sábado, 27 de febrero de 2021

Demagogia, ilusiones y mentiras

 



Continuamos hablando de negociación política, nuevamente se escucha un clarín que anuncia otra y repetida marcha para intentar por enésima vez acuerdos entre la dictadura y los que dicen representar a la oposición y a intereses internacionales. Personajes ya bien conocidos, que andan ahora por lujosas instalaciones bogotanas, y no precisamente en la fría sabana, predicando un nuevo acuerdo para resolver la crisis social, económica y política de Venezuela.

Los argumentos asumidos son los mismos, ahora ampliados sobre la base de una negociación demagógica para realizar elecciones regionales. Ni por ensueño se habla del cese de la usurpación, de  elecciones presidenciales, y por supuesto, esgrimen cualquier tipo de argumento y disposición para intentar estimular a la ciudadanía de embarcarse otra vez en la aventura de una nueva elección fraudulenta e ilegítima y otorgar traicioneramente otra fuente inagotable de validación al régimen, contribuyendo a mantenerlo, ayudado por un discurso mentiroso, vacío, contradictorio y atropellador, que no refleja ni el deseo de  la opinión pública, es más, la ignoran y se rasgan las vestiduras, argumentando la necesidad de búsqueda de soluciones a las crisis en nombre de la democracia sin considerar siguiera la vergüenza de negociar con delincuentes comunes que es como negociar con el diablo.

La sociedad venezolana está curada de espanto sobre este particular, independientemente de que la opinión pública comienza a ser macerada nuevamente para comprometerla  en esa fantasiosa historia de democracia, ocultando demagógicamente la esencia del tema, que no es más, que la grave crisis social que se alimenta diariamente por la falta de recursos económicos, la tremenda influencia del insuficiente salario, la desaparición del proceso  educativo, la muerte a mengua de servicios inexistentes, pero publicitados como el éxito continental más grande alcanzado, la dificultad de alcanzar una parte de la cesta alimentaria, solo disponible para los minoritarios privilegiados que tiene los recursos, generalmente robados para obtener lo que les dé la gana. El tema para la mayoría se centra en el manejo coyuntural de la economía doméstica, de cómo pagar bienes y servicios en dólares, y de cómo obtener los recursos y lograr el equilibrio debido para sobrevivir.

Mientras eso ocurre, las negociaciones avanzan, y el modelo político se perfecciona ocultando la intención de mantener una política de igualdad de salarios, desaparición de la clase media, reducción por hambre a la población e, ignorar la crisis sanitaria. Mentirosamente hacen anuncios del esplendor por venir con nuevas estrategias económicas, y venden sin pena la utópica felicidad que proporciona el marxismo, independientemente de la cruda realidad que nos golpea diariamente sin ver soluciones claras en el horizonte.

Ahora, el régimen profundiza y perfecciona su estrategia, interviene al sistema educativo, es decir con la pretensión de controlar la cultura y la formación profesional, pretende atarla al supuesto éxito de la producción socialista, apoyada en una política salarial paupérrima, dolarizada hacia abajo, pretende ejercer el control de la cultura universitaria y adaptar sus cuadros a la producción socialista, mantiene un política salarial paupérrima dolarizada y uniforme en una franja que no exceda al límite de supervivencia y mantiene ocupada la ciudadanía en el cómo resolver y extremadamente, cómo sobrevivir al caos, sublimando a la población al control político y militar sin consideraciones de ningún tipo.

Las limitaciones inducidas hacen que la obsesión de cambio se redireccione, que la opinión contra el régimen se diluya, y las limitaciones impuestas a la libertad apoyadas en la amenaza y la represión obliguen a la entrega y a la colaboración, ofrecen empleo estable a las nuevas generaciones mediante el llamado a las filas militares asegurando medios de vida y manos frescas para la represión y la matraca, sin embargo, el ruido de la insatisfacción crece, especialmente en el medio universitario quienes ven con mucha claridad la intervención de sus hábitat, la desaparición de los objetivos fundamentales, y afinan la puntería para resistirse al cambio de un modelo educativo cuyo fin último es controlar la gran masa que aglutina la educación no solo desde el punto de vista de los usuarios, sino a la gran masa de gente calificada y humillada que ya no  aguanta el desastre al cual está siendo sometida y no van a permitir el apoderamiento de las universidades las cuales dejarán de existir bajo la modalidad de  un sistema democrático, plural y de criticidad, de tal manera que la lucha comienza a tomar otros visos.

