 

El concepto de transformación productiva con equidad supone una efectiva integración y cohesión social de los pueblos, la cual permitiría aprovechar sus capacidades y ventajas competitivas en función de una verdadera inserción en los mercados internacionales, lo que podría redundar en un aumento creciente del nivel de vida de los ciudadanos; se trata de transformar la competitividad en una competitividad “auténtica”. La educación y el conocimiento pasan a ser elementos fundamentales de la transformación económico social de los pueblos y adquieren un valor esencial para el reconocimiento y la fortaleza de los países que detecten ese poder.

 

Transformación en la calidad

La transformación de la educación para atender los problemas educativos, y obviamente la universitaria requieren de una serie de programas y actuaciones concretas que permitan incorporar a esa población de excluidos al sistema productivo, mejorar la calidad académica y modernizar los procesos educativos. Ello requiere obviamente la transformación legal del caso. En consecuencia, el Proyecto de Ley Orgánica de Educación debe ser concebida dentro de unos objetivos que permita no solo la transformación de la educación a una de calidad y que amplié el espectro de inserción en el sistema de la población venezolana, sino que, además, permita regular la educación como proceso integral y permanente que afecta la persona humana y que al mismo tiempo genere una Ley especial de Educación Universitaria que norme las actividades universitarias. 

La educación deberá continuar proporcionando al sistema social y económico los recursos humanos necesarios para mantener el sistema y las  propias competencias internas para su necesaria cohesión, sin embargo se requiere un proceso de cambio en el sentido que la enseñanza deberá utilizar todos los procedimientos necesarios para lograr una educación avanzada de calidad y permita lograr la conectividad  de los campos científicos a través de la interdisciplina y la multidisciplinar, mediante una nueva concepción de la educación la cual debe jugar un nuevo papel dentro de conceptos de actualización, perfeccionamiento profesional y de educación permanente.

 

La demanda social de educación para suplir nuevos requerimientos profesionales, superar las limitaciones presupuestarias y atender las cambiantes necesidades del mercado laboral es un reto es considerable debido al inmenso progreso de la ciencia, del uso de nuevas tecnologías para la enseñanza y del veloz desarrollo de las técnicas de la informática y las telecomunicaciones.

 

Organización

 

Probablemente el mayor desafío en el país que incide directamente sobre la educación se refiere a la necesidad de adaptación al cambio que se produce en la sociedad en general y en particular sobre la economía, y la tecnología. Las consecuencias de todo esto determinan que la educación procure un cambio institucional y de las políticas de formación de los factores humanos. La búsqueda de estrategias se debe centrar en la creación de estructuras más simples y flexibles con una visión más amplia de carácter académico, científico y profesional combinado sus propias demandas con las pertinencias sociales y de los requerimientos del sector productivo dentro de los principios de libertad académica y normas oficiales flexibles.

 

Para atender debidamente las necesidades de desarrollo de los recursos humanos, la educación tiene que adaptar sin mayores trabas burocráticas sus programas de estudio, cerrar muchos y abrir probablemente muchos más. El impactante desarrollo de los conocimientos induce a ampliar los programas académicos, en consecuencia, se impone una evaluación y jerarquización de las profesiones actuales, investigar las necesidades de formación, la creación de bancos de datos y la acreditación de programas universitarios. Un buen esfuerzo en las estrategias sugiere una investigación que permitan la planeación al mediano y corto plazo. Así mismo, el diseño de programas continuos de reciclaje, acreditación por experiencia, profesionalización y especialización en servicio.

 

Modelo de Investigación

 

Tomando en consideración los elementos anteriores se requiere el desarrollo de un Modelo de Investigación como fundamento general de transformación que señale las orientaciones generales para ser instrumentadas en la educación superior, e incluso puedan tener valor de la generalidad como modelo original para ser aplicado a una institución en particular a objeto de coadyuvar a la transformación universitaria.

 

La posibilidad de renovar el aprendizaje y la enseñanza dependerá en buen grado de las técnicas de transmisión del conocimiento. Se abren nuevas vías, en efecto, se requiere la aplicación de nuevos procesos de aprendizaje y de acreditación utilizando todos los medios de la electrónica, la informática y de nuevas aplicaciones formación y universidades en centros industriales. El futuro está allí, la asociación estratégica de las instituciones educativas con el sector privado marcará la pauta en los próximos nuevos tiempos.

