sábado, 27 de febrero de 2021

Demagogia, ilusiones y mentiras

 



Continuamos hablando de negociación política, nuevamente se escucha un clarín que anuncia otra y repetida marcha para intentar por enésima vez acuerdos entre la dictadura y los que dicen representar a la oposición y a intereses internacionales. Personajes ya bien conocidos, que andan ahora por lujosas instalaciones bogotanas, y no precisamente en la fría sabana, predicando un nuevo acuerdo para resolver la crisis social, económica y política de Venezuela.

Los argumentos asumidos son los mismos, ahora ampliados sobre la base de una negociación demagógica para realizar elecciones regionales. Ni por ensueño se habla del cese de la usurpación, de  elecciones presidenciales, y por supuesto, esgrimen cualquier tipo de argumento y disposición para intentar estimular a la ciudadanía de embarcarse otra vez en la aventura de una nueva elección fraudulenta e ilegítima y otorgar traicioneramente otra fuente inagotable de validación al régimen, contribuyendo a mantenerlo, ayudado por un discurso mentiroso, vacío, contradictorio y atropellador, que no refleja ni el deseo de  la opinión pública, es más, la ignoran y se rasgan las vestiduras, argumentando la necesidad de búsqueda de soluciones a las crisis en nombre de la democracia sin considerar siguiera la vergüenza de negociar con delincuentes comunes que es como negociar con el diablo.

La sociedad venezolana está curada de espanto sobre este particular, independientemente de que la opinión pública comienza a ser macerada nuevamente para comprometerla  en esa fantasiosa historia de democracia, ocultando demagógicamente la esencia del tema, que no es más, que la grave crisis social que se alimenta diariamente por la falta de recursos económicos, la tremenda influencia del insuficiente salario, la desaparición del proceso  educativo, la muerte a mengua de servicios inexistentes, pero publicitados como el éxito continental más grande alcanzado, la dificultad de alcanzar una parte de la cesta alimentaria, solo disponible para los minoritarios privilegiados que tiene los recursos, generalmente robados para obtener lo que les dé la gana. El tema para la mayoría se centra en el manejo coyuntural de la economía doméstica, de cómo pagar bienes y servicios en dólares, y de cómo obtener los recursos y lograr el equilibrio debido para sobrevivir.

Mientras eso ocurre, las negociaciones avanzan, y el modelo político se perfecciona ocultando la intención de mantener una política de igualdad de salarios, desaparición de la clase media, reducción por hambre a la población e, ignorar la crisis sanitaria. Mentirosamente hacen anuncios del esplendor por venir con nuevas estrategias económicas, y venden sin pena la utópica felicidad que proporciona el marxismo, independientemente de la cruda realidad que nos golpea diariamente sin ver soluciones claras en el horizonte.

Ahora, el régimen profundiza y perfecciona su estrategia, interviene al sistema educativo, es decir con la pretensión de controlar la cultura y la formación profesional, pretende atarla al supuesto éxito de la producción socialista, apoyada en una política salarial paupérrima, dolarizada hacia abajo, pretende ejercer el control de la cultura universitaria y adaptar sus cuadros a la producción socialista, mantiene un política salarial paupérrima dolarizada y uniforme en una franja que no exceda al límite de supervivencia y mantiene ocupada la ciudadanía en el cómo resolver y extremadamente, cómo sobrevivir al caos, sublimando a la población al control político y militar sin consideraciones de ningún tipo.

Las limitaciones inducidas hacen que la obsesión de cambio se redireccione, que la opinión contra el régimen se diluya, y las limitaciones impuestas a la libertad apoyadas en la amenaza y la represión obliguen a la entrega y a la colaboración, ofrecen empleo estable a las nuevas generaciones mediante el llamado a las filas militares asegurando medios de vida y manos frescas para la represión y la matraca, sin embargo, el ruido de la insatisfacción crece, especialmente en el medio universitario quienes ven con mucha claridad la intervención de sus hábitat, la desaparición de los objetivos fundamentales, y afinan la puntería para resistirse al cambio de un modelo educativo cuyo fin último es controlar la gran masa que aglutina la educación no solo desde el punto de vista de los usuarios, sino a la gran masa de gente calificada y humillada que ya no  aguanta el desastre al cual está siendo sometida y no van a permitir el apoderamiento de las universidades las cuales dejarán de existir bajo la modalidad de  un sistema democrático, plural y de criticidad, de tal manera que la lucha comienza a tomar otros visos.

Mientras el régimen convence por la fuerza de los hechos a la imposición de modelos salariales homogéneos y de hambre, comienza a tomar forma la defensa de los ingresos en una suerte de dirección contraria, sujeta obviamente a la calificación profesional y a la oposición a una estrategia falsa de participación soberana del proletariado proporcionando demagógicamente argumentos a obreros y trabajadores que son iguales en sus competencias y que la fuerza popular está en sus manos, incluso, decidiendo quiénes deben dirigir las organizaciones e instituciones, ocultando hábilmente que eso ya está decidido pues el control institucional está en manos de militares quienes son los verdaderos dueños del poder y responden a políticas corruptas e intereses internacionales bien conocidos. El régimen fortalece el esquema, estimulando a que obreros, trabajadores, egresados y todos los estudiantes participen en bloque para la elección de sus autoridades alimentando un sistema electoral ilegal y el viejo sueño de que un sindicalista cualquiera pueda dirigir ya no una nación sino sus instituciones más representativas como lo son las universidades.

Los problemas del ingreso personal es un tema trajinado con fórmulas muy concretas para su resolución a través de mecanismo universales y competitivos, Pero en Venezuela optamos por los credos y por los mitos y no por la racionalidad ante la fuerza de la demagogia y de la información manejada con intereses delincuenciales Incluso, induce sin pensar a la población a sobrevivir en sus burbujas pensando que se puede sobrevivir de manera aislada o autártica así sea de mentira, acompañada de falsas creencias egoístas que lo importante es mantener el sistema particular. No importa si quien dirige, o imparte docencia sepa o no sepa de la materia, es lo mismo, no importa ser un delincuente, un funcionario, que un profesor, sino que se esté dispuesto a aceptar ser parte de este espejismo.