Mientras el régimen convence por la fuerza de los hechos a la imposición de modelos salariales homogéneos y de hambre, comienza a tomar forma la defensa de los ingresos en una suerte de dirección contraria, sujeta obviamente a la calificación profesional y a la oposición a una estrategia falsa de participación soberana del proletariado proporcionando demagógicamente argumentos a obreros y trabajadores que son iguales en sus competencias y que la fuerza popular está en sus manos, incluso, decidiendo quiénes deben dirigir las organizaciones e instituciones, ocultando hábilmente que eso ya está decidido pues el control institucional está en manos de militares quienes son los verdaderos dueños del poder y responden a políticas corruptas e intereses internacionales bien conocidos. El régimen fortalece el esquema, estimulando a que obreros, trabajadores, egresados y todos los estudiantes participen en bloque para la elección de sus autoridades alimentando un sistema electoral ilegal y el viejo sueño de que un sindicalista cualquiera pueda dirigir ya no una nación sino sus instituciones más representativas como lo son las universidades.

Los problemas del ingreso personal es un tema trajinado con fórmulas muy concretas para su resolución a través de mecanismo universales y competitivos, Pero en Venezuela optamos por los credos y por los mitos y no por la racionalidad ante la fuerza de la demagogia y de la información manejada con intereses delincuenciales Incluso, induce sin pensar a la población a sobrevivir en sus burbujas pensando que se puede sobrevivir de manera aislada o autártica así sea de mentira, acompañada de falsas creencias egoístas que lo importante es mantener el sistema particular. No importa si quien dirige, o imparte docencia sepa o no sepa de la materia, es lo mismo, no importa ser un delincuente, un funcionario, que un profesor, sino que se esté dispuesto a aceptar ser parte de este espejismo.

Como toda ilusión, el régimen comienza a pregonar una mutación económica, desea vender la idea de que va a abandonar la doctrina socialista al ceder las empresas expropiadas o claves, a inversionistas privados. Ante tal noticia fraudulenta, los gremios empresariales que huelen los dólares a la distancia se entregan en los brazos del sistema. Se habla de cientos de empresas intervenidas, de plantas y procesadoras de todo tipo de bienes, sistemas de transporte, turístico y de alojamiento confiscados en las últimas dos décadas que han sido transferidos -pero no vendidos- a operadores privados que son diapasones de su estrategia, Hablan de supuestas «alianzas estratégicas».

Esta falsa argumentación, es vieja y la conocemos, es engañosa y extraordinaria y consiste en que los inversionistas cubran los gastos, rescaten las empresas con sus inversiones o reconduzcan los recursos mal habidos hacia ellas, y le entregan al régimen la mayoría de los beneficios. Operativamente los gerentes son del régimen, por lo general militares, venden la gañifa afirmando que se sincroniza al sector público con el privado, y asumen el papel de supervisor. Para desarrollar esa estrategia voltean hacia un lado en lo que se refiere a la conversión de la economía en otra dolarizada con absoluto desprecio por el bolívar desaparecido.

Esa forma de dar un giro engañoso a la economía, por cierto, no la produce el intelecto criollo, sino que ha sido un modelo de exportación cubano por años. Empresas de todo tipo apropiadas por los cubanos en su propio sistema, y las entregadas por el régimen venezolano, especialmente de refinación petrolera, agrícola, hotelera y de transporte, las negocian con el capital extranjero con la condición de que inviertan en su desarrollo, gerencien la operación y ventas, que admitan directivas donde el gobierno esté presente con ejecutivos improvisados, creando una estructura organizativa accionaria donde la mayoría es del régimen y el capital obviamente minoritario. Viejo truco cubano cuya mejor expresión han sido las cadenas hoteleras internacionales ubicadas en los centros turísticos cubanos donde la gerencia operativa lleva los riesgos, la gerencia un experto cubiche y después de gastos, los dividendos se reparten en proporción mayoritaria con el régimen y la propiedad sigue siendo oficial. Tremendo esquema privatizador, creen que somos ignorantes o pendejos.

Tiempos de fábula, los prestidigitadores eternos del juego de vasos con una bolita en alguno de ellos cambia de lugar a conveniencia, como un juego entretenido, pero lucrativo. Van avanzando con el señuelo electoral creando la fantasía del cambio de régimen, dejar que la lucha se canalice hacia las reivindicaciones salariales, despejan los espacios educativos para sacar del juego la masa de educadores que mantienen inmovilizados y crean la ilusión de recuperación económica lo cual les permite continuar con el caos, el apoderamiento, y de poder bailar pegado con los movimientos extremistas protectores de las mafias internacionales cuyos groseros y fraudulentos beneficios compran el alma, empresas e instituciones de manera global para pervertir el mundo donde vivimos y continuar sometidos a un gobierno provincial donde las directrices las tienen las grandes corporaciones del crimen internacional. Se cansa uno de ver la película repetida hasta el cansancio.


 


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