sábado, 13 de febrero de 2021

En defensa de la educación

 




En Venezuela la dramática situación de crisis continúa profundizándose, induciendo la consecuente inestabilidad política, económica, social y laboral, especialmente influida por el colapso de los servicios públicos. Se ha llamado sin éxito a la unidad opositora y la ciudadanía observa cautelosamente los movimientos de quienes desean una salida negociada que se está desplegando nuevamente internacionalmente y ve con suspicacia que muchos de sus actores están usando el tema interesadamente, con métodos ya trajinados e inútiles, desinformando a los venezolanos cuya aspiración es el deseo de un cambio rápido de régimen.

Todos sabemos que la salida negociada sugerida no tendrá resultado frente a un régimen usurpador que ha secuestrado al país, que obedece a las directrices de países alineados con la tiranía, e Incluso, continúa manejando el planteamiento de hacer elecciones de los poderes públicos nuevamente con los mismos personajes y sistema electoral, lo cual conducirá a otra estrategia fallida y engañosa al considerar las debilidades del aparato electoral

El rescate de la democracia, el cese de la usurpación, el logro de la libertad y el ejercicio democrático del poder es el norte para reconstruir a Venezuela a través de una acción planeada y basada en la exigencia popular para desarrollar una acción inteligente para el rescate de la institucionalidad, enseriar el apoyo internacional, y planear de manera adecuada la posibilidad de desarticular completamente la estrategia oficial.

Después de que el régimen ha usurpado a la Asamblea Nacional, arremete contra las pocas instituciones formales y amenaza de cambiar leyes y reglamentos para facilitar sus propósitos de legitimación, pero también, apoderarse de la educación con la clara intensión de ideologizar a sus componentes para sus propios intereses, incluyendo muy especialmente a la educación universitaria, fuente crítica de sus desafueros e ilegalidades.

Las instituciones universitarias se debaten en silencio frente a la agonía de remuneraciones vergonzosas, la paralización de sus actividades y la decadencia de sus estructuras las cuales están siendo destruidas sistemáticamente, dejando a las universidades como espacios vacíos con autoridades cuyos periodos vencieron hace ya mucho tiempo.

Es evidente la grave situación que tiene la educación en Venezuela, y muy especialmente la educación superior. Independientemente de la cuestionada calidad e ineficiencia del sector, se destaca la pérdida de objetivos de la educación. Para su recuperación no solo se requieren recursos extraordinarios, sino un gran esfuerzo de voluntad para su reconstrucción que difícilmente se acometerá, no solo por esa falta de disposición de quienes deberían mantenerlas.

A esta problemática, ahora se suma la ya advertida intervención de la universidad por parte del régimen quien decidió, tomarlas mediante un plan de conversión destinado a reforzar sus esquemas socialistas limitando su autonomía, ejecutando un plan financiero cada vez más restringido orientado solo a mantener una nómina cuyos montos son los más pequeños del mundo y por lo tanto, ha sometido a la comunidad universitaria al humillante efecto de sus ridículos salarios, convirtiendo a docentes, investigadores y prestadores de servicios en personas sin  recursos suficientes para mantener siguiera un nivel de vida modesto.

Completa su programa, ordenando la instrumentación de la denominada educación a distancia, en un país no preparado para tal fin, donde las comunicaciones no solo son controladas, sino que no funcionan y son catalogados como la más lenta del mundo. De tal manera, que pretenden dictar planes de estudios convertidos por obra y gracia en un proceso virtual, sin diseño adecuado y mucho menos, con los instrumentos académicos para llevar adelante una educación que no cumple con los requisitos de este moderno sistema el cual es aplicado de cualquier manera, sin objetivos, competencias, contenidos y métodos,