Como toda ilusión, el régimen comienza a pregonar una mutación económica, desea vender la idea de que va a abandonar la doctrina socialista al ceder las empresas expropiadas o claves, a inversionistas privados. Ante tal noticia fraudulenta, los gremios empresariales que huelen los dólares a la distancia se entregan en los brazos del sistema. Se habla de cientos de empresas intervenidas, de plantas y procesadoras de todo tipo de bienes, sistemas de transporte, turístico y de alojamiento confiscados en las últimas dos décadas que han sido transferidos -pero no vendidos- a operadores privados que son diapasones de su estrategia, Hablan de supuestas «alianzas estratégicas».

Esta falsa argumentación, es vieja y la conocemos, es engañosa y extraordinaria y consiste en que los inversionistas cubran los gastos, rescaten las empresas con sus inversiones o reconduzcan los recursos mal habidos hacia ellas, y le entregan al régimen la mayoría de los beneficios. Operativamente los gerentes son del régimen, por lo general militares, venden la gañifa afirmando que se sincroniza al sector público con el privado, y asumen el papel de supervisor. Para desarrollar esa estrategia voltean hacia un lado en lo que se refiere a la conversión de la economía en otra dolarizada con absoluto desprecio por el bolívar desaparecido.

Esa forma de dar un giro engañoso a la economía, por cierto, no la produce el intelecto criollo, sino que ha sido un modelo de exportación cubano por años. Empresas de todo tipo apropiadas por los cubanos en su propio sistema, y las entregadas por el régimen venezolano, especialmente de refinación petrolera, agrícola, hotelera y de transporte, las negocian con el capital extranjero con la condición de que inviertan en su desarrollo, gerencien la operación y ventas, que admitan directivas donde el gobierno esté presente con ejecutivos improvisados, creando una estructura organizativa accionaria donde la mayoría es del régimen y el capital obviamente minoritario. Viejo truco cubano cuya mejor expresión han sido las cadenas hoteleras internacionales ubicadas en los centros turísticos cubanos donde la gerencia operativa lleva los riesgos, la gerencia un experto cubiche y después de gastos, los dividendos se reparten en proporción mayoritaria con el régimen y la propiedad sigue siendo oficial. Tremendo esquema privatizador, creen que somos ignorantes o pendejos.

Tiempos de fábula, los prestidigitadores eternos del juego de vasos con una bolita en alguno de ellos cambia de lugar a conveniencia, como un juego entretenido, pero lucrativo. Van avanzando con el señuelo electoral creando la fantasía del cambio de régimen, dejar que la lucha se canalice hacia las reivindicaciones salariales, despejan los espacios educativos para sacar del juego la masa de educadores que mantienen inmovilizados y crean la ilusión de recuperación económica lo cual les permite continuar con el caos, el apoderamiento, y de poder bailar pegado con los movimientos extremistas protectores de las mafias internacionales cuyos groseros y fraudulentos beneficios compran el alma, empresas e instituciones de manera global para pervertir el mundo donde vivimos y continuar sometidos a un gobierno provincial donde las directrices las tienen las grandes corporaciones del crimen internacional. Se cansa uno de ver la película repetida hasta el cansancio.


 


sábado, 20 de febrero de 2021

Negociaciones

 



En general, no se pone en duda la utilidad que tiene un proceso negociador ante un conflicto de intereses, especialmente si se trata de controversias comerciales, incluso políticas o privadas, donde por aproximaciones sucesivas se llega a un acuerdo con el cual no se logra sino excepcionalmente llenar todas las expectativas de una parte sobre la otra.

El esquema de negociación después de un diálogo aparece reiteradamente en el escenario político y todas las veces se ha frustrado como consecuencia de la mala fe del régimen, principal estimulador de tal esquema cuyo objetivo es ganar tiempo y sacar ventajas. Obviamente, nunca hará concesiones para la entrega del poder, aun bajo la circunstancia de su señalamiento como usurpador, sujeto a persecución internacional y sometido a gran presión de los países democráticos que ven en su gobierno el mejor ejemplo de una dictadura que secuestró el poder ilícitamente amparado en unas fraudulentas elecciones y como si fuera poco, a través de la protección de la más grande y gran estafa mafiosa conocida en los tiempos modernos.

Las bases de nuevas negociaciones comienzan a barajarse, poniendo por delante las elecciones regionales, que, bajo el sistema actual, jamás serán transparentes, a pesar de las aspiraciones y la insatisfacción de la mayoría, pero, aun así, los mecanismos fraudulentos y el poder detentado no permitirá éxito alguno y la ilusión de un cambio se disipará nuevamente, y por supuesto habrá negociaciones una vez más fallidas.

En el caso de la universidad venezolana, particularmente de la Universidad Central de Venezuela, la exigencia de la comunidad universitaria de celebrar la elección de sus autoridades se ha manifestado públicamente y con mucha insistencia a pesar de todo tipo de obstáculos para evitarlas basado principalmente en el argumento que las mismas han sido reglamentadas por el poder usurpador del Tribunal Supremo de Justicia, quienes violando la Constitución y la Ley de Universidades y han sido denunciadas por competentes juristas de la propia universidad en demostraciones muy claras a ese respecto.

En la práctica, esas obstrucciones se fundamentan en la contradicción de que en el fondo se pliegan a las políticas de un régimen usurpador. Ello significa dar largas a tan importante asunto, y lamentablemente negocian con algunas autoridades universitarias la celebración de elecciones bajo un acuerdo de contenido abiertamente ilegal al fijar los acuerdos sobre la base de permitir el voto a una proporción negociada de representantes de obreros, empleados, estudiantes y egresados para que puedan votar en unas elecciones con objetivos políticos muy claros.

Se deriva de tal postura que la írrita Asamblea Nacional, quien, sin amilanarse, dictará otra Ley de Universidades, obligará a negociar unas elecciones bajo esas condiciones y propondrán que se favorezca al régimen con la ayuda de algunos universitarios que actúan en contra de los intereses de las universidades.