 

Estos planteamientos doctrinarios permiten la fijación de nuevos objetivos entre los cuales están:

 

·       Promover la pertinencia social de la educación universitaria

o       Reforma legal orientada a la libertad académica.

o       Flexibilidad curricular.

o       Actualización tecnológica

o       Autoaprendizaje y el uso de nuevas tecnologías.

 

 

·       Promover una educación para la competitividad

o   Modernización de las técnicas de trasmisión del conocimiento.

o   Desarrollo de técnicas de aprendizaje para reconvertir a las personas en emprendedores eficientes.

 

·       Promover las innovaciones y transferencias tecnológicas

o   Favorecer el uso de herramientas técnicas y computacionales.

o   Estimular la investigación tecnológica y la creación de nuevas herramientas de aplicaciones técnicas que faciliten el trabajo empresarial.

 

·       Llevar a cabo los estudios de necesidades de formación del capital humano:

 

 

El acercamiento educación-comunidad es imprescindible mediante el reforzamiento de los programas de extensión cultural, deportiva, de asistencia técnica a las comunidades y el desarrollo de una política de Servicio Civil que conlleve a docentes y estudiantes a campañas de interés social y muy especialmente dirigida al rescate de una segmento muy grande de la población la cual está fuera de la educación formal y que requiere de formación en servicio para crear capacidad laboral y de emprendedores. Este enfoque reafirma la autonomía, la descentralización y el concepto de libertad en ella implícito al señalar que la inspección y vigilancia ha de ejercerse en respeto a la Constitución. Estimular la Alianzas Estratégicas y Potenciación de los acuerdos Educación,

 

 

Obstáculos

 

El mundo contemporáneo es objeto de rápidos cambios en todos los niveles económicos, tecnológicos, científicos, políticos y hasta filosóficos; frente a estos cambios la sociedad debe encarar nuevos desafíos, por lo cual se le exige una mayor capacidad de adaptación y por ende un trabajo permanente de innovación que le permita alcanzar el nuevo ritmo de la realidad. Esta responsabilidad debe ser manejada indiscutiblemente por todos los sectores involucrados en el devenir nacional, inclusive con el invalorable apoyo de los organismos internacionales que permanentemente ofrecen asistencia múltiple a los diferentes países sumidos en el subdesarrollo. Sólo de esta manera se podría tratar de enfrentar los retos que plantea sistemáticamente y con gran dramatismo la población venezolana.

El concepto de globalización, en el cual está inmerso nuestro país, no se limita al aspecto puramente económico, en realidad, es un proceso multidimensional que comprende aspectos vinculados a la economía, las finanzas, la ciencia y la tecnología, las comunicaciones, la educación, la cultura, la política, entre otras. Es el resultado de la creciente interacción e interdependencia que se generan entre las distintas unidades constitutivas del llamado “sistema global”. Abarca las actividades y sus efectos de países, regiones, empresas transnacionales, organismos internacionales, gubernamentales y no gubernamentales, grupos de presión y movimientos sociales.

Al considerar las bases para resolver los nudos que obstaculizan la transformación universitaria, se debe considerar que la universidad constituye una comunidad de personas y saberes en búsqueda permanente de la verdad, para la lograr la pluralidad ideológica y la diversidad de tareas de los distintos participantes, en unidad de sentido y de fin, ordenando los intereses estamentales de la institución a su carácter académico. Diversos análisis y planteamientos fundamentales coinciden en los siguientes elementos:

Financieros

El problema del financiamiento universitario continúa siendo un instrumento de carácter político en el marco de las decisiones gubernamentales frente al concepto de inversión nacional a largo plazo. El Estado es responsable de asumir la principal responsabilidad de financiamiento de las instituciones universitarias para cumplir con el mandato constitucional complementado con una política de financiamiento y el establecimiento de políticas universitarias complementarias de financiamiento propio en cooperación con los sectores productivos.

 

Es necesario diseñar una estrategia política destinada a eliminar la práctica reiterada del gobierno nacional de aprobar los recursos económicos condicionados a restricciones importantes tales como: tramitar presupuestos insuficientes, manipular las asignaciones regulares y entregar los recursos en función de intereses particulares, causando perjuicios a las operaciones universitarias.

