sábado, 25 de diciembre de 2021

EL FUTURO DE LA UNIVERSIDAD

 


Hace algunas semanas disertábamos sobre las perspectivas de desarrollo en la universidad venezolana dentro del entorno de la crisis social y política que ya tiene mucho tiempo afectándola, y de la insoslayable presencia de la tecnología que marca el futuro de la educación.  Afirmábamos que la oscuridad educativa es producto del modelo adoptado por la gobernanza de un régimen que induce muchas limitaciones para el desenvolvimiento de la sociedad del conocimiento.

Los grandes cambios globales, y su impacto social han permeado en el manejo de la información la cual penetra en las mentes de la población que al menos, está dotada de la capacidad y facilidades para incursionar en las redes sociales a diferentes niveles de profundidad acompañada de una cierta disposición para conocer la realidad y hacerla consciente de la necesidad de transformarla incluyendo a la educación.

Las tendencias educativas en la sociedad venezolana revelan limitaciones estructurales que requieren de una importante revisión para al menos, intentar aproximarnos a sortear algunos obstáculos que tiene la educación superior, hoy limitada y ajustada al modelo político anti autonómico, guiada por una visión centralizadora e ideologizada que la ha apartado de su misión y visión.

La adecuación a los poderosos cambios tecnológicos que impactan a la estructura docente e investigativa, no solo debe resistir los embates contrarios a la libertad de pensamiento sino que tiene la obligación de repensar la universidad y que, en algún momento deberá adoptar una política coherente, moderna y de cambio del sistema universitario para adaptarlo a la visión de futuro y, a otras consideraciones que guían hacia nuevos caminos   a la educación universitaria, no solo en nuestro país sino a nivel global.

La pandemia del COVID 19 marco un punto de inflexión social y cambio de la sociedad, no solo en sus efectos, sino en que ha inducido una transformación importante en la manera de impartir y dar continuidad a la educación. Por supuesto, nos encontramos con la paradoja de adoptar nuevas estrategias frente a la continuidad de un modelo caduco. Esas nuevas estrategias no tienen el ambiente apropiado como consecuencia de la sujeción al modelo político actual cuya resultante singular ha sido que la juventud no solo migró de manera significativa llevándose su valiosa carga intelectual, sino que dejo atrás a un sin número de personas que desgraciadamente no tienen interés alguno en la educación formal.

Los más capaces simplemente no ingresan a la educación superior sino que buscan soluciones cortoplacistas de formación simplificada  y pragmática lo cual contribuye  no solo a abandonar la educación formal sino que aprovechando el uso de la tecnología buscan conocimientos de pronta aplicación laboral para insertarse en un sistema claramente informal, el cual se ajusta al esquema socialista responsable de fomentar la incultura y la marginalidad como producto lo cual les obliga a buscar en labores empíricas el sustento para sobrevivir.

El efecto de las políticas oficiales  ha determinado la desaparición económica de la clase media y ha hecho emerger a un proletariado que se instaló  en la informalidad laboral lo cual le ha permitido lograr ingresos en divisas equivalentes al salario mínimo de los países vecinos lo que ha traído como consecuencia a un individuo cuyo interés inmediato es convivir con el sistema y, hasta lo protege con la falsa presunción que logró proporcionarles una zona de confort por cuenta propia, cierta ascendencia y sustituta de la clase profesional menguada. Este segmento crece cada día, ha creado una nueva clase social y ha venido paulatinamente pasando de la resistencia al sistema con relativa tolerancia, e incluso, colaboración.

Considerando que tales circunstancias están enclavadas en un entorno político de difícil desplazamiento cuya gestión ha logrado estabilizarse, que se ha legitimado en cierto sentido y que ha logrado la inserción de una oposición blandengue, colaboracionista y ajustada a los intereses del régimen, habrá tiempo entonces de planear qué vamos a hacer cuando esta realidad de paso a la libertad y a la democracia acoplada a un nuevo modelo de gobernanza.

Surge entonces la necesidad de repensar de la educación liderada por la universidad, la cual debe considerar los elementos de la modernidad caracterizada por nuevos enfoques en su organización y en la manera de profesionalizar sus actividades para su propio desarrollo y del país.

En ese marco las universidades deben cambiar su enfoque ante el surgimiento de nuevos modelos de educación caracterizados por la imposición de la realidad instrumental, es decir la educación de carácter presencial, en línea o híbrida. Estos elementos son algunos a lo que las universidades del mundo han tenido que adaptarse y que seguirán transformando dentro de una especie de multi diversidad, incluyendo las formas de llevar a cabo las investigaciones científicas, la operación de las instituciones y el fortalecimiento de la cooperación internacional. 

En ese sentido, la educación del futuro será multimodal, es decir un mixto de clases presenciales con clases remotas, asíncronas, o sincrónicas, con experiencias individuales validadas fuera del aula cuyos conocimientos autodidactas incluso rebasan a los de los profesores frente a conocimientos adquiridos con experiencias de aprendizaje individuales o proporcionadas por  cientos de miles de centros de formación que otorgan certificaciones para el ejercicio de nuevos empleos que han requerido potenciar  diversas habilidades.

En el mejor de los casos, los estudios adquiridos en los procesos mencionados deberán ser reconocidos por las universidades dentro de planes flexibles, acreditables, reconocimiento de experiencias de formación profesional dentro de la concepción de formar profesionales multimodales ajustados a nuevas realidades laborales y que colateralmente permitan el soporte investigativo y el desarrolla de la ciencia en franca colaboración con los centros de capacitación y corporaciones tecnológicas que ofrecen un mercado en la formación múltiple y oportuna.

Metodológicamente se va más allá de lo que estamos viendo en la actualidad como el caso de la realidad virtual sustentada en soportes de almacenamiento del conocimiento, seguridad y protección intelectual, manejo a través de “block chain”, la “big data”, el uso de proyecciones holográficas, la inteligencia artificial y los espacios virtuales grupales, institucionales y personales metaversos. Es decir, tecnología virtual en campus múltiples y de combinaciones institucionales e internacionales de variadas formas organizativas de las universidades que sobrevivan usando las plataformas web3.

Estas nuevas plataformas funcionan sin intermediarios y con proyectos de investigación claramente definidos, están centrados en la descentralización y la economía de los creadores del conocimiento lo cual introducirá cambios en la manera de enseñar de manera disruptiva. La cual, por cierto, ya tiene un impacto considerable en la enseñanza de nuevos idiomas, manejo de las finanzas con el uso de modelos financieros que rebasan al sistema bancario, el desarrollo del arte digital, el gran impacto en la música, su difusión, los entretenimientos laborales y de oficios que marcan la conducta de muchos adultos, pero especialmente a nuestros niños y adolescentes los cuales  desprecian el analfabetismo digital de los mayores, más bien enseñándoles de cómo manejar los instrumentos digitales con gran competencia intuitiva.

Este entorno es todo un reto para un nuevo enfoque, pensamiento y creatividad para el diseño de un modelo de universidad. No podemos continuar con el modelo actual y su quimérica transformación o reforma; las mejores competencias profesionales deben tener un sentido prospectivo y sobre visión de los que se nos vino encima y no nos dimos cuenta.

El condicionamiento impuesto por el régimen y su óptica de control social es un muro de contención, pero aprovechemos el lapso del ejercicio del poder usurpado es clave repensar la universidad en ese tiempo hasta que las condiciones determinen el cambio del modelo político, y como señal de esperanza, limitada por la desesperanza solo puedo decirles en este ambiente restrictivo y en vísperas de la navidad signo de fe y esperanza que los cambios en el establecimiento actual se producirán. Los grandes cambios nunca se ven venir, son como pasos silenciosos, pero inevitablemente ocurrirán.

sábado, 18 de diciembre de 2021

ITINERARIO UNIVERSITARIO EN TRES SIGLOS

 


Celebrar un aniversario antes de tiempo puede revelar muchas cosas, en efecto, el 22 de diciembre se inició el proceso histórico del desarrollo de la universidad venezolana la cual data de tres siglos. Un 22 de diciembre de 1721 el rey de España, Felipe V decretó por Real Cédula la facultad para que el Colegio Seminario de Caracas se constituyera en “Real Universidad de Santiago de León de Caracas” con las cátedras de teología de víspera, leyes, teología moral, filosofía, gramática de menores y música o canto llano.  Es decir, se inician las actividades universitarias bajo la figura de una universidad monárquica y colonialista, muy diferente en su misión y objetivos de la que creó el Libertador Simón Bolivar el 24 de junio de 1827 con el nombre de Universidad Central de Venezuela.