Las comisiones electorales, que generalmente responden a los intereses rectorales, argumentan que no están en capacidad de hacer elecciones porque deben someterse a los dictámenes de un Consejo Universitaria, e incluso cambian las reglas de juego en la línea del tiempo al estimular una consulta que todo el mundo se pregunta para qué. Es otras palabras, la negociación funciona en detrimento y desventaja de la propia universidad. Ante esta disyuntiva, la comunidad universitaria, apelando a la autonomía y gran poder moral desea ir a elecciones y han demostrado no temer sus consecuencias al entender que la universidad es primero que los intereses intervencionistas.

No podemos soslayar el vergonzoso sistema salarial, en efecto, la capacidad de la universidad y su poderosa influencia social debe presionar para lograr la dolarización de sus honorarios, la presión en una negociación honrosa y de fuerza deben lograrlo, y en consecuencia, debe organizarse para salir al paso el entreguismo y la abulia.

El sistema y la condición operativa de la universidad ha impactado de tal manera a la comunidad que se estima que más del cuarenta por ciento de su fuerza profesoral y de investigación se marchó a otros lares donde su competencia, calidad y méritos les son reconocidos con salarios justos y dolarizados. La fuerza estudiantil también ha abandonado, no conocemos su estimación por el evidente ocultamiento de su número. Esa circunstancia permite hacer una reflexión en el sentido que, si se ha ido un porcentaje tan elevado de su capacidad docente, surge la pregunta sin respuesta: ¿será que ¿continúan en nómina? Lo más probable es que no, y en consecuencia podrán redistribuirse en función de las necesidades de los docentes que quedaron en el país y reconducirlos procedimentalmente para la seguridad social y reconstrucción de sus instalaciones ya casi inevitablemente destruidas.

Un nuevo tema de negociación con el sector empresarial está sobre la mesa, y cuyos intercambios han comenzado con el régimen usurpador, por supuesto, con similar argumento de las universidades ampliado con el objetivo de proteger a su instituciones, insertarse en el aparato productivo socialista, y preservar los intereses comerciales, que en realidad es lo que más les importa independientemente de su capital humano, subyugado y en condiciones francamente de dependencia y sin beneficios sociales.

En la variedad de nuevos negocios comerciales de distribución de bienes intentan competir creados potencialmente con recursos indirectos del Estado, cuyo objetivo secundario es desarrollar un artificial movimiento comercial con visos de abundancia para contrastar y aparentar éxito comercial y de sus políticas a la opinión pública internacional. Con desparpajo dolarizan y fijan los precios, incluso por encima del valor de un bien en particular en los mercados internacionales. A esos bienes solo tienen acceso los privilegiados que tienen dólares en abundancia producto de actividades que no se sabe si son licitas o no ya que la mayor parte de la sociedad con salarios medios de dos a tres dólares al mes no tienen la capacidad para comprar nada que no sea para su estricta supervivencia.

Algunas familias con familiares en el exterior reciben de ellos alguna que otra caja de bienes y escasas remesas que le permiten pagar en lo posible la exigencia comercial abiertamente fijada en dólares, incluso hasta las cuestiones más elementales ante la desaparición de la divisa criolla. Igualmente, una economía marginal de servidores normales y de oficios tradicionalmente domésticos exige propinas que no bajan de un dólar, y la irresponsabilidad o especulación de algunos que sin tener idea que un salario mínimo por hora de trabajo en el norte es de 7 o más dólares, claro, sin tomar en cuenta a profesionales o comerciantes que arrancaron del país en la mejor oportunidad, y que han podido calificar sus conocimientos y competencias, que requiere un esfuerzo considerable de trabajo efectivo. En otras palabras, no se tiene idea de lo que cuesta ganarse un dólar en cualquier país donde la diáspora está pasando el trabajo hereje para sobrevivir.

La buena práctica comercial indica que una vez descontado los gastos operativos y administrativos en promedio y a los precios de las mercancías en dólares al menos queda una proporción significativa disponible, para cubrir los gastos de los directivos, gastos de reposición, beneficios y salarios. Y aquí está el asunto, si venden a precios de dólar deben pagar en dólares a sus empleados y no el pírrico salario marginal. Necesariamente deben demostrar su altruismo y ciudadanía pagando sueldos y salarios acordes con el esfuerzo, y obtener benéficos modestos y no como están acostumbrados especulativamente.

Es hora de poner todo en claro, luchar por medidas drásticas de condicionamiento del valor del trabajo y obtener pagos equivalentes en dólares a los países vecinos, y en el caso de las universidades, cuyo salario es ridículo que no permite siguiera cubrir los gastos de ir a sus instituciones, debe revisarse con una política de remuneración que no baje del estándar internacional, por cierto, precio que se paga al personal en casi todas las universidades que conocemos. Pero esa lucha, como se dijo antes, es prioritaria, pero también es prioritario evitar la intervención universitaria, la centralización de la admisión y además la imposición de carreras universitarias mal concebidas que comienzan a correlacionarse con los intereses del régimen.

Hemos hecho un llamado para la organización académica con las personalidades, docentes, investigadores y estudiantes, la cual permite cubrir una agenda importante para elegir a sus autoridades, las actuales deben dar puerta franca a la elección de nuevas autoridades sin caer en el hecho ilícito de conciliar con un régimen usurpador, en realidad, es tiempo de rectificaciones, apoyar a nuevas autoridades e interrumpir el continuismo e ir al encuentro  con connotados representantes de la sociedad civil a objeto de producir un nuevo liderazgo que permita trazar las estrategias adecuadas para el cese de la usurpación y lograr elecciones libres e integrales dentro de un escenario democrático y permita la reconstrucción nacional.


 


sábado, 13 de febrero de 2021

En defensa de la educación

 




En Venezuela la dramática situación de crisis continúa profundizándose, induciendo la consecuente inestabilidad política, económica, social y laboral, especialmente influida por el colapso de los servicios públicos. Se ha llamado sin éxito a la unidad opositora y la ciudadanía observa cautelosamente los movimientos de quienes desean una salida negociada que se está desplegando nuevamente internacionalmente y ve con suspicacia que muchos de sus actores están usando el tema interesadamente, con métodos ya trajinados e inútiles, desinformando a los venezolanos cuya aspiración es el deseo de un cambio rápido de régimen.