Mediante una programación contenida en un supuesto plan patriótico intentan instalar una economía centralizada y planificada apoyada en un plan productivo utópico para lo cual pretenden hacer a través de un sistema educativo ideológicamente leal a sus objetivos para lo cual,  eligen de manera forzaba a potenciales estudiantes a carreras profesionales cuyo contenido es totalmente deficiente, apoyada en una educación fanatizada sustentada en diseños curriculares definidos por decreto, sin objetivos claros y no acordes al desarrollo de las verdaderas necesidades del país, de la ciencia, tecnología e investigación. El régimen provoca abiertamente la intervención directa, eliminando por decreto profesiones y las convierten en otras con una acción vinculada al supuesto proceso productivo socialista Cambian la orientación, objetivos y valores de la universidad por decreto, e igualmente centralizan el proceso de selección

Ante las circunstancias enunciadas y de muchas otras, la comunidad universitaria reacciona, genuinos universitarios, de claro pensamiento y acción no se entregan, se oponen a la pretensión de imponer un sistema muy alejado de los intereses ciudadanos, y exigen un cambio de rumbo, entre ellos, la preservación del derecho universitario de darse su propio desempeño y libertad académica; adoptar la mejor forma de capacitar los recursos para el desarrollo interno y externo y ser ductor de la sociedad. De tal manera, que un importante elemento académico de la universidad comienza a tomar forma con una visión muy bien definida que consiste en prepararse ante la potencial perdida de la autonomía, y de la libertad académica mediante el control omnímodo del régimen con su franco diseño de provocar la perdida de la democracia y libertad.

Es el momento de actuar poderosamente a la intervención del sistema educativo, para lo cual es necesario accionar buscando el apoyo gremial, privilegiando un tema más general para defender la educación, e ir mas allá de resolver el asunto salarial y de la seguridad social, lógicamente actuando con la vinculación y apoyo del sector estudiantil y, de esta manera, contribuir a defender la educación, su universidad y consecuencialmente su futuro.

Se hace evidente movilizar esa poderosa fuerza de cambio, que permita entrar en sinergia con una representación adecuada de la sociedad civil a objeto de planear y lograr motivar a la población venezolana para el cese de la usurpación, resolver el desastre y efectos socio económico en que se ha asumido al país, y el rescate de la educación antes de caer apabullados por los intereses y pretensiones del régimen.

Voces autorizadas ponen de manifiesto la queja de la nula representatividad que tienen las  autoridades universitarias actuales los cuales no tienen la voluntad de ejercer más allá de la retórica, la autonomía universitaria y orientarla en tales circunstancias a la elección de nuevas autoridades. Sus dirigentes actuales no se alinean sobre este particular asunto con la excusa apoyada en una normativa emitida ilegalmente por el régimen mediante un reglamento que ha cambiado las reglas legales violando no solo la Ley de Universidades, sino incluso la Constitución Nacional.

Es necesario llevar a cabo una agenda que enfrente los planes del régimen de destrucción de la educación universitaria y su aspiración de sustituirla por otra. formulando un conjunto de objetivos en defensa de la educación, entre otros:

·   Celebrar elecciones universitarias para designar de manera legítima a sus autoridades, con la advertencia que el régimen va a oponerse con todo el poder que dice tener.

·  Oponerse a la eliminación por decreto de las profesiones que tradicionalmente han egresado a miles de miles de eficientes y críticos profesionales.

· Evitar que la educación en pleno se ideologice en función de intereses de una planificación marxista.

·   Defender la libertad de cátedra y la realista interpretación de la autonomía universitaria

·  Rescatar el espíritu rector de la universidad y, de la investigación como elementos claves del desarrollo.

·  Enfrentar como lo ha hecho históricamente la universidad a la dictadura que nos somete.

Con un frente universitario representativo, integrado por los más relevantes académicos, profesores y estudiantes que tiene la universidad y apoyados con una estrategia en defensa del sistema universitario debe ser compartida con su comunidad, en unión con lo más representativo de la sociedad civil integrada por un conjunto de personalidades con todas las exigencias de moralidad y competencia que oriente la búsqueda compatible con los deseos de disponer de una educación de calidad, en libertad y democracia, factores que exige la mayor parte de la ciudadanía. Por supuesto, esa fuerza vital, debe potenciarse con las academias, los gremios profesionales y sindicatos de trabajadores.