Históricamente el presupuesto requerido por las universidades se aproxima a una cifra equivalente a un seis por ciento (6%) del presupuesto nacional.  Tradicionalmente hubo una política definida e incluso de varios periodos presidenciales a través del Ejecutivo Nacional consistente en aprobar presupuestos insuficientes o no equilibrados que limita la actuación operacional de las universidades y se producen tensiones universitarias y sociales indeseables.

 

Venezuela cumple este año tres siglos de trayectoria universitaria, en ese tiempo los diferentes gobiernos han manejado el financiamiento como una válvula de control de la gestión universitaria para obligarla a seguir líneas de política oficial y evitar las confrontaciones y críticas a los gobiernos de turno. Aún así, desde su liberación autonómica en 1958 el presupuesto universitario dio para todo, movimientos socialistas se enquistaron en facultades, crecieron y fueron financiados por el presupuesto hasta el punto que sin lugar a dudas la universidad creo un “ministerio particular” a las fuerzas de la izquierda quienes lograron penetrar la burocracia universitaria y muchas autoridades fueron de esa tendencia, rectores de esas agrupaciones fueron críticos y opositores formidables contra el gobierno democrático. Con el cambio de gobierno de 1999 muchos de ellos fueron a formar parte del gobierno de Chávez Frías y profundizaron la política de restricción universitaria.

La asfixia presupuestaria se estableció oficialmente en 2005 cuando el gobierno de Chávez decretó que ya no concertaría el presupuesto con las universidades, como se venía haciendo fue sustituida por estrategias de apoderamiento económico, administrativo y académico de las universidades.

Los primeros recortes comenzaron en 2008, cuando el entonces Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior aplicó la conocida reconducción presupuestaria que es más que aplicar el presupuesto precedente sin tomar en cuenta su natural crecimiento como consecuencia de la hiperinflación indetenible. La asfixia se mantiene hasta la actualidad: para el año 2021, se ha asignando menos del presupuesto que solicitaron cuyos fondos se reciben incompletos y con retrasos considerables con los efectos operativos que ello implica, solo como ejemplo para el año 2021: a la Universidad Central de Venezuela le aprobaron este año solo el 2,27% del presupuesto requerido y a la Universidad Simón Bolívar apenas el 0,4% de lo pedido, entre otros casos. 

Los recursos adicionales asignados después de muchos ruegos y concesiones han sido centralizados por el ministerio para administrarlos a su saber y entender, sin regulación alguna y violando la autonomía administrativa de las universidades viéndose en la necesidad de recortar o no atender los gastos de funcionamiento y de mantenimiento. Entre los años 2003 y 2017 el gobierno asignó por vía de presupuestos anuales más de 32.916 millones de dólares a las instituciones de educación superior bajo su control. Hasta la actualidad, 61 centros educativos, entre universidades e institutos universitarios, son controlados por el gobierno, sin ningún tipo de autonomía.

Las seis universidades autónomas y las cuatro experimentales que no controla el gobierno han tenido que cerrar laboratorios, aulas y otros espacios por la falta de presupuesto para mantenerlos Entre 2014 y 2019 la nómina del personal docente se redujo 30% en la Universidad Central de Venezuela y más de 60% en la Universidad Simón Bolívar, según estimaciones de sus autoridades. La más reciente decisión del gobierno contra la autonomía universitaria fue que las nóminas, desde marzo de 2021, se pagaran a través de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU), quitándole esta competencia a las universidades que por ley son las empleadoras.

 

Es necesario considerar el problema del personal jubilado y su significativa contribución al presupuesto universitario mediante un sistema de protección social que prevea las futuras jubilaciones y pensiones, así como la sustitución de los recursos humanos en el seno de las universidades, ello conlleva a la modernización de los fondos de pensiones y jubilaciones y la revisión de las condiciones legales reglamentarias para alcanzar los beneficios del caso.

 

La ejecución del gasto universitario articulado a controles modernos de gestión basados en evaluaciones objetivas debe ser hechos del conocimiento no solo institucionales sino también del dominio público. Realizar una reforma y revisión integral del sistema universitario a objeto de optimizarlo, evitar la duplicación del gasto y tender a racionalizar el crecimiento y unificación en cada entidad federal. Se impone dentro de este gran obstáculo una visión pragmática más solida en defensa del financiamiento universitario, exigir el cumplimiento de las previsiones internacionales de las partidas presupuestarias, sino incluso prever los gastos operativos y de mantenimiento en instalaciones que por lo general son grandiosas, incluso Patrimonio Mundial de la Humanidad como es el caso de la UCV. Ello implica el uso de nuevas fuentes de financiamiento y de gestión empresarial para la gestión de las investigaciones, proyectos, centros de salud y deportivas con criterios empresariales cuyos beneficios sean revertidos al desarrollo de la investigación y de la propia universidad.