Todos sabemos que la salida negociada sugerida no tendrá resultado frente a un régimen usurpador que ha secuestrado al país, que obedece a las directrices de países alineados con la tiranía, e Incluso, continúa manejando el planteamiento de hacer elecciones de los poderes públicos nuevamente con los mismos personajes y sistema electoral, lo cual conducirá a otra estrategia fallida y engañosa al considerar las debilidades del aparato electoral

El rescate de la democracia, el cese de la usurpación, el logro de la libertad y el ejercicio democrático del poder es el norte para reconstruir a Venezuela a través de una acción planeada y basada en la exigencia popular para desarrollar una acción inteligente para el rescate de la institucionalidad, enseriar el apoyo internacional, y planear de manera adecuada la posibilidad de desarticular completamente la estrategia oficial.

Después de que el régimen ha usurpado a la Asamblea Nacional, arremete contra las pocas instituciones formales y amenaza de cambiar leyes y reglamentos para facilitar sus propósitos de legitimación, pero también, apoderarse de la educación con la clara intensión de ideologizar a sus componentes para sus propios intereses, incluyendo muy especialmente a la educación universitaria, fuente crítica de sus desafueros e ilegalidades.

Las instituciones universitarias se debaten en silencio frente a la agonía de remuneraciones vergonzosas, la paralización de sus actividades y la decadencia de sus estructuras las cuales están siendo destruidas sistemáticamente, dejando a las universidades como espacios vacíos con autoridades cuyos periodos vencieron hace ya mucho tiempo.

Es evidente la grave situación que tiene la educación en Venezuela, y muy especialmente la educación superior. Independientemente de la cuestionada calidad e ineficiencia del sector, se destaca la pérdida de objetivos de la educación. Para su recuperación no solo se requieren recursos extraordinarios, sino un gran esfuerzo de voluntad para su reconstrucción que difícilmente se acometerá, no solo por esa falta de disposición de quienes deberían mantenerlas.

A esta problemática, ahora se suma la ya advertida intervención de la universidad por parte del régimen quien decidió, tomarlas mediante un plan de conversión destinado a reforzar sus esquemas socialistas limitando su autonomía, ejecutando un plan financiero cada vez más restringido orientado solo a mantener una nómina cuyos montos son los más pequeños del mundo y por lo tanto, ha sometido a la comunidad universitaria al humillante efecto de sus ridículos salarios, convirtiendo a docentes, investigadores y prestadores de servicios en personas sin  recursos suficientes para mantener siguiera un nivel de vida modesto.

Completa su programa, ordenando la instrumentación de la denominada educación a distancia, en un país no preparado para tal fin, donde las comunicaciones no solo son controladas, sino que no funcionan y son catalogados como la más lenta del mundo. De tal manera, que pretenden dictar planes de estudios convertidos por obra y gracia en un proceso virtual, sin diseño adecuado y mucho menos, con los instrumentos académicos para llevar adelante una educación que no cumple con los requisitos de este moderno sistema el cual es aplicado de cualquier manera, sin objetivos, competencias, contenidos y métodos,

Mediante una programación contenida en un supuesto plan patriótico intentan instalar una economía centralizada y planificada apoyada en un plan productivo utópico para lo cual pretenden hacer a través de un sistema educativo ideológicamente leal a sus objetivos para lo cual,  eligen de manera forzaba a potenciales estudiantes a carreras profesionales cuyo contenido es totalmente deficiente, apoyada en una educación fanatizada sustentada en diseños curriculares definidos por decreto, sin objetivos claros y no acordes al desarrollo de las verdaderas necesidades del país, de la ciencia, tecnología e investigación. El régimen provoca abiertamente la intervención directa, eliminando por decreto profesiones y las convierten en otras con una acción vinculada al supuesto proceso productivo socialista Cambian la orientación, objetivos y valores de la universidad por decreto, e igualmente centralizan el proceso de selección

Ante las circunstancias enunciadas y de muchas otras, la comunidad universitaria reacciona, genuinos universitarios, de claro pensamiento y acción no se entregan, se oponen a la pretensión de imponer un sistema muy alejado de los intereses ciudadanos, y exigen un cambio de rumbo, entre ellos, la preservación del derecho universitario de darse su propio desempeño y libertad académica; adoptar la mejor forma de capacitar los recursos para el desarrollo interno y externo y ser ductor de la sociedad. De tal manera, que un importante elemento académico de la universidad comienza a tomar forma con una visión muy bien definida que consiste en prepararse ante la potencial perdida de la autonomía, y de la libertad académica mediante el control omnímodo del régimen con su franco diseño de provocar la perdida de la democracia y libertad.

Es el momento de actuar poderosamente a la intervención del sistema educativo, para lo cual es necesario accionar buscando el apoyo gremial, privilegiando un tema más general para defender la educación, e ir mas allá de resolver el asunto salarial y de la seguridad social, lógicamente actuando con la vinculación y apoyo del sector estudiantil y, de esta manera, contribuir a defender la educación, su universidad y consecuencialmente su futuro.

Se hace evidente movilizar esa poderosa fuerza de cambio, que permita entrar en sinergia con una representación adecuada de la sociedad civil a objeto de planear y lograr motivar a la población venezolana para el cese de la usurpación, resolver el desastre y efectos socio económico en que se ha asumido al país, y el rescate de la educación antes de caer apabullados por los intereses y pretensiones del régimen.

Voces autorizadas ponen de manifiesto la queja de la nula representatividad que tienen las  autoridades universitarias actuales los cuales no tienen la voluntad de ejercer más allá de la retórica, la autonomía universitaria y orientarla en tales circunstancias a la elección de nuevas autoridades. Sus dirigentes actuales no se alinean sobre este particular asunto con la excusa apoyada en una normativa emitida ilegalmente por el régimen mediante un reglamento que ha cambiado las reglas legales violando no solo la Ley de Universidades, sino incluso la Constitución Nacional.

Es necesario llevar a cabo una agenda que enfrente los planes del régimen de destrucción de la educación universitaria y su aspiración de sustituirla por otra. formulando un conjunto de objetivos en defensa de la educación, entre otros:

·   Celebrar elecciones universitarias para designar de manera legítima a sus autoridades, con la advertencia que el régimen va a oponerse con todo el poder que dice tener.