De acuerdo a este planteamiento se celebran a destiempo los trescientos años de la Universidad Central de Venezuela cuando en realidad fue creada institucionalmente en 1827, en todo caso, es el aniversario de la primera universidad en territorio venezolano cuyas características fueron de origen monárquico, colonialista, eclesiástica y clasista. En fin, no es un tema que afecte la larga trayectoria universitaria, pero vale la pena hacer algunas disquisiciones al respecto.

Por decisión papal al año 1725 [1] .se declara erigida la “Real y Pontificia Universidad de Caracas” y en tal sentido, el Obispo de Caracas, Monseñor Escalona, declarará “erigida, instituida y fundada dicha Universidad ubicada en la antigua sede del Colegio Seminario de Santa Rosa de Lima, ubicado al lado sur de la antigua plaza mayor de la ciudad de Caracas.

Es en 1819 cuando el Libertador Simón Bolívar propone la Constitución de la República, y en su gloriosa intervención ante el Congreso Constituyente en la ciudad de Angostura da origen a la República.  En ese entorno  republicano se crea en 1821 en la primogénita ciudad de Cumaná  la Universidad de Cumaná y, es en 1827 cuando se inicia un proceso de cambio y transformación de las universidades; se reforman los estatutos universitarios y se elaboran los reglamentos universitarios los cuales fueron promulgados por el Libertador instaurando de esta manera el primer cambio significativo en la educación superior y a la sazón, transformando a la Real Universidad Santiago de León de Caracas en Universidad Central de Venezuela y se designa rector al Dr. José María Vargas quien inicia inmediatamente la reforma de la universidad, crea simultáneamente la facultad de Medicina, y se promulgan los   correspondientes estatutos.

A partir de ese momento histórico la universidad inicia sus procesos de cultura y desarrollo de la era republicana, y comienza a fluir a lo largo del siglo con sus particularidades y los ajustes naturales de sus objetivos. Es hasta 1873 cuando se promulga un decreto declarando la independencia de la universidad del Ejecutivo Federal y se establecen las bases para su nueva organización, génesis de la autonomía universitaria.,

En esa época se hace presente la promulgación de nuevas constituciones con sus efectos sobre la educación, especialmente la universitaria por sus posturas críticas y estimuladoras de la innovación. En variadas ocasiones, las acompañan de protestas renovadoras tal y como ocurrió en 1912 cuando se producen conflictos estudiantiles contra el gobierno dictatorial y de sus políticas restrictivas en el área académica, las cuales conducen al cierre temporal. Más adelante, la disolución de las asociaciones estudiantiles, luego ampliadas con la represión a la Federación de Estudiantes y la consiguiente toma policial violando los espacios universitarios.

Es conocida la postura de la generación del año 28, universitarios de boinas azules en contra de la dictadura gomecista conducente a la protesta inteligente lo cual endurece las posturas de los extremos y lleva a la cárcel a los lideres del movimiento, pero que, indirectamente fortalece su formación universitaria, y el espíritu libertario que marcará al siglo XX. Ya para 1941 se debate sobre la transformación y situación de la universidad venezolana las cuales vienen acompañadas de nuevas propuestas educativas centradas en la lucha contra el analfabetismo, el mejoramiento gremial que conduce a, deliberar y protestar por nuevos decretos oficiales restrictivos al desarrollo universitario.

Independientemente de la controversia, la universidad siempre ha sido crítica y buena adversaria del Ejecutivo Nacional y de sus políticas de maniatarla a sus intereses como, por ejemplo, los intentos de cambio llevadas a cabo en 1953 en una deformada Ley de Universidades. Ese periodo está caracterizado por una amplia y clandestina movilización estudiantil que llega a nivel de liceos y que contribuyó por diversos motivos, (incluyendo los netamente políticos) a la huelga universitaria en una fecha significativa del 21 de noviembre de 1952 originaria al derrocamiento del gobierno en 1958.

Desplazado el gobernó dictatorial por otro de transición, se conforma una Comisión Universitaria para modificar el estatuto de funcionamiento de las universidades lo que permite el rediseño de ellas sustentada en la autonomía universitaria, la cual viene acompañada de la contratación de profesores de alta preparación, la apertura popular de la universidad y, la creación de nuevas universidades. Se entra en un periodo de revisión de la educación universitaria concretando el sistema de admisión y la gratuidad de la educación superior, promoviendo la respectiva reglamentación en las universidades.

Después que se instala un gobierno democrático para el año 1960, las luchas estudiantiles asociadas a la agitación ideológica se profundizan dentro del marco de un gobierno debatiéndose con la guerrilla cuyos focos intelectuales se agruparon preferentemente en la Universidad Central de Venezuela y que por cierto han tenido un efecto directo años después a contribuir a erigir al régimen actual.

Con una nueva Constitución en los inicios de un periodo democrático, se perfila el desarrollo universitario dentro de un sistema educativo normado por el Plan de la Nación, surge el debate constructivo y el nombramiento autónomo de autoridades universitarias sustentado en elecciones internas por parte del Claustro Universitario.

Ya para 1969 un nuevo gobierno estimula el proceso de internacionalización centrado en el Convenio Andres Bello, y bajo una nueva Ley de Universidades se norman las actividades universitarias. Ello estimula el debate, la controversia y consecuentemente manifestaciones estudiantiles las cuales son coronadas con la invasión del ejército en sus predios y violación de su autonomía.

Todo este periodo ha estado marcado de conflictos y reclamos gremiales reivindicativos por parte de docentes y estudiantes acompañadas de reclamaciones financieras en lo que se ha   llamado lucha por un presupuesto justo. En general, la universidad ha sufrido un cambio favorable con los gobiernos democráticos, incluyendo la “renovación universitaria. Todo ello ocurre cuando la alternancia política y libertades democráticas hacen que se logre ampliamente la incorporación de la población joven de procedencia popular al sistema universitario.

Entramos en siglo XXI con una larga historia de transformación, cambio universitario e innovaciones académicas, acompañadas también de conflictos y enfrentamientos conceptuales con el régimen actual, especialmente sobre los objetivos de la universidad, y. de su visión democrática, crítica y autonómica. En tal sentido, es necesario hoy día revisar objetivamente su funcionamiento dada la circunstancia que frente a importantes limitaciones impuestas por el régimen se ha fragmentado e intervenido indirectamente el sistema universitario con el efecto directo de pérdida de calidad, éxodo estudiantil y docente.

Una serie de factores han limitado la misión y objetivos universitarios dentro de la línea de tiempo de tres siglos. Dentro de su propia perspectiva en el presente es necesario estudiar esta nueva realidad considerando la visión prospectiva del desarrollo de las universidades a mediano y largo plazo y, presentar una innovadora concepción actualizada de su situación y, de su desarrollo en estos tiempos de modernidad y cambio. Reconstruir su visión, valores y objetivos nos obliga como universitarios a convocamos para llevar a cabo la propuesta de retomar el camino de la transformación y modernización universitaria a pesar de los obstáculos que enfrenta. La universidad nunca se ha detenido en una línea de tiempo de tres siglos y no lo hará ahora a pesar de su intervención temporal por parte de un régimen que intenta someterla.


 



[1] Cronología histórica de la educación venezolana

Ramón Alexander Uzcátegui Pacheco y Luis Bravo Jáuregui Memoria Educativa Venezolana enero 2021, Caracas, Venezuela

 

sábado, 11 de diciembre de 2021

MODERNIZACION Y CAMBIO UNIVERSITARIO

 Es reiterativo la aspiración universitaria de invertir el tiempo necesario para preparar un serio programa de modernización y transformación universitaria para la nueva universidad, ello, frente a la perspectiva de que ya la universidad no es lo que solía ser, es decir un campus democrático, critico, creativo, innovador, plural, cultural y ductor de un país, claro, más allá de la formación de profesionales e investigadores. La universidad ha sido intervenida sistemáticamente por el régimen y poco a poco cambió su misión, visión y objetivos. Frente a ello, se requiere un cambio del modelo político para retomar esas características, mientras tanto, contribuyamos a formular un nuevo modelo de universidad acorde a los tiempos y a los significativos cambios sociales nacionales e incluso globales.


Persiguiendo la visión de Benjamín Franklin  para la educación superior en los albores de la independencia norteamericana, su visión modelaba los objetivos del nuevo mundo con el deseo expreso de mantener la incipiente democracia y avanzar en el desarrollo de la ciencia dentro de la perspectiva de conceder ampliamente el acceso a la educación superior y fomentar más allá de las profesiones, la ciudadanía activa; con visión de futuro afirmo:


  “..nada más importante para el bien público que formar y entrenar a la juventud en la sabiduría y la virtud. Los hombres sabios, y buenos son, la fuerza de un estado, mucho más que las riquezas o las armas, los cuales, bajo el manejo de la ignorancia y la maldad, a menudo traen miseria en lugar de proveer la seguridad de un pueblo” 


Siguiendo entonces estas formidables reflexiones, la necesidad de retomar la universidad es necesaria para dirigir los esfuerzos en estos menesteres ciudadanos, y para repensar la universidad en estos tiempos de necesario cambio.