 

Es necesario destacar, que la ausencia de un fin lucrativo en las universidades públicas aplicando el derecho  de la educación gratuita no significa que los particulares no inviertan en educación, y que no consuman su inversión o patrimonio, por el contrario, la cabal consecución y la satisfacción de la finalidad asignada a las personas naturales o jurídicas debe imponer una conducta de conservación, mejora e incremento de los bienes y rentas, rescatar a largo plazo su inversión, reinvertir en el desarrollo de su entidad, mejorar y optimizar la educación que imparten amparados por la licencia concedida por el Estado, y que por supuesto, pueden realizar actividades lucrativas complementarias tales como las puramente comerciales, pero es claro, no como primordiales, sino como instrumentales y derivadas, en función de asegurar la gestión que permita el logro de las finalidades altruistas de la educación.

 

La inversión privada llevada a cabo por particulares es considerable tomando en cuenta que su infraestructura cubre más del veinticinco por ciento (25%) de la matricula nacional con indicadores de calidad satisfactorios y con una contribución al producto nacional importante. Esta actividad, no puede ser obviada, amparada por el equivocado cliché que elude la discusión inteligente, señalando a los promotores privados como mercantilistas, en una suerte de usureros o de oligarcas de la educación.

Hasta ahora, salvo contadas excepciones, las universidades privadas han sido sometidos a todo tipo de permisos innecesarios, a presiones por parte del Ministerio de Educación, y a un régimen absurdo de controles de precios, según el cual los empresarios de esta actividad tan noble y necesaria, Ninguna empresa en el mundo pudiera funcionar adecuadamente si fuesen sus clientes quienes tuvieran la última palabra sobre el precio del bien o servicio que produjera.

 

Aspectos Jurídicos Internos

 

La estructura legal que reglamenta el sistema universitario está caracterizada por un exceso de normativas estatutarias que la hace rígida e inflexible, lo cual introduce restricciones importantes para lograr optimizar las estructuras organizativas, el desarrollo mejoramiento continuo y permitir la creación de nuevas estructuras y programas. Así mismo introduce elementos contradictorios en la gerencia universitaria haciéndolos enfrentar en conflictos de intereses con su base legislativa y de la administración de los procesos de justicia dentro de la institución.

 

Es indispensable la promulgación de una Ley de Educación Superior enmarcada en una Ley Orgánica de Educación, que actualice y armonice las disposiciones jurídicas requeridas para desarrollar los nuevos principios constitucionales e incorporar los cambios propuestos.

Se han citado sólo algunos de los temas que probablemente son los más relevantes para demostrar los problemas de Gobernabilidad de las instituciones universitarias venezolanas y que por cierto se reflejan también con mayor fuerza en el resto de las instituciones universitarias. El conjunto de variables indicadas pone de manifiesto la necesidad de cambiar las orientaciones de la Gobernabilidad en las instituciones universitarias y de concebir estructuras autónomas que permitan enfrentar los retos educacionales del futuro.

Articulación con el sector productivo

Las relaciones entre la Educación Superior y el mundo del trabajo han sido limitadas y presentan un gran obstáculo. Sus relaciones se han hecho cada vez más compleja las Empresas requieren incorporar cada vez más fuerza laboral experta con programas permanentes de entrenamiento en servicio cada vez más sofisticados de actualización tecnológica producto de la transformación de sus estrategias empresariales dentro de un entorno altamente competitivo. Este efecto conlleva a que los egresados universitarios pierdan rápidamente actualidad en sus conocimientos. De este planteamiento se deriva la manera de interactuar en una educación avanzada a través de una alianza empresarial permanente integrando la misión del desarrollo profesional dentro del marco universitario para lograr sustituir gradualmente el modelo vigente de aprendizaje, modernizando las estructuras universitarias que tal forma que se adapte rápidamente a los cambios y necesidades de la sociedad.