·  Oponerse a la eliminación por decreto de las profesiones que tradicionalmente han egresado a miles de miles de eficientes y críticos profesionales.

· Evitar que la educación en pleno se ideologice en función de intereses de una planificación marxista.

·   Defender la libertad de cátedra y la realista interpretación de la autonomía universitaria

·  Rescatar el espíritu rector de la universidad y, de la investigación como elementos claves del desarrollo.

·  Enfrentar como lo ha hecho históricamente la universidad a la dictadura que nos somete.

Con un frente universitario representativo, integrado por los más relevantes académicos, profesores y estudiantes que tiene la universidad y apoyados con una estrategia en defensa del sistema universitario debe ser compartida con su comunidad, en unión con lo más representativo de la sociedad civil integrada por un conjunto de personalidades con todas las exigencias de moralidad y competencia que oriente la búsqueda compatible con los deseos de disponer de una educación de calidad, en libertad y democracia, factores que exige la mayor parte de la ciudadanía. Por supuesto, esa fuerza vital, debe potenciarse con las academias, los gremios profesionales y sindicatos de trabajadores.

Este frente es producto de la integración de personalidades universitarias relevantes, representativas de sus diversas facultades y gremios universitarios, establecidos no solo con el propósito de guiar conceptualmente las estrategias universitarias, incluyendo con prioridad las elecciones universitarias y la selección de sus autoridades mediante un equipo universitario bien dispuesto. Es necesario que se estructure una programación realista y se logre establecer un vínculo adecuado con sus pares de la sociedad civil y que finalmente, se vinculen con el objetivo común de la defensa de la educación universitaria dentro del marco de algunas prioridades sugeridas:

·   Salir al paso de la actitud poco ética de precandidatos a autoridades estimuladas por el régimen e iniciativas aisladas sin sentido integral mas allá del individualismo, en este sentido, se debería sugerir la construcción de una plancha unitaria y de valores universitarios sin discusión para apoyarles en el proceso de reconstruir la universidad.

·   Propiciar un encuentro con los líderes más representativos de la sociedad civil a fin de resistir las presiones intervencionistas del régimen.

·  Lograr un acuerdo nacional de movilización frente a las pretensiones del régimen de controlar los poderes públicos y sus propósitos de entrega y relacionamiento con países extranjeros que ponen en peligro la independencia y la democracia,

·  Constituir un grupo multidisciplinario de profesionales para estudiar, analizar y evidenciar las características de cada uno de los distintos “plan país” propuestos por organizaciones de la sociedad civil venezolana con sus consensos, diferencias y metodología de acción, para luego presentar un trabajo que pueda ser tomado en cuenta por todos y cada uno de los proponentes, hasta llegar a un solo “Plan País”.

Todo lo expresado mediante un cuadro de referencias es producto no solo de la preocupación y el intercambio con venezolanos que ven deslizarse al país por un barranco acompañado con la pérdida de su cultura y educación. Un examen real basado en el análisis y estudios actualizados  ponen de manifiesto que el país ha caído a niveles insospechados de deterioro en todos sus niveles ya conocidos y sentidos por todos, pero también, es importante observar la pérdida de la ciudadanía ante lo cual la gobernanza usurpadora debe ser cambiada frente a la alternativa, que si no se cambia,  su modelo político determinará la pérdida del país como lo conocemos incluyendo al sistema educativo que se orientará a organizarse como una fuerza ideologizada que hará gala de su fanatismo y contribuirá por largo tiempo a mantener esta dictadura.

Sus integrantes, en gran mayoría, aparecieron ante dicho CNU como consecuencia de la creación de supuestas universidades que no son más que liceos improvisados, pero que modelan a un contingente ya muy grande de estudiantes fanatizados cuyo objetivo es convertirlos en activistas políticos, complementado  con el argumento de crearles una profesión inexistente, pero que le dan visos de credibilidad con un diploma que los acredita, y en la práctica nada aportan a las competencias profesionales, ni al desarrollo  del país.

El régimen, continuando con un proceso intervencionista, que metafóricamente se parece el movimiento lento de un bolero, toma la excusa de la pandemia para vaciar los recintos universitarios, confinar a su comunidad a una ciudad muerta, justifican sus acciones con discursos vacíos, y ordenan la instrumentación de la denominada educación a distancia, en un país no preparado para tal fin, donde las comunicaciones no solo son controladas, sino que no funcionan y son catalogados como la más lenta del mundo, de tal manera, que pretenden dictar programas tradicionales convertidos por obra y gracia en currículos a distancia sin el diseño adecuado y mucho menos sin los instrumentos académicos para llevar adelante una educación que no cumple con los requisitos de este moderno instrumento que es aplicado de cualquier manera, sin objetivos, competencias, contenidos y métodos, en otras palabras, lo convierten en propaganda simulando el logro artificialmente falso de objetivos académicos y de investigación, pero que son solo promesas, y paulatinamente, poco a poco, como estrategia de intervención, irán regresando a la educación mixta, sin importar que el tiempo pasa mientras la evasión y desencanto estudiantil crece, emigra, y los docentes que se han quedado en Venezuela piensan muy bien cómo será esa incorporación ya que el transporte y los servicios exceden en miles de  veces el salario recibido, lo que les hace dudar a más de uno de su vocación  de servicio, principal característica del personal docente, y de investigación, que no ven cuando, ni cómo se reconstruirán laboratorios, instalaciones y adecuación de los servicios necesarios para una universidad que ve su solución absolutamente distante en la línea de tiempo.

Como otra estrofa del baile pausado, ahora provocan la intervención directa y mandona, eliminando por decreto profesiones y las convierten en otras en una acción vinculada al supuesto proceso productivo socialista mediante programas carentes de las más elemental técnica curricular para formar profesionales solo para el trabajo a miles de miles de jóvenes que irán a parar a dicho sistema, y luego, incorporarlos como mano de obra incompetente y correlativamente al partido de gobierno usando el falso argumento de un supuesto desarrollo  del país.