La generación de reformas universitarias a finales del siglo XX se caracterizaron fundamentalmente por cambios en los modelos de financiamiento, en la exigencia de la búsqueda de eficiencia a través de la implantación de sistemas evaluativos y de atención a las presiones por relaciones más estrechas con el sector productivo. Agencias internacionales como la UNESCO y el Banco Mundial tuvieron un papel importante en la introducción en el discurso para la agenda de transformación, con los diferentes matices que la caracterizan, 


Vale la pena destacar el fenómeno de la globalización, y los nuevos paradigmas como sociedad de la información, sociedad del conocimiento,  y su complejidad los cuales imponen a la educación superior nuevas formas y retos, en los que se comienzan a gestar nuevas modalidades de universidad, entre ellas la universidad virtual y la universidad corporativa al que en consecuencia, se le exige que se transforme-; sin dejar de resaltar también, que comienza a surgir un mercado educativo de carreras y programas de educación que pondrán en apuros a los propios sistemas nacionales de educación superior.


Estos nuevos fenómenos de cambio que están irrumpiendo con fuerza en el siglo XXI tienen que ver por un lado con las exigencias de la globalización económica, de calidad, pertinencia, competitividad y ampliación en el acceso a la universidad, mientras que, otros aspectos, tienen que ver con los requerimientos de la globalización educativa y, por lo tanto, de la internacionalización como forma activa de responder a la sociedad del conocimiento. La modernización del sistema de educación superior es fundamental, para abrir nuevos espacios de competitividad y pertinencia social, se precisa lograr transformaciones en los sistemas de educación superior frente a los retos que impone la nueva sociedad. 


El modelo tradicional de universidad no resiste a las exigencias de las nuevas realidades, requiriéndose una reconfiguración conceptual de su actuación y nuevas prácticas que permitan a las Instituciones de Educación Superior vincularse a su entorno. En este sentido, se deben arbitrar mecanismos innovadores; para ello, es necesario adoptar una cultura emprendedora que explore las oportunidades de producir cambios, todo ello sujeto a un plan derivado de un análisis producto de una investigación formal de la realidad universitaria en particular, sin dejar de lado la perspectiva del entorno educativo, el desarrollo del país para el caso de Venezuela, y su vinculación internacional.


A través del análisis de las diferentes corrientes del pensamiento sobre la educación en general, y consecuencialmente la revisión de los problemas de la educación superior se identifica el impacto de los nodos convertidos en los principales obstáculos para la transformación y modernización universitaria. A través de la experiencia en la dinámica universitaria, se propone una propuesta preliminar para darle forma a un proyecto definitivo financiado por organismos nacionales e internacionales destinados a la construcción epistemológica que facilite la definición de las líneas estratégicas para la formulación científica de un Modelo de Universidad que persiga el cambio y modernización de la educación superior. 


La sociedad debería poder contar con un sistema universitario encargado no solo de generar y transmitir conocimientos, sino que sea capaz de tomar conciencia de la transición, analizar sus implicaciones y encontrar la fuerza autónoma para su autotransformación. De otra manera, el sistema educativo se convertirá en un freno al despliegue del potencial de modernización de nuestras sociedades incluso dentro de un cambio de modelo político. Si no se da el cambio hoy, mañana todavía se estarán egresando profesionales desligados y desactualizados a las nuevas realidades. 


Esta dinámica de cambios, nuevas exigencias y demandas se depositan en los sistemas universitarios, imponiendo una nueva generación de reformas que producen un «papel clave tanto en la generación y movilización de conocimientos como en la formación de sujetos con capacidades de desempeño creativo con el nuevo entorno». 

Es imprescindible la revisión de los procesos académicos, financieros, administrativos y de pertinencia social acompañados de una evaluación de la calidad, y sobremanera, de las necesidades del país. La universidad debe cumplir con las expectativas de la sociedad en la cual se inserta, en función de sus demandas de formación de recursos humanos de alto nivel en áreas prioritarias para el progreso nacional, de los avances de la ciencia y la tecnología para la inserción del país en forma competitiva en la sociedad y, del acercamiento universidad-comunidad mediante el reforzamiento de programas de extensión y otros similares.

Frente a estos antecedentes, en mayor o menor medida “se deben elaborar estrategias de revisión integral que resulten justas, equilibradas, realistas y pertinentes acordes con los avances del mundo, así como también con los requerimientos de la sociedad, buscando canales de interrelación y a la vez, relegitimando su papel como generadora de conocimientos y motor de cambios de la sociedad”.



En atención a ofrecer un análisis sobre las múltiples propuestas que en materia de reforma universitaria se han generado en Venezuela y en general en América Latina, es necesario establecer cuáles son los principales aspectos que interactúan en el tema de reforma universitaria, al detectarse una búsqueda sistemática de los caracteres, antecedentes y factores que interactúan como variables de análisis. En este sentido, se requiere analizar los principales mecanismos que propicien el proceso de transformación universitaria; así como los elementos que permitan configurar una metodología para llevar a cabo el cambio, especialmente, en los aspectos relativos a la gerencia universitaria En el sentido de satisfacer esta inquietud investigativa, es necesario ordenar los aspectos básicos e implícitos en el tema de modernización y transformación universitaria; llevar a cabo un análisis, con la utilización de recursos conceptuales y técnicos que ofrece la Ciencia y establecer las principales características, mecanismos y elementos que impulsen los procesos..

El Sistema educativo venezolano adquiere un gran desafío en lo que se refiere a una revisión integral mediante acciones enmarcadas en una alta complejidad y por lo tanto para solucionarlo se requiere de cambios profundos: políticos, económicos y sociales enfocando el problema dentro de una visión de totalidad, sistémica-globalizadora, integradora, donde todos los elementos del sistema educativo sin descalificación o exclusión de ninguno de ellos, sean considerados para la elaboración de paradigmas y proyectos de acción a mediano y largo alcance, integrales, flexibles, actualizados, definitivamente comprometidos con el cambio permanente y puestos al servicio de una sociedad democrática, solidaria, justa productiva, centrada en el desarrollo autosustentable y armonioso


sábado, 4 de diciembre de 2021

PERSPECTIVAS DE LA UNIVERSIDAD

 


Una visión prospectiva de la educación permite apreciar que  está siendo impactada por la vertiginosa presencia de la tecnología digital donde las estimaciones señalan que la comunidad venezolana vive en la oscuridad digital retando a las agendas educativas sobre el desafío de garantizar el acceso a la sociedad del conocimiento y da por descontado que  “los temas pendientes que arrastramos del siglo XX  siguen relacionados con la cobertura, y acceso tecnológico a los distintos niveles educativos”.

Irremediablemente todo a nuestro alrededor se transforma tal y como se pone de manifiesto en los grandes cambios: las cadenas del comercio, la demografía, los fenómenos climáticos, la evolución exponencial de las tecnologías, y el exceso de información que se genera cada segundo. Cambios que por lo demás sucedían antes de la declaración mundial de la pandemia, pero que, con la nueva realidad, se han acelerado. En este sentido, es necesario interpretar la estructura del sistema educativo y su mayor componente profesional en los escenarios universitarios los cuales han sido intervenidos ideológicamente y que obligatoriamente deben ser tomados en cuenta para formular un proyecto de transformación universitaria, y muy especialmente, de la realidad que está modificando la curva de oferta y demanda laboral. Todo eso obliga a reconfigurar para un futuro mediato un nuevo modelo de universidad y buscar a gran escala centrarse en tareas de mayor valor añadido.


Las tendencias de la sociedad actual aun con las limitaciones estructurales y políticas de nuestro país, requieren una revisión integral para atender la necesidad de los requerimientos académicos, superar los problemas de gobernabilidad nacional y de las instituciones educativas, ir más allá de resolver el secular recorte del presupuesto universitario y para satisfacer las cambiantes necesidades sociales, y su desarrollo dentro de la regionalización de las economías.