 

Los gremios

 

Los gremios docentes, estudiantiles, de empleados y obreros, han desarrollado a lo largo de los años una estrategia nacional que ha coadyuvado a la creación de agrupaciones estamentales federativas y de coordinación nacional que negocia directamente con el Estado. La consecuencia de este proceso, es la derivación del manejo y administración de los servicios e intereses de los grupos, así como de los recursos humanos en cuanto a la fijación de normas nacionales, tabuladores, homologación, fijación de salarios y condiciones de trabajo y de beneficios sociales que rebasan la intervención de las autoridades legitimas de las instituciones educativas y que con frecuencia contribuyen a que predomine la lucha por el poder especialmente en la vida de la universidad. Ello ha determinado que los programas de administración de recursos humanos y financieros estén directamente en manos del ejecutivo nacional a espalda de las instituciones quienes actúan como meros receptores de decisiones de primer nivel para luego instrumentarlas en un segundo nivel con la consiguiente pérdida de decisiones y autoridad, incluso la dificultad para introducir estímulos a su propio personal en términos de rendimiento y calidad académica. 

 

Es necesario clarificar el papel de los gremios para lograr o recuperar los niveles de decisión y de participación en los procesos laborares y de desarrollo. Es perfectamente comprensible el papel fundamental de los gremios para preservar el derecho de los trabajadores, contribuir con la definición de las políticas de mejoramiento de los recursos humanos y de supervisar que las normas de funcionamiento y de su régimen laboral se cumpla dentro de los términos suscritos con las entidades a donde pertenecen, al efecto, se debe ser muy claro en la preservación de los mencionados derechos, pero sin interferencias con las decisiones autónomas y gerenciales que toman en otros niveles de las instituciones educativas.

 

Cogobierno

 

Adicionalmente, es necesario revisar la normativa relativa a la participación de profesores y estudiantes en los niveles de decisión dentro de los conceptos del cogobierno universitario y definir con claridad las competencias internas en los diferentes niveles de la estructura universitaria. Así mismo, dentro de la redefinición de la misión y visión de la universidad, clarificar los estatutos orgánicos a fines de adaptarlos a la Constitución, a los marcos de referencia legales del momento y a las finalidades específicas de la institución universitaria.

 

Integración

 

Frente a los procesos mundiales de globalización y conformación de los grandes bloques económicos la universidad tradicional se ha esfumado, por tanto, ella como el país necesita nuevos enfoques y políticas para fortalecer su capacidad negociadora, lograr el fomento de la competitividad y mejorar su inserción en la economía internacional. En este sentido, las estrategias para la globalización deben centrarse en la investigación, la competitividad, la pertinencia y la calidad.

 

En el primer aspecto, la formación del capital humano al más alto nivel sobre la base de estudios de necesidades debe definirse los recursos calificados en áreas que sean prioritarias para el desarrollo nacional. Por otra parte, se deben concretar las inversiones en investigación, ciencia y tecnología dentro de una reforma orientada a fortalecer estos aspectos.

 

La integración de las instituciones de educación superior entre sí y con los demás niveles de la educación es imprescindible para conformar un sistema articulado y dinámico que permita la pluralización de entradas y salidas académicas y la ampliación de las opciones educativas. Las estrategias sobre este particular se centran en la creación de Consejos Estadales de Educación Superior con sus respectivos organismos de planificación que faciliten el proceso de integración del sistema optimizando la aplicación de los recursos.

 

El sistema universitario dentro del entorno citado requiere del establecimiento de las más estrechas relaciones entre las instituciones que lo conforman, a los fines de asegurar una productiva concertación de actividades, la eficiente utilización de los recursos y un cabal aprovechamiento de sus potencialidades.

 

Regionalización

 

Es bien conocido a nivel estadal la dispersión de centros universitarios que incluso compiten no solo por los recursos sino que incluso por la misma matricula y personal docente y de investigación, en consecuencia se plantea la necesidad que dentro del proceso de cambio del sistema universitario se elabore un proyecto de construcción de la Universidad de la entidad estadal correspondiente, concentrando recursos humanos, materiales, planes académicos y los esfuerzos para el desarrollo de la investigación regional descentralizada.

 

A objeto de fortalecer este enfoque, se cree en la necesidad de estudiar una entidad regional de coordinación y planificación que facilite la integración, potencie los recursos y cree un mecanismo descentralizado que favorezca los procesos de investigación aplicada a las características específicas regionales.