Este frente es producto de la integración de personalidades universitarias relevantes, representativas de sus diversas facultades y gremios universitarios, establecidos no solo con el propósito de guiar conceptualmente las estrategias universitarias, incluyendo con prioridad las elecciones universitarias y la selección de sus autoridades mediante un equipo universitario bien dispuesto. Es necesario que se estructure una programación realista y se logre establecer un vínculo adecuado con sus pares de la sociedad civil y que finalmente, se vinculen con el objetivo común de la defensa de la educación universitaria dentro del marco de algunas prioridades sugeridas:

·   Salir al paso de la actitud poco ética de precandidatos a autoridades estimuladas por el régimen e iniciativas aisladas sin sentido integral mas allá del individualismo, en este sentido, se debería sugerir la construcción de una plancha unitaria y de valores universitarios sin discusión para apoyarles en el proceso de reconstruir la universidad.

·   Propiciar un encuentro con los líderes más representativos de la sociedad civil a fin de resistir las presiones intervencionistas del régimen.

·  Lograr un acuerdo nacional de movilización frente a las pretensiones del régimen de controlar los poderes públicos y sus propósitos de entrega y relacionamiento con países extranjeros que ponen en peligro la independencia y la democracia,

·  Constituir un grupo multidisciplinario de profesionales para estudiar, analizar y evidenciar las características de cada uno de los distintos “plan país” propuestos por organizaciones de la sociedad civil venezolana con sus consensos, diferencias y metodología de acción, para luego presentar un trabajo que pueda ser tomado en cuenta por todos y cada uno de los proponentes, hasta llegar a un solo “Plan País”.

Todo lo expresado mediante un cuadro de referencias es producto no solo de la preocupación y el intercambio con venezolanos que ven deslizarse al país por un barranco acompañado con la pérdida de su cultura y educación. Un examen real basado en el análisis y estudios actualizados  ponen de manifiesto que el país ha caído a niveles insospechados de deterioro en todos sus niveles ya conocidos y sentidos por todos, pero también, es importante observar la pérdida de la ciudadanía ante lo cual la gobernanza usurpadora debe ser cambiada frente a la alternativa, que si no se cambia,  su modelo político determinará la pérdida del país como lo conocemos incluyendo al sistema educativo que se orientará a organizarse como una fuerza ideologizada que hará gala de su fanatismo y contribuirá por largo tiempo a mantener esta dictadura.

Sus integrantes, en gran mayoría, aparecieron ante dicho CNU como consecuencia de la creación de supuestas universidades que no son más que liceos improvisados, pero que modelan a un contingente ya muy grande de estudiantes fanatizados cuyo objetivo es convertirlos en activistas políticos, complementado  con el argumento de crearles una profesión inexistente, pero que le dan visos de credibilidad con un diploma que los acredita, y en la práctica nada aportan a las competencias profesionales, ni al desarrollo  del país.

El régimen, continuando con un proceso intervencionista, que metafóricamente se parece el movimiento lento de un bolero, toma la excusa de la pandemia para vaciar los recintos universitarios, confinar a su comunidad a una ciudad muerta, justifican sus acciones con discursos vacíos, y ordenan la instrumentación de la denominada educación a distancia, en un país no preparado para tal fin, donde las comunicaciones no solo son controladas, sino que no funcionan y son catalogados como la más lenta del mundo, de tal manera, que pretenden dictar programas tradicionales convertidos por obra y gracia en currículos a distancia sin el diseño adecuado y mucho menos sin los instrumentos académicos para llevar adelante una educación que no cumple con los requisitos de este moderno instrumento que es aplicado de cualquier manera, sin objetivos, competencias, contenidos y métodos, en otras palabras, lo convierten en propaganda simulando el logro artificialmente falso de objetivos académicos y de investigación, pero que son solo promesas, y paulatinamente, poco a poco, como estrategia de intervención, irán regresando a la educación mixta, sin importar que el tiempo pasa mientras la evasión y desencanto estudiantil crece, emigra, y los docentes que se han quedado en Venezuela piensan muy bien cómo será esa incorporación ya que el transporte y los servicios exceden en miles de  veces el salario recibido, lo que les hace dudar a más de uno de su vocación  de servicio, principal característica del personal docente, y de investigación, que no ven cuando, ni cómo se reconstruirán laboratorios, instalaciones y adecuación de los servicios necesarios para una universidad que ve su solución absolutamente distante en la línea de tiempo.

