sábado, 30 de enero de 2021

Agenda Universitaria

 



Después de que el régimen ha usurpado a la Asamblea Nacional y desde su tribuna amenaza con expropiaciones, persecución y toda clase de arbitrariedades en un claro atentado a las libertades ciudadanas; arremete contra las pocas instituciones formales y a la población venezolana  que en medio de esta locura atraviesa una espantosa crisis sanitaria y financiera. Se ha advertido que la llamada oposición nada hará al respecto y en  su lugar se concentran en seguirle la corriente al régimen sin importar que la población los perciba como facilitadores y cohabitantes de tantas tropelías y, en aparente protesta, usan la artificial retorica que es su único instrumento poco creíble desvinculándose claramente de los intereses ciudadanos.

Dentro de ese escenario, el régimen le ha dado prioridad a las instituciones universitarias para su sigilosa por ahora de su intervención. Ellas  se debaten en silencio frente de tanta ignominia, y la  agonía  de los salarios vergonzosos, de la  paralización de sus actividades; de decadencia y carencia de espacios docentes, académicos y de investigación cuya estructura está siendo destruida paulatinamente dejando a las universidades en fantasmagóricos espacios vacíos, con autoridades no legitimadas,  y en el más total abandono, ante lo cual, y desgraciadamente, un porcentaje significativo de buenos docentes se marcharon a buscar condiciones favorables para su decoro y ejercicio de la docencia y de la investigación.

Ante tanta desdicha, la comunidad universitaria comienza a activarse, están denunciando la usurpación del poder de manera documentada por los mejores expertos legales. Voces altisonantes acusan al régimen de la asfixia presupuestaria, ponen de manifiesto la queja de la nula representatividad de sus autoridades, las cuales visualizan de manera complaciente y eterna con las políticas educativas del régimen, y que no tienen la voluntad de ejercer más allá de la retórica la autonomía universitaria, orientada fundamentalmente para elegir sus propias autoridades, y sus dirigentes actuales no aplican con la excusa de reglamentos que han cambiado las reglas legales.

Todo lo anterior requiere de una Agenda Universitaria que estimule una serie de acciones más allá de las declaraciones y comunicados, que reaccione contra tanta desidia dejando de lado el discurso vacío  de sus autoridades. Necesita oponerse de frente a la intención del régimen de apropiarse del sistema educativo con fines ideológicos, diseñados para la instrumentación de planes del sistema socialista, por cierto, guiado por la mano del sistema cubano que conduce la construcción de líneas de conducta que convierten los centros de estudio en centros de adoctrinamiento y fanatismo, y que, demagógicamente, afirma formar verdaderos profesionales cuya competencia se ha puesto en duda ante la incompetencia de su ejercicio como consecuencia de la ausencia de una formación adecuada y acorde a los tiempos modernos de la ciencia.

El  régimen aplicando  su plan previamente concebido, con una clara visión político comunista, interviene  la educación superior condicionando su potencial desarrollo y de manera monopólica controlan el ingreso de quien ellos determinen mediante un sistema de admisión totalmente controlado al más viejo estilo marxista y que se integra bajo el supuesto negado de una estructura económica concebida bajo el esquema centralizado, dependiente de intereses y control de la socio economía, mucho más allá, de los intereses internos, conectados con los requerimientos de la Cuba explotadora y de los gobiernos acólitos de países antidemocráticos.

Mediante una programación contenida en un supuesto plan patriótico intentan instalar una economía centralizada y planificada enmarcada en el esquema socialista, en un plan productivo utópico, articulado a intereses de las mafias internacionales y dirigida a instrumentar un sistema productivo para lo cual requieren personal ideológicamente leal y aspiran a construir un recurso  enmarcado en dicho sistema y administrado por fanatizados funcionarios listos para elegir de manera forzaba a potenciales estudiantes a carreras profesionales cuyo contenido es totalmente deficiente y que no son tales, sino inventos improvisados correlacionados con una supuesta producción socialista. El examen de sus líneas de desarrollo y perfiles educativos muestran la debilidad de sus competencias mediante diseños curriculares definidos por decreto, sin objetivos claros y no acordes al desarrollo de las verdaderas necesidades del país, de la ciencia, tecnología e investigación. El planteamiento comentado será un gran fracaso y en consecuencia la actividad profesional desaparecerá.

Ya se ha advertido reiteradamente, pero hasta ahora nadie dijo nada, ahora aparecen comunicados de decenas de profesores, que por fin se dan cuenta de la intención del régimen y el impacto que tiene en su propio ejercicio de la docencia, de tal manera que se han manifestado sobre el tema, incluso vimos comprometiéndose valientemente con la denuncia. Es curioso, vimos firmas de antiguos chavistas que regresaron a la universidad después de contribuir a echar las bases del socialismo y consecuencialmente de la dictadura actual, y sin pena alguna, se anotan en una dudosa oposición, tal vez arrepentidos, pero ya la pusieron y todos lo sabemos, incluso hay connotados comunistas, no sabemos si de buena fe o simplemente son caballos de Troya.  En fin, no importa, lo relevante es que se dieron cuenta que la universidad va directa al barranco y nos quedaremos sin ella, y tampoco con los míseros salarios que nos pagan,

Otros, con gran comprensión entienden que buena parte de la responsabilidad de los ocurrido son las propias autoridades universitarias,  quienes no solo se plegaron a los intereses del régimen., sino que se dedicaron a una eterna lucha por el presupuesto, parecen jefes de personal conviniendo con su jefe mayor como lo  ha sido el  representante del fulano poder popular para la  educación y soportando estoicamente las decisiones de un Consejo Nacional de Universidades integrados por un sinnúmero de universidades  nuevas, de dudosa calidad al frente de fanáticos socialistas que obedecen a rajatabla las decisiones del régimen, tal y como corderos. En buena medida, han determinado que  la comunidad universitaria les diera la espalda. Afortunadamente voces responsables y de gran relevancia han solicitado el ejercicio de la autonomía universitaria, enfrenando incluso al régimen, cansados de una dirigencia inerte, y  exigen institucionalmente llegar a cabo las elecciones de todas sus autoridades universitarias, muchas de ellas, suplentes o elegidas a dedo, y lo hacen independientemente, enfrentando los intereses del régimen de cambiar las reglas electorales a su viejo estilo fraudulento violando la Ley de Universidades e imponiendo reglamentos írritos y antidemocráticos,