Es evidente la elevada tasa de la deserción universitaria la cual ha aumentado con la pandemia. Si bien es cierto, existen allí factores vinculados a la política desarrollada por el régimen que ha sido altamente restrictiva y focalizada, la deficiencia en la conectividad tecnológica, y de apoyo económico obliga a  de trabajar de inmediato en una reestructuración del modelo universitario para ajustar el  tono en que las instituciones de educación superior están dejando de ser una opción para estudiar una carrera, ya no solo como consecuencia de la crisis social, política y económica, sino también por la necesidad de resolver los problemas de inserción en el mercado laboral 

Las universidades en un nuevo escenario prospectivo deberán estar construyendo alianzas con organismos, empresas, e instituciones con estructuras más ágiles colocando en la mesa sus recursos humanos con experiencia investigativa, docente y extensionista, desarrollar nuevos enfoques, profesiones ajustadas a la realidad, y certificar competencias profesionales en formatos curriculares diferentes a los actuales. La educación superior continúa siendo restrictiva tal y como fue concebida en el pasado y va dirigida al colapso acosada no solo por las fuerzas del cambio lo que pone en evidencia el establecimiento de un nuevo paradigma para que sea exitoso dentro de las perspectivas sociales y de desarrollo de los próximos años.

Es este último escenario el que debemos subrayar y en el que deberíamos ubicarnos para adoptar una nueva visión la cual es la clave para desarrollar alta competencia, con verdadera autonomía, y proporcionar las bases para instrumentar estructuras cada vez más auto sostenibles. De acuerdo a los planteamientos propuestos por Silingo y Clark en lo que denominan Innovación Disruptiva   citamos: “ Se argumenta que la pandemia ha puesto al descubierto la necesidad de que la educación superior cambie sus proyecciones de matrícula futura”, en consecuencia,  muchas universidades tendrán que ajustar la forma en que forman a los estudiantes, formular innovadores proyectos y patentes, y aunque no les guste a muchos académicos ortodoxos, hacer negocios si desean sobrevivir económicamente dentro de las perspectivas de  que existe una oportunidad única para aprovechar los cambios emergentes de los últimos años para un buen largo plazo.

Con ese fin, las universidades deben actuar ahora para derribar las barreras de acceso y llegar a una población más amplia y diversa de estudiantes ansiosos de satisfacer las necesidades de una fuerza laboral cambiante y capturar oportunidades profesionales y de aprendizaje a lo largo de toda la vida. Sin duda, la pandemia causó un verdadero dolor a la educación superior, pero también aportó claridad sobre lo que viene a continuación. Mucho ha sido ya escrito sobre cómo el Covid-19 obligó a las escuelas a acelerar la combinación del aprendizaje presencial y en línea. Si bien este cambio abrupto creó desafíos significativos, este modelo híbrido a largo plazo mejorará enormemente. Las nuevas herramientas digitales, pueden ayudar a los educadores a evaluar mejor la participación de los alumnos, proporcionando así a los instructores una hoja de ruta clara sobre cómo perfeccionar y mejorar sus cursos y métodos de enseñanza.

Pero hay otras lecciones que aprender de este año tumultuoso que se extienden mucho más allá del aula; una red educativa reunió a un grupo de líderes de la educación superior para discutir cómo la asombrosa interrupción de las clases presenciales marcó la pauta para proporcionar pistas para re imaginar cómo las instituciones dirigirán sus actividades y servirán a los estudiantes en el futuro. Lo que surgió de las encuestas y discusiones con el grupo fue que el enfoque hibrido es necesario para impartir educación la cual debe ampliarse para incluir no solo cursos académicos, sino también otros elementos principales que impulsan la experiencia de aprendizaje y hacen que el campus funcione, es decir, los servicios estudiantiles, la prestación de servicios profesionales, el desarrollo de las empresas universitarias para administrar los proyectos de investigación y dotar de una poderosa fuerza laboral a la economía que habrá de reconstruirse.

El campus híbrido, trasciende nuestra idea actual de educación combinada con una visión más holística para ofrecer todo lo que ofrece una institución, desde asesoramiento académico hasta cursos y servicios profesionales. Las instituciones tienen la oportunidad de aprovechar con nuevas inversiones y aprendizaje en tecnología digital la experiencia de docentes y de estudiantes y, favorecer el trabajo remoto bajo la premisa que este enfoque podría hacer que las instituciones se centren más en el estudiante y en sus profesores a fin de garantizar su sostenibilidad.

Otros cambios requieren de una mejor estrategia, como por ejemplo, administrar a los estudiantes como componentes vitalicios y recopilar información en tiempo real sobre las necesidades cambiantes de la fuerza laboral, para ello, las universidades pueden desarrollar programas académicos flexibles para la economía en evolución, organizar cursos acreditables para un plan de estudios en particular y, que estén siempre disponibles en programas de educación continua. También es imprescindible utilizar las preferencias de los estudiantes e identificar métricas comunes para averiguar dónde suelen quedar atrapados en su trayectoria académica apoyados en el desarrollo de cursos diseñados para la era digital (en lugar de simplemente grabar las clases en el aula o enseñar a través de Google Meet, Zoom u otra plataforma), un elemento estratégico que se debe emplear es un «mapa» que los miembros del profesorado preparen para ayudar a decidir qué se imparte mejor en línea y qué es mejor para la instrucción presencial. 

Solemos pensar en universidades para enseñar a los estudiantes una profesión, y realizar investigaciones, pero hay que tomar en cuenta que también son lugares de trabajo. El campus híbrido requerirá que la gerencia universitaria identifique las funciones que son de importancia crítica para la misión de la institución y centren sus recursos humanos en esas funciones. Otros servicios podrían ser mejor prestados por entidades externas creadas por la propia universidad que pueden invertir en esos servicios y proporcionarlos a escala económica complementaria.

En el centro de cualquier cambio en la educación superior no es de extrañar que la administración y el profesorado no estén dispuestos a afrontar por razones atávicas, incluso se nieguen a adoptar nuevos procesos administrativos, estructuras y mediciones de desempeño; sin embargo, como vimos durante la pandemia, es posible hacer cambios que se pensaba que tardarían años en implementarse, pero se pusieron en marcha casi de la noche a la mañana cuando los campus se cerraron temporalmente. 

Las inversiones realizadas y las que haya que realizar son elementos claves para la ampliación de verdaderas plataformas de educación a distancia, bibliotecas digitales, hemerotecas, “big data técnica”, ediciones arbitradas, sistemas de control de plagios, plantas de video “streaming”, estudios de producción, producción de conocimientos, desarrollo de contenidos y de laboratorios virtuales para la educación en línea los cuales son complementos importantes para el «gran experimento de la educación para el futuro», para lo cual, tanto los beneficios como los inconvenientes, son demasiado potentes para ignorarlos.

La educación superior es un servicio público, un nuevo y necesario modelo de gobierno democrático tiene la responsabilidad indelegable e indeclinable de garantizar el desarrollo y calidad del sistema de educación superior concebido como un conjunto articulado de instituciones, programas y escalas atractivas de remuneración; debe procurar los recursos necesarios para su funcionamiento y velar por el cabal cumplimiento de sus procesos, orientaciones y principios en correspondencia con el interés nacional.  En ese sentido la educación superior es un factor estratégico para la reconstrucción nacional, social, consolidación de la democracia, de la soberanía nacional y de una sociedad mejor. 

Entendemos que el sistema universitario en un sentido prospectivo debe coadyuvar a acometer un trabajo de envergadura, incluso de alcance internacional para reformular el sistema universitario y el diseño de una universidad en particular, ello es necesario, pero el objetivo final es definir una política de gobierno el cual bajo un modelo adecuado tiene la obligación de atender las propuestas de un estudio exhaustivo del sistema dentro de las perspectivas de cambio. Estos requerimientos requieren de un proyecto de investigación holístico y la determinante inversión financiera para lograr los objetivos de inducir al cambio y lograr la transformación del sistema orientado a plantear una nueva universidad cuyos componentes estructurales estén asociados al compromiso del liderazgo universitario para su instrumentación.



 


sábado, 27 de noviembre de 2021

OBSTACULOS Y TRANSFORMACION UNIVERSITARIA

 



 

Se ha consumado lo inevitable, la estrategia totalitaria del  régimen venezolano se consolida al menos como ya se había advertido hace meses en lo que respecta a posesionar a sus más conspicuos militantes en veinte entidades federales basado en un sistema electoral irregular, el cual sigue siendo ilegal y fraudulento; que ha cumplido el acuerdo con la “plataforma unitaria” de ceder una pequeña parte de gobernaciones y alcaldías  como compensación para proyectar la imagen democrática, cuando en realidad es una simulación seudo democrática; al mismo tiempo que les permita el reconocimiento y reacomodar la  narrativa, lograr la supervivencia política a ambos, es decir, al régimen, a algunos partidos, y a sus dirigentes quienes pretenden seguir en lo mismo, y justificar lo injustificable. Igualmente, proyectar acciones para lograr que en algunos países se consolide la opinión de que tenemos democracia, que se cumplieron los acuerdos básicos, y obviamente, todo ello, como   táctica para mantener el poder hasta el año 2024 el cual servirá como punto de inflexión para intentar prolongar la dictadura mediante una réplica electoral falsa.