Como otra estrofa del baile pausado, ahora provocan la intervención directa y mandona, eliminando por decreto profesiones y las convierten en otras en una acción vinculada al supuesto proceso productivo socialista mediante programas carentes de las más elemental técnica curricular para formar profesionales solo para el trabajo a miles de miles de jóvenes que irán a parar a dicho sistema, y luego, incorporarlos como mano de obra incompetente y correlativamente al partido de gobierno usando el falso argumento de un supuesto desarrollo  del país.

De un plumazo, cambian la orientación universitaria y el proceso de selección, es decir, eliminan el concepto  que la universidad no es solo para formar profesionales para el trabajo, sino para crear conciencia crítica, dar formación cultural a nuestros jóvenes, dotarlos de instrumentos cívicos, de formación ciudadana, de métodos analíticos en solución de problemas, potenciando su creatividad científica, humanística y deportiva, para hacerlos ciudadanos y, obviamente, dotarlos de una profesión que les permita incursionar en  las especialidades respectivas y hacerlos muy competentes en su ejercicio profesional para contribuir con la sociedad a su modelación y conocimientos, construyendo esquemas meritocráticos que los proyecten en la vida ciudadana, todo eso, sin dejar de lado la formación permanente  de sus docentes e investigadores que no solo debemos actualizarnos y aprender enseñando, sino que tenemos la obligación de perfeccionar la formación especializada, favorecer la internacionalización y competir con los mejores del mundo en el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Todo eso se pierde con el esquema de intervención del régimen cuya visión política e ignorancia destruye todo lo que emprende.

Se han perdido instituciones de todo tipo, invadidas por el fanatismo y el llamado socialismo. Hordas de ignorantes las dirigen con un fanatismo hitleriano sin límite. Da vergüenza mirar como la planta industrial, empresarial y el emprendimiento van poco a poco muriendo de mengua, y ahora, le toca el turno con una estocada final a los objetivos universitarios. Frente a ello, a la comunidad sobreviviente solo le queda el derecho de pataleo; sin embargo, un núcleo de genuinos universitarios, de claro pensamiento y acción no se entrega y conociendo la problemática anterior y la influencia que tiene en la sociedad venezolana, exige un cambio de rumbo y la preservación del derecho universitario autonómico de darse se propia administración, y forma de capacitar los recursos para el desarrollo interno y externo. Un importante elemento comienza a tomar forma en una visión que muy bien describe el exdecano de Veterinaria de la UCV, Dr. Juan Troconiz, preparar ante la dicotomía régimen y democracia un Universitazo.

Muy a pesar de la obstrucción de las autoridades universitarias, que sin disimulo alertan sobre la dificultad de la implementación electoral para elegir a sus autoridades, aducen el poder del régimen de no permitirlo, razón por la cual argumentan que no quieren aceptar la decisión de la comunidad universitaria de elegir a sus autoridades y sus dirigentes, se entregan a cambio de un reglamento nuevo, oficial e irrito fuera del contexto de la Ley de Universidades, y argumentan el falso positivo que ya fueron sancionados y multados, y que por cierto, no pagaron plegándose a la humillante solicitud, y en este caso, aducen que no están dispuestos a ir presos.