De un plumazo, cambian la orientación universitaria y el proceso de selección, es decir, eliminan el concepto  que la universidad no es solo para formar profesionales para el trabajo, sino para crear conciencia crítica, dar formación cultural a nuestros jóvenes, dotarlos de instrumentos cívicos, de formación ciudadana, de métodos analíticos en solución de problemas, potenciando su creatividad científica, humanística y deportiva, para hacerlos ciudadanos y, obviamente, dotarlos de una profesión que les permita incursionar en  las especialidades respectivas y hacerlos muy competentes en su ejercicio profesional para contribuir con la sociedad a su modelación y conocimientos, construyendo esquemas meritocráticos que los proyecten en la vida ciudadana, todo eso, sin dejar de lado la formación permanente  de sus docentes e investigadores que no solo debemos actualizarnos y aprender enseñando, sino que tenemos la obligación de perfeccionar la formación especializada, favorecer la internacionalización y competir con los mejores del mundo en el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Todo eso se pierde con el esquema de intervención del régimen cuya visión política e ignorancia destruye todo lo que emprende.

Se han perdido instituciones de todo tipo, invadidas por el fanatismo y el llamado socialismo. Hordas de ignorantes las dirigen con un fanatismo hitleriano sin límite. Da vergüenza mirar como la planta industrial, empresarial y el emprendimiento van poco a poco muriendo de mengua, y ahora, le toca el turno con una estocada final a los objetivos universitarios. Frente a ello, a la comunidad sobreviviente solo le queda el derecho de pataleo; sin embargo, un núcleo de genuinos universitarios, de claro pensamiento y acción no se entrega y conociendo la problemática anterior y la influencia que tiene en la sociedad venezolana, exige un cambio de rumbo y la preservación del derecho universitario autonómico de darse se propia administración, y forma de capacitar los recursos para el desarrollo interno y externo. Un importante elemento comienza a tomar forma en una visión que muy bien describe el exdecano de Veterinaria de la UCV, Dr. Juan Troconiz, preparar ante la dicotomía régimen y democracia un Universitazo.

Muy a pesar de la obstrucción de las autoridades universitarias, que sin disimulo alertan sobre la dificultad de la implementación electoral para elegir a sus autoridades, aducen el poder del régimen de no permitirlo, razón por la cual argumentan que no quieren aceptar la decisión de la comunidad universitaria de elegir a sus autoridades y sus dirigentes, se entregan a cambio de un reglamento nuevo, oficial e irrito fuera del contexto de la Ley de Universidades, y argumentan el falso positivo que ya fueron sancionados y multados, y que por cierto, no pagaron plegándose a la humillante solicitud, y en este caso, aducen que no están dispuestos a ir presos.

La intervención y desaparición de las carreras universitarias con la calidad y del rigor de formar estudiantes críticos y competentes, ellos ven destruir su futuro, y como se esfuman los conceptos fundamentales, tales como: la autonomía, la democracia y libertad. Esa estrategia del régimen debe ser combatida o tomar el riesgo de perder definitivamente la universidad, y en general a la educación, y caer en el mecanismo provocador de favorecer la ignorancia para que el régimen no tenga adversarios ni mucho menos pensamiento crítico,

En realidad, es una paradoja porque el régimen actual fue sembrado por operadores de la universidad, docentes e investigadores formados en democracia y libertad, donde adquirieron sus conocimientos, se especializaron en su compleja red de posgrado, en la internacionalización y formación en las más prestigiosas instituciones internacionales. Muchos de ellos indujeron las bases teóricas del socialismo, por cierto, dentro de la propia universidad apoyados en el esquema amplio de pluralidad, su acción determinó que docentes universitarios de izquierda dieran un  vuelco a las instituciones universitarias, y crearon casi como un ministerio particular, en la cual todavía participan en todas sus estructuras directivas, desde las cátedras hasta el rectorado y, donde muchos de ellos fueron rectores o autoridades en diversos niveles, y como tales, tuvieron la libertad de poner en práctica sus enseñanzas marxistas.

Muchos ocuparon carteras en el régimen del llamado gobierno socialista del siglo XXI y contribuyeron de esa manera a echar las bases conceptuales del desarrollo educativo que se quedó en el papel para que luego el régimen lo usara como objeto utilitario expresándolo en sus largos y consuetudinarios discursos. Las contradicciones o conveniencia del sistema oficial los abortó. Muchos regresaron a la universidad decepcionados. He visto a rectores de orientación política teñido de color rojo intenso mutar a críticos del régimen, pues ahora tienen la oportunidad de contribuir a detener sus desaciertos, sin embargo, nadie olvida la responsabilidad que tuvieron.

Ante el plan de apoderamiento de la educación, en especial la universitaria, dentro de un esquema político de represión, sometimiento y humillación, la comunidad universitaria debe oponerse a esa estrategia y  rescatar las instituciones al frente de autoridades renovadas, integrándose  a su condición rectora de la sociedad y provocar la reflexión más allá de la argumentación poniendo en práctica proactiva la necesaria resistencia a los malos propósitos de la dictadura y compartirlas con la sociedad civil organizada. Demasiadas cosas están en juego, desde la conversión de la población en una sociedad ignorante, a una juventud engañada con profesiones que no son tales, llegando hasta a extremos desmedidos en el ejercicio del poder, la facilitación a la corrupción generalizada y la entrega del país a regentes internacionales dentro de una estrategia de apoderamiento y compra de estructuras de los gobiernos democráticos en las Américas.

Es el momento de actuar poderosamente y de forma resistente a la intervención del sistema educativo, es necesario actuar conjuntamente con los gremios que solo buscan resolver el asunto salarial y su seguridad social, ampliando sus objetivos con la denuncia y oposición a la pérdida de la cultura, la democracia y de favorecer el funcionamiento de sus instituciones en un sistema cuya acción creadora esté integrada al sector estudiantil. Por cierto, ellos ya no podrán elegir libremente la profesión de su vocación, sino la impuesta por el régimen con una calidad dudosa y pretensiones de proselitismo, es decir, no se pueden aceptar los esquemas en los que imponen una profesión contra la voluntad de la pasión vocacional a la cual tiene derecho todo ser humano.