 

Al consolidar su política basada en elecciones cuestionadas sustentada en una minoría electoral, el repudio de la mayoría manifestada en el no ejercicio del sufragio por considerar que lo organizó un régimen usurpador, acompañado de la decepción con dirigentes incapaces y colaboracionistas, no cabe la menor duda que  se prolongará el colapso y crisis en que se encuentra la economía y la sociedad venezolana, crisis que no tiene precedentes y que desgraciadamente  fortalecerá la contracción económica arrastrando  la estrepitosa caída del poder adquisitivo de los venezolanos y el consiguiente incremento de la pobreza y de la desigualdad. La inferencia para el año que pronto se inicia será superada, lo cual determina que el país se ubicará nuevamente dentro de las mayores crisis del mundo. Los indicadores sociales se van a seguir deteriorado sustancialmente con el desmoronamiento de los servicios básicos, el debilitamiento institucional y el efecto directo del incremento de la deuda pública con sus efectos negativos y, que hasta ahora ha alcanzado más de quinientos por ciento del PIB y continuará creciendo.

 

Como todos sabemos el capital humano, insumo fundamental para un país está diezmado y es evidente por el efecto que tiene la disminución en la calidad de la educación, la notable deserción educativa del sistema, y el aumento de los jóvenes que no estudian ni trabajan. El proceso de migración debilita aún más la capacidad profesional y la migración que ya supera los 6,5 millones de personas tiende a potenciarse y por supuesto afectarán el potencial de crecimiento del país.

 

Frente a ese desolador cuadro la universidad venezolana entra en la condición de intervenida y se está ajustado a los  intereses de la estrategia socialista cuyo fundamento básico ha sido la de reducir a la población docente, administrativa y de servicios a una condición humillante en términos de sueldos y salarios. Redujo a niveles de supervivencia a la comunidad universitaria, sometiéndola a ingresos cuyo valor medio no llega a siete dólares-mes como media ponderada lo cual determinó un efecto crítico en dos factores fundamentales, el primero fue que los que  vieron con claridad la situación emigraron para ejercer sus actividades en otros paises debilitando la capacidad intelectual interna y enriquecer sin costo alguno la de los paises vecinos. En segundo lugar, los que no pudieron hacerlo por diversas razones, entre ellas la pandemia del conavirus-19, se refugiaron en su desesperanza y están paleando la situacion a niveles de supervivencia en la economía informal.

 

El régimen con su plan de control al sistema creó aldeas universitarias como si fuesen universidades las cuales no pueden llamarse tales por su concepción primaria que en esencia deforma y ajusta los planes de estudio con otros objetivos, como lo es forjar mediante un nuevo esquema proselitista a ideólogas, asociados a la mentira de hacer creer  a la juventud que tienen un titulo profesional, cuando en realidad lo que logran es uno supletorio, que no acredita bajo ningún efecto la debida competencia profesional; el número de egresados en esa condición se contabiliza por parte del régimen como un gran logro y,  su producto en dos décadas ya suman cientos de miles donde buena parte de ellos engrosan a las filas de los militantes del régimen.

 

Logrado el control universitario, domó literalmente a la comunidad y la colapsaron institucionalmente, dejando sin respuesta funcional a las que tuvieron pensamiento critico, que adversaron las ilegalidades, a una universidad que había dotado al país de una sociedad inteligente y democrática en su mayoría sustituyéndola  por otra, decadente, desesperanzada, pobre y sin recursos, es decir, una clase nueva de pobreza crónica. La comunidad universitaria sobreviviente tiene solo el recurso de la protesta retórica, comunicados sin efecto, sin capacidad de convocatoria, y en las recientes semanas ha caido en la celada de articularse con el régimen para reconstruir la pérdida física de sus campus. El régimen ejerce sus acciones directamente, sin disimulo  para dar la impresión de que están reconstruyendo la infraestructura pérdida. Solo sobrevive la universidad en apariencia, con algunos programas académicos, y la informalidad de una educacion a distancia restringida cuyos resultados son totalmente cuestionables desde el punto de vista académico y profesional.

 

Se plantea el llamado a clases, la inscripción de nuevos estudiantes, cuya selección la impone el régimen, es decir, entran potencialmente sus militantes para invadir los espacios, con la mente puesta en imponer la idolología socialista. Se prepara una retoma la actividad academice sin  infraestructura adecuada, y un presupuesto administrado por el régimen, sin  mas de la mitad de la fuerza docente e igualmente, con estudiantes virtuales donde muchos se fueron  o se dedicaron a otras actividades de supervivencia.

 

Frente a la gran complejidad en la  educacion superior, con una fuerza  docente debilitada y menguado interés estudiantil se protesta en hermosa prosa declarativa; pero aún así se apresta para iniciar lo imposible. Sus esperanzas imprimen la aspiración de reconstruir la universidad, de producir un nuevo modelo y retomar la actividad universitaria, aún reconociendo que lo hacen con muchos obstáculos, dentro de un escenario adverso sin ignorar  la premisa que nada será posible con este modelo  de gobernanza y la única posibilidad de  reconstruir a futuro del sistema universitario es con un cambio  de modelo  politico y una nueva concepción organizacional de la universidad.

 

Al menos esta aspiración genuinamente universitaria  tiene que ser aprovechada, en el tiempo que quede antes de que el r    régimen colapse y se cambie el modelo politico..La comunidad tiene y debe preparar un proyecto de  transformación universitaria, diseñando estrategias y planes operativos para crear la nueva universidad. Es imprescindible la revisión de los procesos académicos, financieros, administrativos y de pertinencia social acompañados de una evaluación de la calidad, y, de las necesidades del país. La universidad debe cumplir con las expectativas de la sociedad en la cual se inserta, en función de sus demandas de formación de recursos humanos de alto nivel, en áreas prioritarias para el progreso nacional, de los avances de la ciencia y la tecnología para la inserción del país de forma competitiva en la sociedad internacional y del acercamiento universidad-comunidad mediante el reforzamiento de programas de extensión y otros similares.

 

Frente a estos antecedentes, en mayor o menor medida se deben elaborar estrategias de revisión integral que resulten justas, equilibradas, realistas y pertinentes acordes con los avances del mundo, así como también un nuevo proyecto con los requerimientos de la sociedad, buscando canales de interrelación y a la vez, relegitimando el papel democrático de la universidad como generadora de conocimientos, motor de cambios de la sociedad y su vital contribución al logro de la libertad de acción y desarrollo moderno de la educación en Venezuela.

 

sábado, 6 de noviembre de 2021

ALLANAMIENTO UNIVERSITARIO

 


La planta insolente del poder en compañía de una odiosa patrulla cubana allanó los espacios universitarios de la Universidad Central de Venezuela, mostrando la barbarie, despreciativa de la más elemental urbanidad. Se apoderaron del alma mater en una acción que evoca los inicios de la universidad republicana con el desprecio militarista contra la civilidad del rector José María Vargas. Ahora, fue una acción simbólica y burlista, destinada a marcar y coronar la estrategia de apoderamiento de la principal universidad venezolana.

El régimen ha venido actuando en una acción envolvente desde dentro de la universidad, con la palanca de personas adeptas al sistema dictatorial y, externamente, desde el propio ejecutivo. Cambiaron las tácticas del allanamiento policial o de tanquetas, por los muy cubanos y sofisticados procedimientos ilegales, es decir, el estrangulamiento financiero permanente donde los recursos obligados del presupuesto apenas cubren los gastos de una nómina chucuta que se traduce en los miseros ingresos de los profesores que no les permite sobrevivir con la actividad académica.

Establecida la menguada política salarial, dan dos golpes arteros. Crean un sindicato de esquiroles para sustituir las actas convenio; imponen un mecanismo de control del personal universitario y convierten a los profesores en trabajadores universitarios. Coronan la acción pasando la nómina a control del sistema patria dependiente directamente de los esquemas ministeriales convirtiendo la autonomía administrativa universitaria en un cajero automático y de anuncios de pago por parte de la deprimente autoridad administrativa que se convirtió en empleado público.