La Agenda Universitaria mencionada requiere operacionalizar no solo la representación de autoridades que legitimen la defensa de la universidad, sino también oponerse a la eliminación por decreto de las profesiones que no solo tradicionalmente han egresado miles de miles de eficientes profesionales, sino de evitar que la educación en pleno se ideologice en función de intereses comunistas, de una planificación marxista, de defender la libertad de cátedra, el espíritu rector de la universidad, la investigación como elementos del desarrollo,  y enfrentar como lo ha hecho históricamente a la dictadura que nos somete,

Es por ello que nuevamente hacemos el llamado para que un grupo de lo más relevantes académicos, profesores y estudiantes que tiene la universidad puedan estructurar una agenda en defensa del sistema universitario de manera holística y que  permita sugerir las bases de una estrategia que necesariamente debe ser compartida con sus pares de la sociedad civil. Ello se logra y hemos  sido reiterativos  en unión con lo más representativo de esa sociedad integrados por un conjunto de  personalidades, honorables,  sin mancha, ni rabos de paja  que existen por cantidad,  y que muchos de ellos han aceptado el reto de intercambiar con el alma mater en busca de ampliar la agenda propuesta y,  luego ir al encuentro de la sociedad organizada, no importa sus objetivos generales, sino mas bien sus propósitos comunes en relación a país nacional y , representada también por sus gremios profesionales, que hacen oposición y planes concretos, de los sindicatos de los trabajadores que por ausencia de un liderazgo interno solo ven el tema salarial como primordial, claro que es primordial, pero la libertad ciudadana debe estar primero para lograr luego una remuneración acorde con su formación. Entre ellas la profesión de maestro que es la más importante del mundo como es enseñar, formar y contribuir con el desarrollo nacional.

La variedad de estas organizaciones es tal que inútilmente han intentado buscar acuerdos dentro de sus objetivos y de sus liderazgos, pero no se ha logrado producto de los intereses personales los cuales aparentemente han  valido mas, pero es el momento, que sin egoísmo al menos unos pocos, suficientemente representativos puedan dialogar con el frente universitario y posteriormente con la formidable fuerza humana que representan y  que no pueden  permitir que el país siga por el cauce de una educación fanatizada que por seguro arruinará mas al país y lo convertirá en un  país inexistente, lo entregara definitivamente a países extranjeros, los convertirá en estado terrorista y será entonces otra Venezuela donde  no podremos vivir nunca más.

Es ahora, que tomemos la iniciativa, hagamos una agenda que comience en el sector universitario, en cada lugar del país. Tenemos, fuerza, y el valor moral para dejar que esbirros nos continúen expoliando, persiguiendo, maltratando y desapareciendo. El venezolano tiene sangre libertaria en las venas y se debe involucrar en lograr su libertad y reencauzar al país en un Estado democrático, que permita discutir y acordar el plan de desarrollo cuyas bases ya están disponibles con diferentes enfoques y deben ser acordados, luego echar las bases para reinventar nuevos partidos, probos, representativos y modernos, típicos de la democracia y del ejercicio electoral formal y transparente para elegir sus dirigentes.


 



sábado, 23 de enero de 2021

Agenda para un liderazgo emergente

 




Se profundiza la crisis venezolana, las amenazas suben de tono una vez que el régimen ha logrado los propósitos de apoderamiento de las instituciones del Estado, ahora se voltean no solo contra una oposición que no cubrió las expectativas, incluso plegándose a los intereses del régimen, sino que ahora, comienzan con la cacería de brujas y la consolidación de su esquema socialista vinculado a los grandes intereses del estado obscuro de las fuerzas antidemocráticas. No solo es solo la persecución anunciada, sino que han acordado hacer tierra arrasada con todo lo que se le oponga al típico estilo de la polarización y uso de la demagogia y el populismo.

Ya lo anunciamos, la destrucción de las pocas instituciones que quedan, entre ellas las universitarias le seguirán, al igual que instituciones gremiales y sindicatos. El nuevo juego comienza con desventaja para el país, pero como también afirmamos reiteradamente, queda todavía dentro del país una oposición de verdad quienes comienzan a ver en medio de los sufrimientos y limitaciones un futuro nada halagador sustentando en el control y la perdida de libertades, y no lo van a permitir.

Las reservas morales comienzan a moverse dentro del sistema universitario, más allá de la retórica, se organizan, denuncian al Estado fallido, están claros en la usurpación ilegal, en la ocupación de fuerzas extranjeras y en la debilidad de los conductores de dicho sistema. Ya se pronuncian, se organizan y han aceptado las sugerencias para retar al régimen desafiando sus esquemas impositivos, están organizando las elecciones universitarias con la ley en la mano para elegir a sus conductores. Es hora de legitimar a sus dirigentes para cambiar a los que perdieron la vinculación con su comunidad, tal como también ocurrió, con los partidos políticos que quedaron en manos de negociadores y demagogos populistas.

La comunidad universitaria sobreviviente ha entendido la necesidad de construir un nuevo liderazgo que rescate la misión y valores, y vincule sus argumentos libertarios con los mejores representantes de la sociedad civil con el fin de construir una agenda no solo con el objetivo de preservar la autonomía universitaria perdida, sino de lograr un movimiento organizado con redes humanas y algunas organizaciones formales, para que en primer lugar, defender la educación de la amenaza intervencionista, deformadora y del socialismo fanatizado, y luego, contribuir con el rescate de la libertad y la democracia, todo ello, sin lugar a dudas, crecerá y se articulará con las poderosas fuerzas formales de las organizaciones que agrupan a la comunidad de profesores, investigadores, estudiantes y personal de servicio en unión necesaria con sindicatos nacionales y regionales en una gran cruzada contra la opresión.

No basta con empujar el alma hacia adentro, cargarse de energía y enfrentar a la dictadura, es necesario usar su fuerza rectora para la reconstrucción del país, en especial la educación en su conjunto e ir a su revisión integral para sacar de las cenizas al sistema universitario, modelar la opinión pública con los principios y valores que tiene de origen para defender sus derechos, potenciar la defensa de las instituciones y de la democracia en general. No importan los obstáculos y la diversidad, en la universidad está la fuerza vital para la construcción de un nuevo liderazgo hasta ahora oculto que comienza su accionar dentro de sus propios y destruidos espacios.