El contingente estudiantil y de docentes es tan grande que hay que movilizar su poderosa fuerza de cambio, esa fuerza que permita entrar en sinergia con sus ductores y asociaciones gremiales, y la representación adecuada de la sociedad civil. Vamos adelante, con la resistencia como bandera de siete estrellas hasta lograr el cese de la usurpación antes de caer apabullados por los intereses fanatizados de la oprobiosa dictadura y la complacencia de los movimientos globalistas que desean apoderarse de los países democráticos con fines extremistas y corruptos.


 


sábado, 6 de febrero de 2021

Intervención universitaria a cámara lenta

 


Al tender la mirada hacia los campos de las universidades nacionales causa una sensación de desasosiego; el malestar que se siente al transitar por instalaciones destruidas, invadidas por la maleza, basura, alimañas y antisociales. A simple vista, se observa la depredación de sus espacios, oficinas, aulas y laboratorios. La rapiña hizo que desaparecieran equipos, bienes imprescindibles para la educación y en general, un ambiente nada propicio para el reinicio de actividades para cuya recuperación no solo se requieren recursos extraordinarios, sino un gran esfuerzo de reconstrucción que difícilmente se acometerán, no solo por la falta de voluntad y desidia de quienes deberían mantenerlas los cuales esgrimen excusas, entre ellas, los efectos de la pandemia y el consabido presupuesto deficitario que provocaron indirectamente el abandono de sus espacios y adicionalmente, como consecuencia, la mermada fuerza laboral de docentes y de los responsables de los servicios que vieron evaporarse a más de la mitad de su capital humano para engrosar la larga fila de caminantes por medio mundo.

A esta problemática, ahora se suma la ya advertida intervención, pausada y sin descanso, de un régimen que decidió dejar morir a las universidades lentamente, para luego, retomarlas con un plan de conversión destinado a reforzar sus esquemas dictatoriales y centralizadores que como en cámara lenta comenzó su intervención, limitando su autonomía, ejecutando un plan de administración financiera cada vez más restringido y orientado solo a mantener una nómina cuyos montos son los más pequeños del mundo y por lo tanto someter a la comunidad universitaria al humillante efecto de sus salarios, los cuales, son tan bajos que se asemejan a propinas o a unos pocos dólares de un solo dígito, convirtiendo a los docentes, investigadores y prestadores de servicios en personas que sin recursos nos convirtieron en muertos de hambre e ignorados con un desprecio absoluto al esfuerzo de formación, títulos, experiencia y dedicación.

Logrado el primer objetivo de la dominación salarial, las autoridades universitarias, dedicadas más que a su misión fundamental, priorizan la búsqueda de los recursos financieros salariales en un peregrinar por el despacho de la educación popular y por el llamado Consejo Nacional de Universidades. Este último, integrado por una mayoría de rectores y representantes oficiales que son coro del director de orquesta responsable de dicho despacho. Esos integrantes, incluyendo a los representantes de profesores y estudiantes, son contingentes insignificantes que nada aportan en una asamblea inútil e incompetente, donde las pocas universidades nacionales, experimentales y privadas allí representadas solo van a la corte a mendigar favores, y a recibir desplantes del ministro-jefe de turno, y luego, regresan a su ambiente a anunciar que las quincenas de sus sueldos se harán efectivas en tal o cual fecha.

Sus integrantes, en gran mayoría, aparecieron ante dicho CNU como consecuencia de la creación de supuestas universidades que no son más que liceos improvisados, pero que modelan a un contingente ya muy grande de estudiantes fanatizados cuyo objetivo es convertirlos en activistas políticos, complementado  con el argumento de crearles una profesión inexistente, pero que le dan visos de credibilidad con un diploma que los acredita, y en la práctica nada aportan a las competencias profesionales, ni al desarrollo  del país.

El régimen, continuando con un proceso intervencionista, que metafóricamente se parece el movimiento lento de un bolero, toma la excusa de la pandemia para vaciar los recintos universitarios, confinar a su comunidad a una ciudad muerta, justifican sus acciones con discursos vacíos, y ordenan la instrumentación de la denominada educación a distancia, en un país no preparado para tal fin, donde las comunicaciones no solo son controladas, sino que no funcionan y son catalogados como la más lenta del mundo, de tal manera, que pretenden dictar programas tradicionales convertidos por obra y gracia en currículos a distancia sin el diseño adecuado y mucho menos sin los instrumentos académicos para llevar adelante una educación que no cumple con los requisitos de este moderno instrumento que es aplicado de cualquier manera, sin objetivos, competencias, contenidos y métodos, en otras palabras, lo convierten en propaganda simulando el logro artificialmente falso de objetivos académicos y de investigación, pero que son solo promesas, y paulatinamente, poco a poco, como estrategia de intervención, irán regresando a la educación mixta, sin importar que el tiempo pasa mientras la evasión y desencanto estudiantil crece, emigra, y los docentes que se han quedado en Venezuela piensan muy bien cómo será esa incorporación ya que el transporte y los servicios exceden en miles de  veces el salario recibido, lo que les hace dudar a más de uno de su vocación  de servicio, principal característica del personal docente, y de investigación, que no ven cuando, ni cómo se reconstruirán laboratorios, instalaciones y adecuación de los servicios necesarios para una universidad que ve su solución absolutamente distante en la línea de tiempo.

Como otra estrofa del baile pausado, ahora provocan la intervención directa y mandona, eliminando por decreto profesiones y las convierten en otras en una acción vinculada al supuesto proceso productivo socialista mediante programas carentes de las más elemental técnica curricular para formar profesionales solo para el trabajo a miles de miles de jóvenes que irán a parar a dicho sistema, y luego, incorporarlos como mano de obra incompetente y correlativamente al partido de gobierno usando el falso argumento de un supuesto desarrollo  del país.