 

Es bien conocido que la fragmentación y crecimiento del sector universitario a nivel regional ha determinado la creación y funcionamiento de universidades oficiales con programas repetidos, competencia de recursos, creación de instalaciones precarias y aprovechamiento del recurso humano repetitivo y costoso. Atendiendo a principios de tanto, descentralización para dotar de mayor agilidad y eficiencia administrativa las diversas instituciones y núcleos que funcionan en los estados, estas deberían integrarse en un sistema que facilite el intercambio de recursos entre las diversas instituciones, la cooperación, la realización de esfuerzos compartidos, la movilidad estudiantil y profesoral y el uso compartido de espacios y de capacidades, a los fines de constituir una red regional universitaria.

 

Autonomía

Este concepto muy debatido debe aclarase y desarrollarse de una vez por todas, en efecto, dentro del Estado Social de Derecho, esto es, un Estado Democrático regulado por el Derecho, el concepto de Autonomía Universitaria se encuentra en estrecha relación con lo que Kant -filósofo alemán- denominó “libertad jurídica”, entendido como el poder legítimo de una comunidad académica de autogobernarse y auto legislarse colectivamente, haciendo coincidir el concepto de libertad con el de autonomía.

Esta concepción, se traduce en la facultad de producir acciones de autodeterminación que coinciden en el ejercicio de un quehacer fundamental del Estado. En este sentido, la universidad autónoma ejerce sus acciones hacia la producción de conocimiento de tal manera que sirva no solo a, la formación de profesionales, sino de hombres potencialmente capaces de desarrollar múltiples dimensiones, las cuales desde diversas disciplinas coadyuven a consolidar a la sociedad a la que pertenecen dentro de un espacio democrático propicio al desarrollo y la libertad.

 

La Constitución garantiza autonomía para las universidades sin distingo, ni clasificaciones subjetivas, de tal manera que la autonomía universitaria no encuentra fundamento en la necesidad de que el acceso a la formación académica de las personas tenga lugar dentro de un clima libre de interferencias del poder público tanto en el campo académico, como en la orientación ideológica o en el manejo administrativo o financiero del ente educativo.

 La autonomía universitaria no consiste en la autorregulación absoluta de las universidades o centros de investigación hasta el punto de desconocer el contenido del derecho fundamental de la educación y la libertad académica, ya que dicha autonomía se entiende que debe estar encausada en aras del objetivo que le consagre la Constitución, esto es, el derecho a la educación concebida por ella como una función pública que tiene a su vez función social. La autonomía se concibe para brindar a las universidades la discrecionalidad necesaria para desarrollar el contenido académico de acuerdo con las múltiples y libres capacidades creativas de aquellas con el límite que encuentra dicha autonomía en el orden público, en el interés general y en el bien común. La autonomía se debe reconocer a todas las universidades las cuales deben desplegar su iniciativa con aportes a la sociedad encaminada al fortalecimiento de la educación y los aportes a la creación de conocimientos dentro de la concepción moderna de sociedad educadora.

 

Es claro, que una constitución progresista debe dejar en manos del Estado la responsabilidad de financiar la educación superior oficial y de facilitar que particulares puedan hacerlo igualmente en ellas y en instituciones privadas de Educación Superior, de manera que se haga posible el acceso a las personas con suficiente capacidad para ingresar a la universidad dejando a estas fijar sus reglas de aceptación.

 

Tomando como referencia la ética universitaria y la responsabilidad derivada de la autonomía, es claro que el Estado debe de fomentar, inspeccionar y vigilar el derecho a la enseñanza como servicio público dentro de una concepción sujeta a principios orientadores de la política educacional perseverando sus atribuciones, pero sin menoscabar la autonomía universitaria aplicando disposiciones que restrinjan o regulen sus actividades. Estando la educación en función pública, el particular o particulares que regenten estas actividades universitarias no pueden estar motivados por el lucro, sino que deben contribuir en el logro de la igualdad de oportunidades de los que concurren al sistema universitario y que por su derecho personal han elegido libremente hacerlo en estas instituciones bien sea como consecuencia de insuficiencia de cupos en la universidad oficial o en la búsqueda de paradigmas pedagógicos o ideológicos diferentes. Es necesario destacar, que la ausencia de un fin lucrativo no significa que los particulares consuman su patrimonio, por el contrario, la cabal consecución y la satisfacción de la finalidad asignada a las personas jurídicas deben imponer una conducta de conservación, mejora e incremento de los bienes y rentas por la cual pueden realizar actividades lucrativas complementarias y comerciales, pero es claro, no como primordiales sino como instrumentales y derivadas complementariamente para asegurar que sus actividades permitan o faciliten el logro de las finalidades altruistas de la universidad.