La educación venezolana perdió el norte, basta ver su abandono y pérdida de objetivos, basta leer el desprestigiado plan de la patria y sus acciones destructivas, y declaraciones de los incompetentes, pero fanáticos ductores del socialismo, por esa razón, la agenda de lucha cambia, no es solo es oponerse con retorica o argumentos que ya todo mundo maneja, sino  de ayudar a eliminar obstáculos que limitan la libertad y ponerla en manos de verdaderos ductores de sus instituciones, y de apoyar a un pueblo con acciones  realistas y de cambio.

Es imprescindible  sentar la bases para reconstruir la educación,  vincular su misión para contribuir con el derecho inalienable de restablecer el derecho ciudadano y de organizarnos, en una primera etapa con líderes nuevos, que faciliten la cohesión e induzcan el fin de la usurpación, y posteriormente, contribuir a la redefinición de los  objetivos de su propia institución, y las del estado, sin excluir a  los partidos políticos, esenciales para el ejercicio de la democracia decantando a tanto líder corrompido y populista que se apoderaron por años de sus organizaciones con fines particulares.

Con relación a la reformulación universitaria, su agenda tiene que plantear varias cuestiones emergentes, independientemente de legitimar a sus autoridades y de señalar el rumbo de qué hacer para incorporar efectivamente a cientos de miles de estudiantes y profesores que fueron abortados del sistema huyendo de la destrucción, la falta de recursos y la humillación de vergonzosos ingresos, así mismo qué hacer con más de un millón de egresados de instituciones improvisadas, desacreditadas, tergiversadas ideológicamente, fanatizadas e integradas con objetivos socialistas y una utópica conexión con un producto sin consistencia. En otras palabras, diseñar una estrategia y consecuencialmente un plan de reacomodo complementario para reeducar las ausentes competencias y poder insertarlos como verdaderos profesionales y emprendedores. A lo interno, la estructura universitaria, deformada e hipertrofiada debe ser reformulada en términos regionales, estadales y nacionales dentro de un esquema especializado de niveles profesionales, de investigación y desarrollo que requerirá el país en los próximos cincuenta años.

Tarea dura, de integrar instituciones con objetivos repetitivos, de recursos compartidos e insuficientes con el modelo de funcionamiento actual, integradas por estructuras organizativas inútiles, y la consiguiente pérdida de eficiencia y dilapidación de los recursos. Plantear el redimensionamiento de los niveles de formación profesional, de la investigación y producción, tarea difícil, pero absolutamente imprescindible para acometer el recate del país, de su fuerza creadora y de su ciudadanía.

Es claro que el sistema perdió el rumbo, que creció sin medida conducidos por la inercia, apoyado en la retórica y las tradiciones, ese círculo requiere ser cambiado con una visión integral, ductora de la sociedad y el restablecimiento de su conexión con  ella, la cual por cierto, jamás lo ha perdido, pero requiere de un apoyo orgánico, que señale el rumbo, contribuya con las organizaciones civiles y señale la necesidad de desplazar la usurpación, corruptos, invasores, oportunistas y dictadores de sus propios partidos, es decir, poner de manifiesto  la necearía agenda donde se destaca una acción prioritaria y reconstructiva de reinventar a los partidos políticos, pieza clave de una República Democrática como  verdadera fuente de representación, apoyada en una militancia comprometida con sus objetivos y  en posesión de visión ciudadana y democrática, que logré la debida participación  y selección periódica de sus dirigentes, que enfrente al populismo, verdadero enemigo de la democracia y, en otras palabras, redefinir conceptualmente como los partidos políticos deben orientar el cambio para contribuir con los  mecanismos democráticos.

La agenda nacional y regional comienza a dibujarse, organizarnos en cada centro con los  mejores representantes de su comunidad, que logre la vinculación con los mas competentes de gran cantidad de organizaciones civiles, de personalidades que individualmente tienen la consistencia, voluntad de cambio y claridad ciudadana para estructurar una red efectiva que conecte con la gran masa de educadores, trabajadores, gremios, sindicatos y organizaciones estudiantiles que enfrenten a la dictadura marcando la pauta para el cambio necesario de un régimen que acabó con  el país y nos convirtió en sumisos y humillados, con la increíble pérdida de derechos ciudadanos. No podemos continuar con la situación de un país que ya no existe, invadido e intervenido provisto de un mensaje de miedo y amenazas.



sábado, 16 de enero de 2021

La intervención de las universidades

 


Se ha consumado el apoderamiento de toda la estructura institucional de Venezuela, el impacto de la estrategia de poder del régimen es formidable en la dinámica socio económica del país, sin contar su efecto desde el punto de vista político y la imposición del control total del Estado sobre toda la nación en una dictadura evidente. El impacto directo sobre la educación venezolana, especialmente en el sector universitario, ha sido paulatino y sin pausa, depredando significativamente la estructura de formación e investigación de las universidades y su sustitución permanente por un esquema ideològizado y de control de sus productos destinados al control social definitivo para favorecer un modelo arcaico de poder representado por el socialismo en su marcha hacia el comunismo.

El régimen ha presionado misericordiosamente a la población, ayudado por la pandemia y con una economía dolarizada, en un entorno, donde la oposición perdió su liderazgo, por errores o falta de definición oportuna, dividida dentro y fuera del país, obviamente, sin ser egoísta, reconociendo que ante tan compleja realidad logró el apoyo internacional acompañado de acciones importantes para contribuir al cambio político; pero que, lamentablemente han resultado insuficientes. Ante tales circunstancias, se deja ver con absoluta claridad la necesidad de un liderazgo válido, que permita retomar las acciones para oponerse a la política desarrollada por el régimen cuya inspiración obedece más bien a los intereses anti democráticos, expansionistas y depredadores de países aliados al régimen.

Tenemos conciencia de que la universidad puede actuar dentro de los alcances de sus objetivos rectores para inducir un cambio y preparar las bases de la reformulación, apoyándose en su poder de convencimiento, su cultura, experticia profesional y facultad para vincularse a, la comunidad, al segmento estudiantil en pleno, a las academias, sindicatos de trabajadores, gremios civiles y militares, y a la Iglesia, de esta forma, ayudar a construir un frente común de rechazo y resistencia pacífica al régimen quien sin miramientos, ha dejado muy claro sus intenciones ya de larga data de intervenir a la universidad sino también, a la educación en su conjunto.