De un plumazo, cambian la orientación universitaria y el proceso de selección, es decir, eliminan el concepto  que la universidad no es solo para formar profesionales para el trabajo, sino para crear conciencia crítica, dar formación cultural a nuestros jóvenes, dotarlos de instrumentos cívicos, de formación ciudadana, de métodos analíticos en solución de problemas, potenciando su creatividad científica, humanística y deportiva, para hacerlos ciudadanos y, obviamente, dotarlos de una profesión que les permita incursionar en  las especialidades respectivas y hacerlos muy competentes en su ejercicio profesional para contribuir con la sociedad a su modelación y conocimientos, construyendo esquemas meritocráticos que los proyecten en la vida ciudadana, todo eso, sin dejar de lado la formación permanente  de sus docentes e investigadores que no solo debemos actualizarnos y aprender enseñando, sino que tenemos la obligación de perfeccionar la formación especializada, favorecer la internacionalización y competir con los mejores del mundo en el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Todo eso se pierde con el esquema de intervención del régimen cuya visión política e ignorancia destruye todo lo que emprende.

Se han perdido instituciones de todo tipo, invadidas por el fanatismo y el llamado socialismo. Hordas de ignorantes las dirigen con un fanatismo hitleriano sin límite. Da vergüenza mirar como la planta industrial, empresarial y el emprendimiento van poco a poco muriendo de mengua, y ahora, le toca el turno con una estocada final a los objetivos universitarios. Frente a ello, a la comunidad sobreviviente solo le queda el derecho de pataleo; sin embargo, un núcleo de genuinos universitarios, de claro pensamiento y acción no se entrega y conociendo la problemática anterior y la influencia que tiene en la sociedad venezolana, exige un cambio de rumbo y la preservación del derecho universitario autonómico de darse se propia administración, y forma de capacitar los recursos para el desarrollo interno y externo. Un importante elemento comienza a tomar forma en una visión que muy bien describe el exdecano de Veterinaria de la UCV, Dr. Juan Troconiz, preparar ante la dicotomía régimen y democracia un Universitazo.

Muy a pesar de la obstrucción de las autoridades universitarias, que sin disimulo alertan sobre la dificultad de la implementación electoral para elegir a sus autoridades, aducen el poder del régimen de no permitirlo, razón por la cual argumentan que no quieren aceptar la decisión de la comunidad universitaria de elegir a sus autoridades y sus dirigentes, se entregan a cambio de un reglamento nuevo, oficial e irrito fuera del contexto de la Ley de Universidades, y argumentan el falso positivo que ya fueron sancionados y multados, y que por cierto, no pagaron plegándose a la humillante solicitud, y en este caso, aducen que no están dispuestos a ir presos.

La intervención y desaparición de las carreras universitarias con la calidad y del rigor de formar estudiantes críticos y competentes, ellos ven destruir su futuro, y como se esfuman los conceptos fundamentales, tales como: la autonomía, la democracia y libertad. Esa estrategia del régimen debe ser combatida o tomar el riesgo de perder definitivamente la universidad, y en general a la educación, y caer en el mecanismo provocador de favorecer la ignorancia para que el régimen no tenga adversarios ni mucho menos pensamiento crítico,

En realidad, es una paradoja porque el régimen actual fue sembrado por operadores de la universidad, docentes e investigadores formados en democracia y libertad, donde adquirieron sus conocimientos, se especializaron en su compleja red de posgrado, en la internacionalización y formación en las más prestigiosas instituciones internacionales. Muchos de ellos indujeron las bases teóricas del socialismo, por cierto, dentro de la propia universidad apoyados en el esquema amplio de pluralidad, su acción determinó que docentes universitarios de izquierda dieran un  vuelco a las instituciones universitarias, y crearon casi como un ministerio particular, en la cual todavía participan en todas sus estructuras directivas, desde las cátedras hasta el rectorado y, donde muchos de ellos fueron rectores o autoridades en diversos niveles, y como tales, tuvieron la libertad de poner en práctica sus enseñanzas marxistas.

Muchos ocuparon carteras en el régimen del llamado gobierno socialista del siglo XXI y contribuyeron de esa manera a echar las bases conceptuales del desarrollo educativo que se quedó en el papel para que luego el régimen lo usara como objeto utilitario expresándolo en sus largos y consuetudinarios discursos. Las contradicciones o conveniencia del sistema oficial los abortó. Muchos regresaron a la universidad decepcionados. He visto a rectores de orientación política teñido de color rojo intenso mutar a críticos del régimen, pues ahora tienen la oportunidad de contribuir a detener sus desaciertos, sin embargo, nadie olvida la responsabilidad que tuvieron.

Ante el plan de apoderamiento de la educación, en especial la universitaria, dentro de un esquema político de represión, sometimiento y humillación, la comunidad universitaria debe oponerse a esa estrategia y  rescatar las instituciones al frente de autoridades renovadas, integrándose  a su condición rectora de la sociedad y provocar la reflexión más allá de la argumentación poniendo en práctica proactiva la necesaria resistencia a los malos propósitos de la dictadura y compartirlas con la sociedad civil organizada. Demasiadas cosas están en juego, desde la conversión de la población en una sociedad ignorante, a una juventud engañada con profesiones que no son tales, llegando hasta a extremos desmedidos en el ejercicio del poder, la facilitación a la corrupción generalizada y la entrega del país a regentes internacionales dentro de una estrategia de apoderamiento y compra de estructuras de los gobiernos democráticos en las Américas.

Es el momento de actuar poderosamente y de forma resistente a la intervención del sistema educativo, es necesario actuar conjuntamente con los gremios que solo buscan resolver el asunto salarial y su seguridad social, ampliando sus objetivos con la denuncia y oposición a la pérdida de la cultura, la democracia y de favorecer el funcionamiento de sus instituciones en un sistema cuya acción creadora esté integrada al sector estudiantil. Por cierto, ellos ya no podrán elegir libremente la profesión de su vocación, sino la impuesta por el régimen con una calidad dudosa y pretensiones de proselitismo, es decir, no se pueden aceptar los esquemas en los que imponen una profesión contra la voluntad de la pasión vocacional a la cual tiene derecho todo ser humano.

El contingente estudiantil y de docentes es tan grande que hay que movilizar su poderosa fuerza de cambio, esa fuerza que permita entrar en sinergia con sus ductores y asociaciones gremiales, y la representación adecuada de la sociedad civil. Vamos adelante, con la resistencia como bandera de siete estrellas hasta lograr el cese de la usurpación antes de caer apabullados por los intereses fanatizados de la oprobiosa dictadura y la complacencia de los movimientos globalistas que desean apoderarse de los países democráticos con fines extremistas y corruptos.