Una segunda acción sustentada en decretos cubiertos de aparente legalidad del Consejo Nacional de Universidades el cual dispone de la mayoría oficialista basada en la obediente decisión que representa a más de setenta universidades, que no son tales. Aprueban decretos para reorientar las carreras universitarias ajustándolas al esquema socialista y asumen el control de las carreras que las universidades deben dictar. Monopolizan el ingreso de estudiantes en un cien por ciento los cuales son asignados por la oficina de planificación de manera obligante. En resumen, se apoderaron de la academia y de la administración curricular.

Por último, ante el deterioro causado por las políticas anteriores, y los efectos de la pandemia, la universidad se vacía. Más de la mitad de la comunidad universitaria dándose cuenta de la perspectiva de la perdida de autonomía, el deterioro personal y de la decadente infraestructura, se va del país. Se queda el personal menos desarrollado y obviamente, jubilados y pensionadas, ambos segmentos dependientes de las decisiones del régimen.

La infraestructura universitaria se deteriora totalmente, es saqueada, arruinada y hace inoperante su funcionamiento regular. Las autoridades universitarias se mantienen en sus cargos deliberadamente a los cuales el régimen va sustituyendo gradualmente. Los que quedan, que ya van para catorce años asisten regularmente al Consejo de Universidades a recibir vejámenes y se mantienen supuestamente activas para dar supuestamente continuidad a las funciones universitarias, pero también, aceptan calladamente las decisiones oficiales impuestas. Algunos protestan tímidamente o se someten para preservar sus cargos. Obviamente no aceptan el reto de ir a elecciones porque disque el Tribunal Supremo lo prohibió hasta que se aplique un reglamento inclusivo. Finalmente actúan como simples espectadores, sin autoridad alguna.

El deterioro universitario es tal, que después de casi dos años de inactividad forzada, el régimen decide intervenir para reconstruir el daño echándole la culpa a la incompetencia de sus autoridades. Envía regimientos de intervención a maquillar la universidad para “ponerla bonita” y las autoridades anuncian hipócritamente que los planes de mantenimiento y reconstrucción los dirigen con las políticas de sus unidades de protección y mantenimiento en una acción simulada de falso control frente a las decisiones oficiales, y ahora, con el nombramiento y decisión de una “virgen” protectora.

El tricentenario de la universidad, el deterioro y un supuesto inicio de actividades se toma como excusa para maquillarla estéticamente, tal y como a una anciana que le ponen colorete, le pintan de rojo la boquita preparándola para el golpe final y mandarla al cementerio. Finamente se apoderan de lo que fue el mayor centro de la cultura, de la crítica constructiva, de la investigación y de los servicios rectores para un país que se ya no es democrático.

Ante tales ofensas, y desvaríos, reflejados iconográficamente con la foto de la máxima autoridad sentada de manera forzada en un pupitre es el mensaje subliminal de que la vieja es suya y que los demás “corren o se encaraman”.

Ante tanta humillación, la comunidad universitaria no oculta su desaprobación, incomodad y sentimientos de violación. Se expresa tímidamente en las redes, pero sus autoridades “ni pio”, no se enfrentan, a lo mejor por complicidad de manera altamente sospechosa.

Ante toda esta actuación de apoderamiento e intervención, la comunidad universitaria esta consciente de la dirección  en que se mueve el oficialismo para imponer las  líneas ideológicas comunistas de control y sometimiento, que en las elecciones de noviembre le lavarán la cara para desplegar la imagén falsa de apariencia democrática y que, con la complicidad de la plataforma unitaria la apariencia se consolidará, lo cual les permitirá seguir desarrollando sus objetivos o al menos diferir todo problema hasta la convocatoria de elecciones presidenciales lo cual, de paso, le da la ventaja para desplegar acciones fraudulentas y de preparar la escena para consolidar el poder.

Ante ese panorama, la protesta universitaria debe manifestarse de alguna manera. El 21 de noviembre, fecha electoral, es día aniversario de la célebre huelga universitaria estudiantil, pues les invito a concentrarse en la universidad para al menos denunciar la violación de la autonomía universitaria, del cerco ideologizaste y generar la suficiente corriente de opinión para llevar y forzar las elecciones de las autoridades universitarias.

Por otra parte, como preparar la universidad para su rescate y reconstrucción cuando el modelo actual dictatorial sea vencido y desplazado, pues poniendo toda la capacidad intelectual para el desarrollo de un modelo diferente de universidad. Hay que repensar al sistema, lograr mediante el diálogo constructivo adaptarse a nuevas realidades de la educación, donde hay cientos de miles de graduados en universidades que no son tales, que habrá que reciclar para actualizar un conocimiento nulo de los que creen ingenuamente que son profesionales de verdad. De cómo resolver el problema de más de cien universidades que deben ser examinadas en su factibilidad académica, administrativa y de pertinencia social para aplicar la correcta reorganización de acuerdo a las particularidades de cada Estado Federal. Unificar criterios, objetivos, y metas para crear de verdad una universidad en cada territorio. Como devolver la visión a las universidades experimentales de vocación tecnológica y qué organización darles a las universidades nacionales para retomar el camino de la investigación científica y liderar los planes rectores de un país que fue quebrado.

Este tiempo de incertidumbre debe ser empleado en el desarrollo de una estrategia de cambio de la universidad venezolana y en general contribuir con su impacto a la búsqueda de un país libre y democrático.

sábado, 2 de octubre de 2021

COLAPSO UNIVERSITARIO

 

La universidad venezolana entró en una etapa de intervencion por parte del régimen, que ya no  es solapada, lamentablemente se ha ajustado a los  intereses de la estratégia socialista. El fundamento básico de ella,  fue reducir a la poblacion docente, administrativa y de servicios a una condicion humillante en términos de sueldos y salarios. En otras palabras, redujo a niveles de supervivencia a la comunidad universitaria, sometiéndola a ingresos cuyo valor medio no llega a cinco dolares-mes, ello determinó un efecto crítico en dos factores fundamentales, el primero fue que los que  vieron con claridad la situación engrosaron a los seis millones de venezolanos que emigraron para ejercer sus actividades en otros paises debilitando la capacidad intelectual interna y enriquecer sin costo alguno la de los paises vecinos. En segundo lugar, los que no pudieron hacerlo por diversas razones, entre ellas la pandemia del conavirus, se refugiaron en su deseperanza y están paleando la situacion a niveles de supervivencia.

 El régimen con su plan de control social, creó aldeas univesitarias, universidades que no pueden llamarse tales por su concepción primaria que ha sido la de deformar y ajustar los planes de estudio con otros objetivos, forjar con un nuevo esquema proselitista a ideológos, acompañados de la mentira de hacer creer  a la juventud que tienen un titulo profesional, cuando en realidad lo que logran es uno supletorio, que no acredita bajo ningun efecto la debida competencia profesional; el número de egresados en esa condición se contabiliza como un gran logro y,  su producto en dos decadas suman cientos de miles donde buena parte de ellos son fanáticos y engrosan a las filas de los enchufados del régimen.

Simultaneamente, la politica educativa impuesta convirtió a los institutos universitarios en “universidades”, sometió a las universidades nacionales a restricciones financieras intolerables hasta que logró, que su estructura presupuestaria integrada mayoritariamente por costos de nómina pasara a ser controlada y pagada directamente por el regimen mermando las funciones de los responsables administrativos que se limitan a ser mensajeros de cuando los infimos recursos son depositados en sus cuentas.

El régimen complementó  esa actividad con la firma fraudulenta de una convención colectiva manejada por las manos de fanáticos de sus planes. Estas infamantes decisiones no tuvieron oportunidad de revertirse convirtiendo a las autoridades en simples tramitadores y las eternas autoridades universitarias no pasan de una tímida expresión de protesta, especialmente, cuando se han violando normas constitucionales las cuales cercenaron la autonomia universitaria, y prohibió a las elecciones universitarias. Mas recientemente,  intervienen autoritariamente a  las autoridades y las sustituyen por fanáticos de su revolución sometiendo por la via de hechos cumplidos a las comunidades universitarias y ahora, tienen la mirada puesta en las pocas universidades nacionales  que quedan las cuales intentan reactivarse aparentando funcionar con un falso maquillaje.

Logrado el control de un sector que siempre fue contestatario, domó literalmente a las universidades, y las colapsaron, dejando sin respuesta a instituciones que tuvieron pensamiento crítico, que adversaron las ilegalidades y dotaron al pais de una sociedad inteligente y democrática en su mayoria por otra decadente, desesperanzada, pobre y sin recursos para su reactivación y, porque no decirlo, en una clase nueva con pobreza crónica.