La intervención y desaparición de las carreras universitarias con la calidad y del rigor de formar estudiantes críticos y competentes, ellos ven destruir su futuro, y como se esfuman los conceptos fundamentales, tales como: la autonomía, la democracia y libertad. Esa estrategia del régimen debe ser combatida o tomar el riesgo de perder definitivamente la universidad, y en general a la educación, y caer en el mecanismo provocador de favorecer la ignorancia para que el régimen no tenga adversarios ni mucho menos pensamiento crítico,

En realidad, es una paradoja porque el régimen actual fue sembrado por operadores de la universidad, docentes e investigadores formados en democracia y libertad, donde adquirieron sus conocimientos, se especializaron en su compleja red de posgrado, en la internacionalización y formación en las más prestigiosas instituciones internacionales. Muchos de ellos indujeron las bases teóricas del socialismo, por cierto, dentro de la propia universidad apoyados en el esquema amplio de pluralidad, su acción determinó que docentes universitarios de izquierda dieran un  vuelco a las instituciones universitarias, y crearon casi como un ministerio particular, en la cual todavía participan en todas sus estructuras directivas, desde las cátedras hasta el rectorado y, donde muchos de ellos fueron rectores o autoridades en diversos niveles, y como tales, tuvieron la libertad de poner en práctica sus enseñanzas marxistas.

Muchos ocuparon carteras en el régimen del llamado gobierno socialista del siglo XXI y contribuyeron de esa manera a echar las bases conceptuales del desarrollo educativo que se quedó en el papel para que luego el régimen lo usara como objeto utilitario expresándolo en sus largos y consuetudinarios discursos. Las contradicciones o conveniencia del sistema oficial los abortó. Muchos regresaron a la universidad decepcionados. He visto a rectores de orientación política teñido de color rojo intenso mutar a críticos del régimen, pues ahora tienen la oportunidad de contribuir a detener sus desaciertos, sin embargo, nadie olvida la responsabilidad que tuvieron.

Ante el plan de apoderamiento de la educación, en especial la universitaria, dentro de un esquema político de represión, sometimiento y humillación, la comunidad universitaria debe oponerse a esa estrategia y  rescatar las instituciones al frente de autoridades renovadas, integrándose  a su condición rectora de la sociedad y provocar la reflexión más allá de la argumentación poniendo en práctica proactiva la necesaria resistencia a los malos propósitos de la dictadura y compartirlas con la sociedad civil organizada. Demasiadas cosas están en juego, desde la conversión de la población en una sociedad ignorante, a una juventud engañada con profesiones que no son tales, llegando hasta a extremos desmedidos en el ejercicio del poder, la facilitación a la corrupción generalizada y la entrega del país a regentes internacionales dentro de una estrategia de apoderamiento y compra de estructuras de los gobiernos democráticos en las Américas.

Es el momento de actuar poderosamente y de forma resistente a la intervención del sistema educativo, es necesario actuar conjuntamente con los gremios que solo buscan resolver el asunto salarial y su seguridad social, ampliando sus objetivos con la denuncia y oposición a la pérdida de la cultura, la democracia y de favorecer el funcionamiento de sus instituciones en un sistema cuya acción creadora esté integrada al sector estudiantil. Por cierto, ellos ya no podrán elegir libremente la profesión de su vocación, sino la impuesta por el régimen con una calidad dudosa y pretensiones de proselitismo, es decir, no se pueden aceptar los esquemas en los que imponen una profesión contra la voluntad de la pasión vocacional a la cual tiene derecho todo ser humano.

El contingente estudiantil y de docentes es tan grande que hay que movilizar su poderosa fuerza de cambio, esa fuerza que permita entrar en sinergia con sus ductores y asociaciones gremiales, y la representación adecuada de la sociedad civil. Vamos adelante, con la resistencia como bandera de siete estrellas hasta lograr el cese de la usurpación antes de caer apabullados por los intereses fanatizados de la oprobiosa dictadura y la complacencia de los movimientos globalistas que desean apoderarse de los países democráticos con fines extremistas y corruptos.


 


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