 

Calidad

La educación superior tiene importancia capital dada la circunstancia que toda la actividad de modernización y desarrollo requiere de alta competencia organizacional, de liderazgo de los docentes y de conocimientos tecnológicos. En este sentido, se requiere que la fuerza magisterial profundice su contribución a las demandas sociales mediante proyectos de educación de alta calidad. En referencia a este primer planteamiento, el mismo conduce a reconocer la necesidad nacional de evaluar a sus instituciones de educación a objeto de instrumentar cambios importantes a mediano y corto plazo y así perfeccionar la consecución de las metas de cada institución y lograr un mejor aprovechamiento de los recursos dentro de conceptos más claros de pertinencia profesional y social del país

.

Es quizás en la Educación Superior donde los conceptos de calidad se usen de forma indiscriminada en relación con una diversidad de situaciones como: planes de calidad, enseñanza de calidad, estudiantes de calidad entre otros. Actualmente la Educación Superior preocupa a todos los niveles de la sociedad, porque asocian a la calidad con efectividad, eficiencia, productividad y pertinencia.

         

Rendimiento Académico

El rendimiento académico no es sólo el resultado del proceso enseñanza-aprendizaje a nivel individual, sino también el reflejo de la calidad del sistema educativo, es decir, de la eficacia con que los diferentes componentes del sistema engranan, de las bases filosóficas-políticas que dirigen la funcionalidad de la estructura educativa hacia objetivos viables y pertinentes, no sólo para el desarrollo integral eficaz del individuo sino también para cubrir los requerimientos sociales, mejorar la productividad y calidad de vida.

Desde otra perspectiva, el bajo rendimiento estudiantil incide negativamente en la calidad educativa, afectando la funcionalidad de otros elementos del sistema; así el bajo rendimiento académico conlleva con frecuencia a la repitencia, ésta al aumento de la población estudiantil, congestionando las universidades, con sus sabidas consecuencias en la productividad de la educación.

Por lo tanto el estudio del éxito o fracaso académico debe ser abordado a través de un análisis multifactorial e integral del estudiante, dentro del proceso educativo, partiendo de las características bio-psico sociales del aprendiz, el ambiente que lo rodea, la organización y estructura educativa, hasta la política que rige el sistema la cual debería estar cónsona con las políticas dirigidas al desarrollo social a nivel regional y nacional, ésta última vista dentro de un marco internacional, ya que no es posible eludir los efectos que la globalización tiene en el área social, política, económica y educativa del país.

 Evaluación y Acreditación

La universidad a pesar de contener una serie de reglamentos sobre el tema de la evaluación y de la acreditación no se aplican, no obstante, algunas universidades han en el pasado prepararon estrategias para mejorar los indicadores que toman en cuenta los centros de clasificación o “ranking” universitarios para al menos colocarse en la lista de universidades acreditadas. Como el Estado tiene la suprema responsabilidad de inspección y vigilancia, las Leyes deben definir las opciones políticas fundamentales. El Ejecutivo Nacional como máxima autoridad debe ejercer sus atribuciones a través de políticas que fortalezcan la autonomía y el quehacer de la universidad, procurando su desarrollo sin obstrucciones normativas o reglamentarias. Este enfoque reafirma la autonomía y el concepto de libertad en ella implícito al señalar que la inspección y vigilancia ha de ejercerse con respeto a la Constitución. Dentro de esas premisas encuentra sustento el Sistema de Evaluación y Acreditación como forma democrática y participativa de inspeccionar a las instituciones con objetividad, sin interferencias de oficinas auxiliares que no vulneren el concepto de autonomía.


 



[1] Rodriguez, Korn A (citado por Mosquera G.) argumenta que: “...la Reforma es un proceso dinámico, su propósito es crear un nuevo espíritu universitario, devolver a la Universidad, consciente de su misión y de su dignidad, el prestigio perdido”.

[2] Dr. Simón Muñoz, rector UCV, A. Mateo, Tesis 2007

[3] UPEL,

[4] G Guardilla, 1998

[5] Jose Ignacio Moreno León, 1999.2020

[6] Transformación Universitaria, G Mosquera, 2019

No hay comentarios:

Publicar un comentario