El régimen ha demostrado a cabalidad que su objetivo fundamental es completar el sistema de control totalitario basado en el apoderamiento ideológico, concatenarlo con sus estrategias de fortalecimiento de su modelo autoritario de gobierno. En ese sentido, volvemos a recordar que no podemos dejar que ello ocurra, porque si así ocurre, la universidad dejará de existir en su misión fundamental y será objeto al sometimiento a planes compatibles con las necesidades dictatoriales.

La comunidad universitaria tiene la responsabilidad evidente con la fuerza intelectual que todavía posee, de manifestarse y resistir, a pesar de la destrucción y avasallamiento generado como consecuencia de la ausencia de recursos, destrucción de sus espacios y la humillación salarial. Aún posee un contingente de docentes e investigadores, una juventud inteligente con ansias de libertad, acompañada de una comunidad de trabajadores y obreros igualmente golpeados, también cuenta con su irradiación en la conformación de gremios profesionales, academias, asociaciones estudiantiles, y, presencia, incluso, en el propio gobierno como una fuerza oculta poderosa

El alineamiento de la comunidad universitaria apoyada en lo más representativo de sus líderes universitarios, que todavía los hay en acción vinculante con las más relevantes personalidades representantes de la sociedad venezolana la hace susceptible de disponer de la fortaleza necesaria para oponerse a las pretensiones educativas del régimen y, enfrentarlo en procura de la libertad. Es necesario entender el peligro que la acción del régimen tiene en materia educativa el cual se cierne como una gran tormenta sobre sus instituciones. Los planes del régimen se vienen concretando silenciosamente en la oscuridad como hacen los delincuentes, en efecto, el plan de la patria se apoya en un esquema educativo ajustado a políticas socialistas, por tanto, es previsible entender la dirección a la cual se dirigen y, en consecuencia, debemos fortalecer la capacidad de respuesta para evitar la instrumentación de sus satánicos planes.

El proyecto de cambio educativo por parte del régimen está estructurado sobre la base de un modelo normativo en pleno desarrollo, sustentado sobre la base de un modelo social  asociado obligatoriamente a las acciones del Estado, incluso alcanzando a una fracción de la educación privada para asociarla a sus intereses, ello permitiría el desarrollo del socialismo intermedio para controlar dicho sector hasta su apoderamiento final con medidas elementales, como por ejemplo el control de su economía interna a base de decretos y normativas. Ya desde hace dos décadas, el dominio político autoritario basado en la manipulación social ahogó a la población y las sometió. Ahora necesita profundizar esa acción final de dar muerte súbita de las universidades y construir “una sociedad productiva socialista, que se concretará con la destrucción universitaria”.

Desaparecida la educación universitaria como la conocemos, fuente integradora de igualdad de oportunidades se cambiará por otra, de segregación propiciada, acompañada con la desaparición de la fuerza intelectual y de su potencial aislamiento, incluso provocando más éxodo de profesores y estudiantes. Todo ello, basado en la perdida de la gobernabilidad autónoma, el drenaje de su energía creadora, el control autoritario y la perdida de legitimidad, construyendo un mundo paralelo de universidades y aldeas universitarias o territoriales en un número significativo y proselitista que ya ha parido a más de un millón de activistas. Esta estrategia ha debilitado al sistema educativo formal ayudado con la excusa de la pandemia y limitando las acciones universitarias al no permitir regeneración de sus esquemas de funcionamiento, acoso político y financiero, provocando que la universidad entre en una situación de agotamiento y desintegración, objeto ultimo del régimen. La narrativa de esta estrategia se profundiza con los procesos de deterioro de la comunidad universitaria y su empobrecimiento, acompañada de la incapacidad de pernoctar en sus espacios, provocando el retiro involuntario los cuales se dedican a otras actividades de supervivencia observando pasivamente la desaparición de su hábitat destruido, asaltado o abandonado.

La intención del régimen no se oculta, basta ver que su acción primera es la de territorializar la educación universitaria a partir de la vinculación comunidad-Estado mediante la construcción de objetivos estratégicos para generar una cultura que responda al estado, sustentándola en un esquema de producción concebido como un bien falsificado vendido al soberano, potenciando la falacia de ser un proyecto autosustentable articulado al poder popular de la economía socialista.

El plan del régimen es reorganizar el sistema institucional mediante un cambio en la oferta educativa bajo control total del estado, propiciando la participación directa interventora y el poder popular para orientar a las universidades en cada territorio y lograr objetivos políticos socialistas, sincronizada con la selección de estudiantes y de profesores basados en el sistema de ingreso, es decir, entra al sistema quienes ellos decidan. Complementariamente instrumentan una nueva Ley de Universidades para garantizar el vínculo con el sistema de producción socialista y la determinación de los tipos y cantidades de profesionales para cada objetivo, es decir, acabar con los planes académicos actuales,  e instaurar los ideologizados en perfecta correlación con sus intereses, priorizando el equipamiento operativo de nuevos programas académicos y la formación de docentes socialistas para el abordaje de nuevas carreras en sustitución de los planes actuales de las universidades.

El maquiavélico plan continúa con los programas de orientación vocacional, léase ideológica, con una plataforma que va desde la educación básica hasta la universitaria, viabilizando al poder popular comunal en la dirección y gerencia de las instituciones, en otras palabras, sustituir la dirección de las instituciones por comisarios políticos. Se maximiza la estrategia cuando, planean que los centros educativos universitarios respondan a los intereses estatales y municipales coordinados e intervenidos por las gobernaciones y alcaldías para consolidar el proceso, fortalecer la Misión Sucre y administrar el ingreso de estudiantes, controlarlos, y evitar su salida a centros universitarios de otras regiones.