La comunidad universitaria sobreviviente tiene solo el recurso de la protesta retórica, comunicados sin efecto, sin capacidad de convocatoria, y en las recientes semanas cae en la celada de articularse con el regimen para reconstruir la pérdida física de sus campus bajo la apariencia que son dirigidos falsamente por las autoridades universitarias, ejercen sus acciones sin disimulo  para dar la impresión de la reconstrucción oficial de la infraestructura pérdida, de sus laboratorios, e instalaciones docentes las cuales afectaron mortalmente los procesos de docencia e investigación. Solo sobrevevive la universidad en apariencia, con algunos programas académicos, y la informalidad de una educacion a distancia chucuta cuyos resultados son totalmente cuestionables desde el punto de vista académico y profesional.

Se plantea el llamado a clases, la inscripción de nuevos estudiantes, cuya selección la impone el régimen, es decir, entran potencialmente sus fanáticos para invadir los espacios, con la mente puesta en imponer la idelologia favorable al comunismo. Se prepara una retoma de la actividad académica sin recursos, sin la infraestructura adecuada, y un presupuesto administrado por el régimen, sin más de la mitad de la fuerza docente e igualmente, con estudiantes virtuales donde muchos se fueron o se dedicaron a otras actividades de supervivencia.

Frente a la gran complejidad de la educación superior, con una fuerza docente debilitada y menguado interés estudiantil, se protesta en hermosa prosa declarativa; se apresta para iniciar lo imposible, sus esperanzas imprimen la aspiración de reconstruir la universidad, de producir un nuevo modelo y retomar la actividad universitaria, aún reconociendo que lo hacen dentro de un escenario adverso ignorando la premisa que nada será posible con este modelo  de gobernanza y la unica posibilidad de reconstruir a futuro el sistema universitario es con un cambio de gobierno.

No se avizora dentro de las circunstancias políticas del momento cambio alguno, los dirigentes y activistas que se dicen de oposición, transaron con el régimen en negociaciones vergonzosas la supervivencia política y el compartimiento de un poder menguado integrado por los mendrugos que quedarán de las tan defendidas elecciones regionales que por fraudulentas e ignorando la ley y la Constitución las dan por buenas coincidiendo con la politica y práctica delincuencial del régimen, o al menos, de complicidad manifiesta.

Si se logra, como es deseable e imprescindible, el cambio de modelo, ¿cómo resolver el tema de dos centenares de universidades que no son tales?, ¿cómo reconstruir el sistema universitario? ¿Qué hacer para reconducir a millones de profesionales de mentira y adaptarlos a las competencias del mundo actual? ¿Cómo resolver el tema de la proliferación de planes de estudio sin pertinencia? y ¿cómo retomar la investigación y reconstruir el tejido académico?. En realidad son respuestas complejas frente a un mundo univesitario que está cambiando de manera global, la realidad es que muchos jóvenes no quieren ser universitarios, sino simplemente entrenarse lo mas rápido que se pueda con habilidades profesionales focalizadas en la coyuntura laboral.

Solo son unas ideas al respecto que nos llenan de temor e incertidumbre, recomponer el sistema universitario significa prever la debida estratificación de sus objetivos, por ejemplo, docenas de universidades territoriales o estadales se han multiplicado con los mismos objetivos y carreras, incluso con el mismo cuerpo docente. Docenas de universidades del Estado conviven en  la misma ciudad con estructuras universitarias tradicionales, universidades experimentales que ya no lo son, tecnológicos que son universidades. Creemos que llegó el momento de estudiar la creación de las universidades de cada estado federal dentro de un subsistema regional adecuado, definir a las universidades nacionales con otros objetivos profesionales y potenciarlas hacia sus verdaderos fines: la investigación, desarrollo y formación de científicos, de proyectos innovadores acompañados de su pertinente acción social para el desarrollo de grandes centros de salud, tecnología y producción de conocmiento; además, favoreciendo el producto regional de las universidades regionales con la incorporarción a una educación cientifica de los mejores. Utopia, tal vez, pero  hay que repensar la universidad.

En un mundo ya globalizado, para muchos pareciera que está claro que la realidad mundial tiene cambios significativos en la educación universitaria frente a la explosión tecnológica y enlazado en redes, donde todo cambia, y la “big data” nos invade. La curva de aprendizaje cambió para la población laboral la cual está centrada en nuevas profesiones. Estamos hablando de la vinculación real, de necesidades de inversión y de nuevos enfoques, tales como: programas certificables montados en eficientes plataformas administradas por instituciones confiables y de credibilidad, asociados con proveedores tecnológicos que no son precisamente universitarios, sino  instituciones de alta tecnología sustentados en potentes desarrollos científicos que ya no lo producen las universidades.

Frente a ello la educación universitaria está dejando de ser una opción inmediata para las personas que  requieren insertarse en el mundo laboral cuyas competencias la universidad no las ofrece; su efecto es determinante, potenciado en nuestro caso, por la destrucción y colapso del modelo  universitario provocado exprofeso por el régimen.

Desde el punto de vista de lo que está sucediendo, la universidad que pretende reiniciarse es insostenible, frente a ello, responsablemente tenemos que desarrollar nuevas opciones o simplemente innovar y dejar la cosmética universitaria de reparar lo irreparable. Estamos hablando de una nueva universidad o modelo de universidad, que incorpore la formación integral, libre, flexible y de calidad, que permita su inserción en la sociedad del conocimiento actual. En realidad, la vision necesaria es otra, es de alianzas, internacionalización, articulación con organismos, instituciones, y corporaciones, de manera ágil y colaborativa, de competencia laboral, con nuevos planes para la formación profesional.

El futuro se modela con cierta probabilidad, frente al hecho que la población y sus aspiraciones siguen en crecimiento; que no desea volver a los mismos esquemas pasados de moda. Su diseño se llama transformación, miles de competentes diseñadores y expertos universitarios deben trabajar duro y sistemáticamente mientras los poderosos comunistas disfrutan de las mieles del poder, que no será eterno. Mientras tanto, en nuestros humildes gabinetes y la debida conexión positiva nos permita diseñar ese futuro universitario y desarrollar nuevas estructuras sostenibles en el tiempo de acuerdo al tremendo  desarrollo  cientifico tecnológico  actual.

Hagamos el trabajo, desarrollemos escenarios viables, prácticos, sólidos, científicos y humanísticos, aprovechando los recursos intelectuales al máximo, sin dejar de adoptar actitudes críticas, combativas y no dejarnos vencer por las fuerzas del mal, ni de modelos globalistas, cara oculta del poder antidemocrático.

En escencia la libertad se conquista, no es gratis, todo tiene su fin y el modelo político actual no podrá mantenerse, deberá ser sustituido para que la cultura, la ciencia y el humanismo avancen en un mundo transcomplejo y en un escenario de libertad académica.

 

 

sábado, 4 de septiembre de 2021

PRESENTEN CUENTAS

 



Es de conocimiento general que en Venezuela las instituciones dejaron de responder desde ya hace mucho tiempo a la separación de los poderes, es decir, se tiene apariencia de que ellas existen, pero cada vez más en el tiempo, la centralización socialista avanza inmisericordemente destinada a transformar los instrumentos legales en simples estructuras funcionales orientadas a fortalecer las estrategias del régimen en todos los órdenes de la sociedad y dar apariencia de legitimidad democrática. Ese desconocimiento ha llevado a la construcción de instituciones paralelas ante la diatriba política de que el régimen fue legalmente declarado usurpador, que carece de legitimidad y que, por la otra, legalmente, fue reemplazado por un gobierno interino el cual fue reconocido por la comunidad de países democráticos. En ambos casos se dicen gobierno, pero no lo son.


Para la “gobernanza” de ambos polos, los recursos públicos fluyen hacia el primero señalado de acuerdo al modelo político socialista a través de los flujos de fondos de los mecanismos económicos locales y de fuentes exógenas que se aproximan al favorecimiento de actividades ilegales. Para el gobierno interino los organismos y gobiernos internacionales han financiado su plataforma, especialmente justificada para la ayuda humanitaria como consecuencias de los efectos de la situación de crisis del país en consecuencia, han asignado ingentes recursos para mantener el gobierno provisional el cual administra dichos recursos sin límite ni medida y no se observa con claridad el cumplimiento de objetivos efectivos en la población.


En ambos casos, independientemente de la magnitud los recursos se administran dentro de una visión oscura en el sentido, que casi nadie sabe cómo se aplican, a qué programas obedecen y no se sabe a ciencia cierta como se usan, aunque presumimos que buena parte de ellos van a los bolsillos de los funcionarios, que engrosan los mecanismos de la corrupción y mantienen niveles de vida no precisamente acorde con lo que eran, y obviamente, sin declarar patrimonio. El desconocimiento de las hazañas administrativas es total, no se sabe de la aplicación y uso financieros cuyos montos son de origen público y que la población tiene el derecho de conocer sus características y aplicaciones, pero les es negada en ambos lados de la ecuación, presentan estadísticas falseadas, informes chucutos, declaraciones sin sustento y no se presentan cuentas claras. 