Se ha analizado el esquema estratégico de lo que quieren hacer con nuestras universidades; el peligro es total y no lo estamos viendo, es más, el régimen se ha tomado la atribución de romper los esquemas autonómicos, planeando carreras acomodadas al supuesto plan económico, de salud y educativo que merece análisis aparte ya que, si logran imponerlo, la sociedad venezolana será otra, y obviamente el país será otro e invivible dentro de los esquemas democráticos. Esta alerta profundiza la necesidad de examinar el peligro en ciernes si no queremos ser destruidos. Es necesario revisar las iniciativas del régimen sobre este particular dirigido por el despacho usurpador de la educación, y redefinir el rol de la universidad mediante un plan de contingencia, revisar nuestra estrategia de salvamento, convertirnos en multiplicadores de los  principios democráticos e inducir en la sociedad la fuerza necesaria para construir un nuevo liderazgo que permita sincronizarnos con las aspiraciones populares para evitar la destrucción educativa e  inducir los cambios del modelo político.

Debemos asumir el reto como universitarios llevando acción y palabra a la comunidad, ser inteligentes en coordinar con personalidades del mundo civil y militar que todavía tienen representatividad social para enfrentar la locura de un sistema que nos mantiene oprimidos, que viene logrando sin pausa el apoderamiento de las organizaciones, y de cuanta institución democrática exista en el país, sin dejar de lado, la pérdida de libertad de las personas. La dicotomía es clara, la resistencia, o la sumisión, y tengamos presente como dice el dicho: guerra avisada no mata soldado.

 

miércoles, 6 de enero de 2021

La universidad y su responsabilidad ante el país

 

Miembros de la Cátedra de Derecho Constitucional, UCV

El régimen avanza con su plan de apoderamiento de todas las instituciones democráticas. Ha tomado posesión de la Asamblea Nacional a través de un ilícito electoral, y ha profundizado la usurpación. Su propósito es la consolidación del proyecto comunal e intentar aparentar vocación democrática, ocultar los desmanes de la corrupción y llegar finalmente a la instauración del comunismo.

La sociedad venezolana a través de  instituciones civiles, grupos de activismo o de opinión, o de personalidades ha denunciado y apoyado la necesidad de un nuevo liderazgo ante el fracaso de la oposición la cual de tanto colaboracionismo e incompetencia se desvinculó del país nacional; en ese sentido, exige aprovechar la inmensa capacidad de recursos intelectuales y de competencia que aún quedan en Venezuela, especialmente la fortaleza de la universidad venezolana que aún tiene recursos éticos, morales y capacidad potencial de conducción.

La población de múltiples maneras ha manifestado con protestas, y denuncias los desmanes de la tiranía, y, la universidad venezolana comienza a moverse a pesar de estar arrinconada y humillada. En este sentido, su capacidad de reacción crece paulatinamente, pero vamos por partes, la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Central de Venezuela (UCV) a través de su Cátedra de Derecho Constitucional ha tomado posición, y en un comunicado de consenso firmado por 12 catedráticos denuncia responsablemente la ilegitimidad del régimen.  Su declaración pública resalta: “En virtud de la realización del evento de fecha 6 de diciembre de 2020, se ha consumado el fraude electoral en el que destacamos un diseño que ha sido objeto de desarrollo continuado y que parte del desconocimiento de los valores y principios que sostienen a un Estado Democrático. Hoy reafirmamos que no se puede analizar el caso venezolano desde una perspectiva restringida a lo constitucional, por cuanto no estamos en un régimen democrático, ni en el marco de un Estado Constitucional de Derecho”. También se pronuncia con relación al Estado forajido y fallido: “Se trata del ejercicio del poder bajo un sistemático y anímico desconocimiento de la constitucionalidad y de la legalidad, así como el irrespeto a los convenios y acuerdos internacionales suscritos por la República. La destrucción del Estado constitucional está consumada, la entrega de la soberanía nacional está en ejecución. Este es un conflicto por la liberación de un país que perdió su soberanía”.

Opina acertadamente: “La resistencia política ante las Inmediatas agresiones del Régimen: Constituye un acto de supervivencia política, la definición de una nueva instancia organizativa y de dirección en el esfuerzo de resistencia mancomunada contra el régimen de facto. La misma debe integrar a las organizaciones políticas y sociales con presencia ciudadana, y debe deslastrarse de aquellos factores económicos que representan intereses contrapuestos al proceso de liberación que se plantea en Venezuela y debemos  afirmar que, quizás, el  efecto primario de la convocatoria del proceso que culminó con el evento ejecutado el 6 de diciembre de 2020 es la definitiva ruptura del  orden  constitucional  y la  certificación  internacional  de  ilegitimidad de los usurpadores de la soberanía popular”.

Variados grupos organizados manifiestan con absoluta responsabilidad ciudadana e independientemente de los menguados partidos políticos y han expresado recientemente a través de un manifiesto y afirman:

“Los diversos grupos de resistencia, organizaciones gremiales, políticas, militares y exilados, hemos convenido proponer de forma conjunta una ruta estratégica que conduzca a organizar un levantamiento generalizado contra la ignominia en que han sumido a Venezuela. Bajo esa ruta estratégica, el destino de toda política opositora debe conducir a la recuperación de la libertad y la democracia. Se hace entonces inviable compartir “algunos espacios del poder político”, local regional o nacional ya que suponen una forma de legitimación de la dictadura y contraviene el objetivo general que la población ha asumido como suyo. Para que todo ello se produzca es necesario combinar todos los esfuerzos posibles, desde los internos hasta los externos, en función de construir la fuerza necesaria para derrocar la dictadura, La lucha de los trabajadores, estudiantes, gremios, productores, empresarios, de la ciudadanía en general y de los partidos políticos solventes debe confluir en una sola y masiva respuesta que adquiera finalmente forma organizada, unificada”.

Frente a la circunstancia anterior se hace indispensable un liderazgo emergente, para que, con la fuerza, palabra y el conocimiento basado en su prestigio y moralidad claman por vincularse con su alma mater, con gremios, sindicatos, academias y la Iglesia, con el fin de mover la opinión pública y potenciar la resistencia, y están muy claros en que las instituciones más indicadas para apoyar las acciones referidas son las universidades.

Personalidades universitarias comienzan a revelar su preocupación por la destrucción del país y particularmente de las universidades autónomas y experimentales inducidas por el régimen, y por la abulia de la comunidad universitaria, por ejemplo, el profesor Víctor Rago, ex decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV, afirma: “El destino de la universidad se va a jugar a corto plazo. Las expectativas son rapidísimas para la universidad. Son perfectamente previsibles los planes de ejercer ahora un control efectivo sobre las universidades. El Gobierno ha procurado -con éxito- debilitarlas a lo largo del tiempo. Ha actuado con visión estratégica y con paciencia. No ha podido ganar elecciones de autoridades o estudiantiles, ni obtener resultados satisfactorios para ellos. Sin embargo, el Gobierno ha sabido esperar y durante estos años ha restado competencias a los órganos de dirección universitaria y ha asumido funciones y atribuciones propias de esos órganos de dirección, ha puesto condiciones y asigna presupuestos ridículamente deficitarios. Ha permitido reiteradas agresiones. Las universidades han sido saqueadas, robadas una y otra vez. Además, ha sabido explotar las disensiones internas, entre otras, el divorcio entre las autoridades y la comunidad universitaria. La comunidad siente que las autoridades no cumplen con sus funciones, no han hecho lo suficiente y son corresponsables del deterioro institucional. Los planes académicos, prácticamente, han desaparecido. La institución se encuentra en un estado de deterioro y de fragilidad enorme. No veo, excepto en algunos sectores organizados, ninguna iniciativa vigorosa de defensa de la universidad ante un horizonte de derrota institucional previsible, ahora que el Gobierno toma el control de todos los resortes y de todas las palancas necesarias para la gestión del país”.

En el sentido anterior, la comunidad universitaria reacciona, por ejemplo, la comunicación del profesor Absalón Méndez es contundente al solicitar públicamente elecciones universitarias ya. Al efecto, expresa: “No podemos continuar de brazos cruzados a la espera que la casa se nos caiga encima. Debemos actuar, no con documentos, sino con actos contundentes. Solicitemos a la Comisión Electoral de la UCV, la convocatoria a elecciones, si no lo hace, designemos una Comisión Electoral de facto, para que en un lapso de 90 días convoque a elecciones bajo la regulación de la Ley de Universidades y el Reglamento de Elecciones de la UCV. Salgamos, ya, a la luz pública, con una cuarteta rectoral, 11 candidatos a decanos, una plancha de representantes profesorales y una selección de la representación de los egresados.” Para complementar su propuesta afirma en carta pública, “El Consejo Universitario de la UCV no existe. No funciona. Ha dejado, desde hace mucho tiempo, de ser la máxima autoridad de la UCV.  El Claustro Universitario no se convoca para nada, tampoco, las Asambleas de Facultad, por consiguiente, estamos en una Universidad a la deriva”.

El profesor Juan Troconiz, ex decano de Ciencias Veterinarias, ha afirmado: “La anulación del funcionamiento de la institución, reuniones de Cátedra, Departamentos, Consejos Técnicos de Institutos, Consejos de Escuela, de Facultad, Comités Académicos de pos grados, Consejo Universitario, Comisiones permanentes y especiales etc. ha aniquilado la dinámica funcional de una institución que requiere considerar y discutir las cosas, ello también afecta a la organización del sector estudiantil, profesoral, empleados y obreros , todo lo cual ha mermado la combatividad institucional Hay que dotar a la comunidad de opciones alternas para expresarse y funcionar. He visto aportes de otros sectores que se organizan en línea. Los que disponen de fortalezas al respecto pueden asumir la iniciativa El agrupamiento de la comunidad universitaria al lado de un nuevo liderazgo se hace evidente para poder en consecuencia darle la fortaleza necesaria para enfrentar al régimen en procura de la libertad nacional y vincularse efectivamente el país político”,

Como se hace evidente, la movilización de la comunidad universitaria permitirá mediante elecciones autónomas y con la base legal existente, entregar en manos de nuevas autoridades universitarias la gerencia de tales instituciones. Llegó el momento de elegir a los mejores para sustituir a los complacientes que tienen más de doce años sometidos al control del régimen donde se ha privilegiado la búsqueda de la dádiva financiera para mantener sueldos
pírricos y humillantes, provocando la depauperación de su comunidad y que más de la mitad de su fuerza docente y en buena medida estudiantil abandonara o migrara a medio mundo.

El agrupamiento de la comunidad universitaria al lado de un nuevo liderazgo se hace evidente para poder en consecuencia darle la fortaleza necesaria para enfrentar al régimen en procura de la libertad nacional y producir con el respaldo de la comunidad la sinergia para el cambio potenciada por la masa formidable de profesores, estudiantes, empleados y obreros.

La universidad necesita un debate provocador del cambio, que permita preparar las bases para vincularse a la comunidad estudiantil en pleno, a las academias, sindicatos de trabajadores, gremios civiles y militares, y a la Iglesia, de esta forma, ayudar a construir un frente común de rechazo al régimen. La comunidad universitaria tiene la capacidad de convocatoria y la necesidad de defenderse de una potencial intervención del regimen que con métodos más sofisticados que los usados tradicionalmente usan la manipulación de los objetivos institucionales, el control del producto profesional y de la investigación. La universidad es objetivo prioritario del régimen, y si dejamos que se apoderen de la misma, caerán los gremios y sindicatos, incluso instituciones como las academias y organizaciones religiosas, ninguna de ellas estará a salvo.

Debemos redefinir el rol de la organización universitaria, preparar los planes de contingencia, pero, sobre todo revisar el ámbito político en el cual se desenvuelve, de tal manera que nos permita llevar su acción rectora al país nacional, y, a las mayorías. Convertirnos en multiplicadores de principios y de enseñanzas que contribuyan a superar la caída moral y la perdida de los valores del venezolano común, debe abrir las puertas al espíritu, moralidad, dedicación al trabajo creador e integrador de la familia y de la sociedad, solo de esta manera lograremos el cambio político. La reconstrucción de las instituciones es imprescindible, recuperar el liderazgo y la nacionalidad,

Promovamos un encuentro durante este mes de enero, primero entre destacados universitarios y luego con honorables personalidades de la sociedad civil, no comprometidos y con el objetivo de preparar las bases del cambio. Posteriormente con los lineamientos, estrategias y objetivos acordados, vincular necesariamente a Gremios, Sindicatos, Academias, Militares Patriotas, Estudiantes y Representantes de la Sociedad venezolana para definir el curso de acción necesario, Tenemos mucho que hacer, en medio de tanta persecución infame, debemos ser irreductibles y totalmente comprometidos con la democracia, justicia social, solidaridad humana y estar abierta a todas las corrientes del pensamiento universal.