La exigencia del venezolano de conocer esta situación es negada y despreciada a pesar de los derechos que tienen lo cual genera un factor de desconfianza hacia los dirigentes de las organizaciones gubernamentales incluyendo los de la aparente transición. La estructura de las funciones de gobierno está centrada en la administración de recursos de variadas fuentes y hacen factor común entre el régimen y la hoy llamada plataforma unitaria; ello da una pista para explicar la cohabitación negociada que fundamentalmente conduce a un clima de colaboración aceptando prácticamente la legitimidad del régimen; acuerdan elecciones regionales, participando con aspirantes eternos a los mismos cargos, echando por la borda toda clase de limitaciones y violaciones legales con tal de disponer de impunidad, participar en el festín del poder, y tener protección formal a sus desaguisados financieros; por supuesto en, un entorno confidencial como hacen los delincuentes los cuales ocultan deliberadamente sus acciones, fuentes de financiamiento y desprecian los reclamos de los contribuyentes solicitando la presentación de cuentas. Los efectos directos de mal administrar el patrimonio público conducen a la corrupción generalizada tal y como se observa en el país que incluso ha conducido a un vínculo con la corrupción global y las mafias internacionales.


Las organizaciones institucionales de cualquier naturaleza de financiamiento público, como, por ejemplo las empresas del estado, o las universidades nacionales, particularmente estas últimas son una buena referencia para detallar el tema, en efecto, funcionan mediante una Ley de Presupuesto que orienta la aplicación de los fondos hacia sus objetivos de manera delegada, autónoma y están sujetas a la Ley de Universidades, claro está, esta autonomía no los exime de presentar las cuentas respectivas e informar sistemáticamente la ejecución presupuestaria. Es un hecho que, el régimen las ha sometido e intervenido y ha establecido un cerco reglamentario desgarrando sus funciones, despreciando el talento humano cuya nómina y procesos laborales pasaron a ser controlados directamente por el ejecutivo cuyos montos financieros casi alcanzan la enorme proporción del noventa por ciento, dejando un menguado porcentaje para los llamados gastos de funcionamiento. 


Poco se sabe, que estas instituciones palean sus déficits presupuestarios desarrollando una política de estímulo a los ingresos propios producto de las matrículas cobradas a estudiantes de postgrado, diplomados, y educación continua, aparte de las actividades de explotación comercial de su patrimonio como son, las infraestructuras rentables, instalaciones deportivas y empresas universitarias. Estos ingresos importantes son manejados a resguardo de la intervención ministerial, pero que últimamente el régimen pretende apoderarse de ellos tal y como intentó apoderarse de los Fondos de Jubilaciones y Pensiones, Cajas de Ahorro y recursos excedentarios de ejercicios fiscales anteriores. pero hábilmente, las autoridades protegieron dichas intenciones tomando la medida de disolver los fondos de pensiones, y poner su patrimonio a disposición de las autoridades universitarias con una administración colegiada conjunta con los representantes gremiales que agrupan a los que contribuyen con esos fondos.


Todo lo expresado se convierte en teoría, debían de ser administrados colegiadamente, pero su gestión ha sido asumida por la máxima autoridad de cada universidad, sin consulta y de manera unilateral, la cual dispone de dichos recursos a su antojo. Las autoridades universitarias no han hecho uso de la autonomía y nada hacen con tal de permanecer en sus provechosos cargos, más aún, declaran públicamente que son autoridades legítimas cuando en realidad debieron durar cuatro años y nos tres lustros en sus cargos y, al final del periodo debieron convocar a elecciones o renunciar como lo hicieron algunos decanos,  pero se dan el lujo de no hacerlo e integran los organismos internos con suplentes o personal no electo, muchos de ellos sin condiciones académicas que aplauden las gestiones y desvirtúan o ignoran las controversias entre ellos mismos. Aprueban en un bloque sospechoso de cohabitación y solidaridad ejecutiva decisiones inconsultas que comprometen recursos de manera irregular. Parece casualidad, pero estas actuaciones se parecen mucho a como lo hace el régimen o los integrantes de la plataforma unitaria.


Tampoco es casualidad que la autoridad universitaria  se niegue a presentar cuentas, e incluso se desgarran las vestiduras solicitando la presentación de cuentas a terceros como consecuencia del manejo presupuestario que por cierto, ya nisiquiera les pertenece porque son simplemente cajeros o convidados de piedra como es el caso de las cuadrillas de la supuesta recuperación de la infraestructura la cual es manejada y contratada por el régimen, pero manifiestan sin rubor que ellos tienen el control y la dirección contradiciendo declaraciones públicas del funcionarios del  régimen que ya han intervenido  a la universidad.


En el caso de las universidades estamos viendo un problema muy grave que no se desea que trascienda a la opinión pública bajo el argumento de proteger la universidad y es calificado de peligroso discutir el tema ya que se puede prestar al desprestigio de la autoridad y de la propia institución y que contribuya a su intervención. En realidad, es un argumento maniqueo, no se trata de la universidad sino de su autoridad, y de la responsabilidad personal de quien se abroga la dirección unilateral del manejo de los recursos a su propia cuenta y riesgo. Es notable el caso de los fondos de pensiones cuyo patrimonio pertenece a las contribuciones de sus miembros y aportes oficiales obligatoriamente reglamentarios, a tales efectos y que están destinados exclusivamente al pago  de las jubilaciones o de la seguridad social,  pues no ocurrió de esta manera, con una serie de subterfugios legales las autoridad máxima como cuentadante han movido las respectivas carteras con gran opacidad, y no cumplen con los objetivos de contribuir con los gramos para financiar la seguridad social.


Un enorme patrimonio en divisas, en bienes muebles e inmuebles entregado formalmente por los liquidadores los han empleado en gasto corriente, inversiones privadas, con sospechas de sobreprecio en las adquisiciones, y ante los reclamos, hacen aspavientos de su autoridad y solvencia y no informan a la comunidad, especialmente en aquellos casos extremos donde los fondos originales se han reducido significativamente y con gran riesgo financiero puesto que son manejadas como carteras comerciales por corredores de bolsa y bancos ubicados en paraísos fiscales.


Ante el reclamo o indagación natural de los afiliados, pretenden despachar el asunto en escuetos informes de corredores financieros muy hábiles que nada dicen y argumentan que para protección de los recursos bloquearon en plazos fijos el capital más los intereses, por cierto, desconocidos y demuestran la imposibilidad del uso de los recursos a corto plazo. La comunidad y sus gremios exigen la rendición de cuentas y nada ocurre; no se informa integralmente sino con evasivas levantando una ola de rumores y de sospechas, agravadas por otras intervenciones y reclamos incluso de ellos mismos como autoridad.


La comunidad nacional e igualmente la comunidad universitaria ante los manejos irregulares de leyes y reglamentos, del abuso de autoridad y de decisiones que comprometen los recursos públicos tienen todo el derecho de solicitar aclaratorias y cuentas claras, Pese a que en Venezuela no existe una ley que regule exclusivamente el derecho de los ciudadanos de acceso a la información pública, en las normativas vigentes contabilizan una docena de marcos legales que abordan el tema, además de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela los ciudadanos tienen derecho a ser informados oportuna y verazmente por la administración pública sobre el estado de sus actuaciones.


Es preocupante ver cómo en medio de la desinformación por ausencia de medios objetivos que manejen información fiable circulan comunicados sobre el uso irregular del fondo millonario de jubilaciones de la UCV donde se denuncia la compra de una empresa de salud adquirida como fondo de comercio a precios que cuadruplican el avalúo y se le vende a precio de dos dígitos a la Fundación que lo está operando. Ello causa asombro ante la audacia de tomar decisiones que se dicen fueron aprobadas por la máxima autoridad y que han puesto en la frontera de quiebra a un Fondo que fue exitoso cuyos fondos en menos en los últimos cinco años se redujeron a un cincuenta por ciento. Ante el reclamo de cuentas se presentan informes escuetos, sin valor y pone a la comunidad universitaria en ascuas y llenas de rumores cuyos informes se les ve la costura y es inevitable la comparación con los métodos libertinos que usa el régimen y los miembros de la ahora denominada plataforma unitaria.


Si se desea probidad y claridad en la acción, presenten cuentas claras, técnicas y auditadas. Si no lo hacen, pues se debe obligar ante los órganos competentes con la denuncia e interdictos de revisión de cuentas. Presenten cuentas señores.