Debemos asumir el reto con optimismo, llevando la palabra y la acción a los ciudadanos, así como también de quienes nos sucederán como académicos, científicos, y profesores. De lo contrario, seremos desaparecidos o transculturizados por las fuerzas obscuras que son producto de la usurpación y la conjura en una acción que conducirá definitivamente y por largo tiempo a la muerte de la libertad.

lunes, 4 de enero de 2021

 

 


ELEMENTOS FUNDAMENTALES PARA LA RECONSTRUCION DE LA EDUCACION SUPERIOR VENEZOLANA

 

Dr. Prof. Genaro Mosquera Castellanos.

 

 Consideraciones Generales

 

La educación superior forma parte del Sistema Nacional de Educación y, por tanto, está comprometida a la acción conjunta con las otras instancias del sistema educativo para el logro del ejercicio pleno de la educación permanente como derecho humano y como proceso fundamental para el logro de los fines esenciales del Estado establecidos en la Constitución de la República

 

La educación superior es un servicio público, el Estado Venezolano tiene la responsabilidad indelegable e indeclinable de garantizar el desarrollo y calidad del sistema de educación superior, como un conjunto articulado de instituciones y programas; procurar los recursos necesarios para su funcionamiento y velar por el cabal cumplimiento de sus procesos, orientaciones y principios en correspondencia con el interés nacional.

 

Frente a todas estas apreciaciones de carácter general el sistema de educación superior en el periodo 2000-2019 ha sido desvirtuado y se ha caracterizado por el éxodo masivo de estudiantes que salieron del sistema incluyendo la merma de profesores los cuales integraron una diáspora hacia todas partes del mundo buscando nuevas oportunidades frente a la debacle del sistema, del deterioro de la democracia en el país, por la incidencia socio  ecomica  del modelo de gobierno instrumentado por el  régimen que ha sido desplazado,.

 

El sistema se desvirtuó en su estructura democrática al violar sistemáticamente la autonomía universitaria, prohibir el régimen el sistema de elecciones de sus autoridades perdiendo los derechos establecidos en la Ley de Universidades, sometiéndola a un control perverso, no solo financiero, sino de control político. Adicionalmente crearon un sistema gremial paralelo a las instituciones y crearon gran cantidad de universidades, institutos de formación superior y aldeas universitarias que han hipertrofiado totalmente el sistema provocando un impacto formidable en la calidad de la educación, generando como consecuencia un sistema improvisado, el cual permitió incorporar la ideología socialista a los esquemas de las instituciones creadas y. finalmente graduando a más de dos millones de personas sin la debida calidad creando un significativo problema de competencia profesional que pervierte las estructuras gerenciales del país sustituyéndolas por la incompetencia, la ausencia de valores y el sectarismo que han conducido al país a una autentica  debacle.

 

Vale la pena destacar como el régimen pregonó el supuesto desarrollo universitario a través de nuevas universidades bolivarianas, la misión Sucre y las aldeas universitarias que se crearon de manera totalmente improvisada de manera ejecutiva saltándose toda la estructura reglamentaria en el país.

 

"Un millón 200 mil personas han pasado por el programa universitario Misión Sucre desde su creación hace 15 años, en este lapso de tiempo 500 mil venezolanos lograron graduarse como profesionales,  La meta de graduados se alcanzó con una fórmula territorial que permit a las personas cursar estudios sin abandonar su lugar de origen.


La Misión Sucre cuenta con un total de 1.670 aldeas universitarias, ambientes de clases que son creados        con        apoyos        de        otras        instituciones        públicas        la        importante Desde la fundación de proyecto se crearon programas especializados de medicina integral, enfermería, culturales y arsticos que ahora están en manos de la Universidad de la Ciencias de la Salud y Universidad de las Artes"

 

.Compromisos de la educación superior para la Reconstrucción Nacional

 

La educación superior es un factor estratégico para la reconstrucción nacional, social, consolidación de la democracia, de la soberanía nacional y de una sociedad mejor. De tal manera que la educación superior debe estar basada en principios que permitan mantener su carácter Público; Plural Diversificada e Intercultural, de Calidad; de Pensamiento Crítico y Creativo; de Equidad y Justicia Social; Pertinencia; Formación Integral; Educación a lo largo de toda la vida; Autonomía; Equidad Territorial; Articulación, Cooperación Nacional e Internacional y Transdisciplinariedad. y debe brindar a los estudiantes experiencias educativas orientadas a su formación como personas, como profesionales y como ciudadanos.

 

En particular, la educación superior deberá adaptar sus  capacidades para la generación y aplicación de tecnologías de información y comunicación que permitan el acceso a la formación y la información, abierto a las comunidades acamicas y a toda la población, así como el desarrollo de la educación a distancia, semi-presencial o asistida, con apoyo de estas tecnologías, en provecho de facilitar el acceso a una educación superior de calidad especialmente para los sectores de la población que habitan en lugares alejados de los centros urbanos y para fortalecer la relación permanente que debe existir entre la educación y el trabajo.

 

Es necesario    restablecer la autonomía universitaria como requisito para el ejercicio auténtico de la libertad académica y el desarrollo cabal de los procesos fundamentales de las instituciones de educación superior1. La autonomía consiste en el grado de autogobierno, ejercido por las comunidades universitarias, necesario para que las instituciones de educación superior adopten decisiones compartidas respecto de sus tareas académicas, normas, actividades administrativas y afines, dentro del marco judico venezolano y en armonía con sus responsabilidades públicas, el respeto de las libertades académicas y los derechos humanos2. La autonomía se expresa en el establecimiento de mecanismos democráticos de participación de las comunidades universitarias y está dirigida a garantizar, en los distintos aspectos de la actividad universitaria, el predominio de los criterios acamicos y de pertinencia social sobre criterios de carácter personal, grupal o político.

 

La autonomía implica un ejercicio institucional responsable y democrático, en el sentido que comporta el deber de responder ante el Estado y ante la sociedad por las acciones que las instituciones realizan en el cumplimiento de su misión.

 

Equidad territorial

 

El Estado y el Sistema Nacional de Educación Superior velarán por la expansión de los beneficios de la educación superior a todo el territorio nacional, sus estados, municipios y localidades, facilitando el acceso a programas de formación, creación intelectual y vinculación social adecuados a las caractesticas, vocaciones, potencialidades y necesidades culturales, económicas, sociales y ambientales de los ámbitos locales y

 

1 Ley de Universidades.

2 Se sigue aquí el texto del artículo 17 de la Recomendación Relativa a la Condición del Personal

Docente de la Enseñanza Superior. UNESCO (1997)


regionales, sin desmedro del papel que corresponde a la educación superior como vínculo con contextos más amplios.

 

La educación superior se configura como un sistema que articula las instituciones y programas que la conforman, sin desmedro de su especificidad institucional y la diversidad de sus vocaciones. La articulación implica una acción en redes que garantice la construcción de vínculos y flujos de comunicación e información entre las instituciones y programas  y  entre  éstos  y  el  conjunto  de  la  sociedad;  el  diseño  y  realización  de programas  conjuntos  en  los  ámbitos  de  formación,  creación  intelectual  y  vinculación social; el desarrollo y aprovechamiento de recursos en forma compartida y la coordinación entre los servicios de todo tipo que brindan las instituciones de educación superior, el establecimiento de servicios comunes y la vinculación de éstos con los prestados por otros sectores de la sociedad; la movilidad de estudiantes y profesores entre distintas instituciones, en provecho del enriquecimiento de experiencias formativas, así como del incremento de las posibilidades de prosecución de estudios y la generación de oportunidades para la formación a lo largo de toda la vida y, la incorporación de mecanismos de participación de la ciudadanía en las decisiones sobre las nuevas formas organizativas de la educación superior, en los ámbitos: nacional, estatal y municipal.

 

El Sistema Nacional de Educación Superior es un sistema abierto y conformado por subsistemas también abiertos como lo son: las instituciones de educación superior, su organización en redes diversas, los subsistemas regionales y los subsistemas nacionales.

 

 

Subsistemas Regionales

 

Los  Subsistemas Regionales de Educación Superior como subconjuntos  del Sistema Nacional de Educación Superior comparten sus caractesticas y propósitos   dirigidos a garantizar la vinculación de la Educación Superior con las necesidades, expectativas y vocaciones de los territorios sociales, favorecer la cercanía de los servicios educativos a las localidades y desarrollar el principio de equidad territorial con especial énfasis en facilitar la integración de programas acamicos entre las distintas instituciones, la utilización compartida de recursos y servicios, la movilidad estudiantil y profesoral entre las instituciones y la creación de programas conjuntos en el ámbito regional.


Programas operativos

 

.

 

La proliferación de universidades a lo largo y ancho del territorio que consiste actualmente en más de trescientas universidades y más de 1500 aldeas universitarias, sin contar los centros de formación profesional   han determinado la fragmentación presupuestaria, la insuficiencia de recursos, la creciente burocratización de las organizaciones, duplicación de organizaciones educativas concentradas en las ciudades más grandes del país, en uso compartido de los escasos recursos docentes, ecmicos y de investigación, por ello ese equipo debe evaluar no solo las estructuras universitarias, debe evaluar los recursos humanos, los planes ecdémicos y de investigación, los procesos de formación necesarios y el gasto publico invertido y su eficiencia ecomica social,.

 

Por tal motivo, es hora de hacer decisiones con el nuevo gobierno fundamentalmente orientada a producir decretos ejecutivos de integración regional, de crear un sistema de educación universitaria territorial, y la integración de las universidades de cada entidad o estado, definir el papel de las Universidades experimentales dentro de la territorialidad y


definir el papel de los procesos de postgrado e investigación de las universidades autónomas y su carácter nacional, vital todo ello para contribuir con la reconstrucción de país.

 

Por todas esas razones de proponer conformar un equipo de profesionales y expertos educativos universitarios y de políticas públicas en materia de educación superior a fin de evaluar la estructura integral del sistema que facilite coadyuvar a mejorar significativamente el sistema de educación superior en balance con los planes nacionales, los requerimientos de la sociedad nacional e internacional, por ello sugerimos:

 

1.  Evaluar el sistema de educación superior e inicie un proceso de auto evaluación y evaluación de la ES.

 

2.  Que defina los lineamientos organizacionales, presupuestarios y de metas a cumplir dentro del Plan País y defina un plan Nacional de Educación Superior como un instrumento estratégico para la articulación, coordinación y orientación del Sistema Nacional de Educación Superior, el cual establecerá las políticas nacionales y neas de acción que permita estimar los recursos necesarios para su ejecución.

 

3.  Que desarrolle un programa de formación complementaria a los egresados de instituciones universitarias que no cumplen con los estándares académicos y de competencia profesional

 

4.  Que   defina   urgentemente   los   decretos   ley   para   reorganizar   el   sistema universitario dentro de un enfoque nacional, regional y estadal que cumpla las metas en correspondencia con el plan de desarrollo nacional

 

5.  Que defina los alcances conceptuales para elaborar las nuevas funciones del ejecutivo en materia universitaria

 

6.  Que estructure las bases para proponer un proyecto de Ley de Educación Superior en el país

 

 

Entendemos que el sistema universitario actual, especialmente las universidades autónomas, experimentales y privadas puedan coadyuvar a acometer un   trabajo de envergadura, ello es necesario, pero el objetivo final es definir una política de Gobierno razón por la cual la iniciativa corresponde a la Asamblea Nacional, apoyada por conocedores del sistema y de las universidades mencionadas. Esta  propuesta es de urgente definición razón por la cual ofrezco mi competencia como consultor ad hoc en la materia y mi experiencia sobre estos temas, pero mucho más allá, como activista opositor sistemático y analista en materia electoral que denuncio por os el fraude electoral el cual concluyo con la sentencia de anular el sistema electoral venezolano por parte del TSJL   y de oposición a un régimen que destruyó el sistema universitario componente fundamental para el desarrollo de un país como el nuestro

 

 

 

Dr. Genaro Mosquera Castellanos

Profesor Titular, UCV

Ex Vicerrector Administrativo, Ex Pte. Fundación UCV Ex rector UGMA

Ex Presidente Universidad del Caribe Panamá

Director Benjamin Franklin School of Government.