Oscuro panorama
El proceso político venezolano continúa
perturbado y lleno de incertidumbre como consecuencia de las acciones del
régimen, incluyendo a la oposición oficial. Sus planes estratégicos continúan desarrollándose
sin cambios, profundizando cada vez más las actividades planeadas afianzando el
esquema del comunismo en plena fase de instalación y desarrollo en todas las esferas
nacionales claro está, concatenadas con las directrices cubanas como ente mentor
y táctico de los procesos internos y su vinculación con los países de América
Latina en una acción envolvente cuya meta es la construcción de la “patria
grande”, e imponer, las estrategias del socialismo y luego, profundizar el
proceso de maduración hacia el estado comunista.
Todo este esquema complejo en su funcionamiento,
ha permeado hacia el hombre común de nuestro entorno, se ha extendido como un
proceso regional-global paulatinamente, ganando terreno sin tener demasiada
resistencia institucional y, mucho menos, de la población que sigue actuando con
ligeras excepciones contra la crisis y lo que se nos viene encima, mayor
control social, político y militar, y por supuesto, sojuzgando la libertad y
los derechos democráticos de los pueblos. Todos entendemos que los procesos
políticos de las últimas décadas, desarrolladas en esta parte del mundo,
obviamente sin generalizar, se inscriben dentro de una compleja red
organizacional que se hace cada vez más transcomplejas, donde las
organizaciones del poder actúan en una acción igualmente compleja de difícil tejido
y mucho más difícil, desenhebrar.
Ante hechos tan evidentes y de impacto
directo en el pensamiento democrático y en los efectos y consecuencias de las últimas
terribles décadas, signadas por el hambre, la ausencia de ingresos, pérdidas de
empresas y empleos, se ha estimulado el emprendimiento marginal y con ella, la
desesperanza. Probablemente, sin entrar en las disquisiciones del comportamiento
humano, bien lejos de la completa comprensión a
nuestro alcance, parecen inducir una abulia permanente que desemboca en el
facilitamiento del control esclavizante, el cual se potencia sistemáticamente incluyendo
el poder de los dirigentes del movimiento político comunista el cual avanza no
solo en Venezuela, sino de país a país
de manera sistemática e inmisericorde, apoyado en la herramienta oportunista de
los sistemas electorales; en realidad, no como procesos democráticos, sino como
armas de quinta generación, instrumento que descubrieron para que través de los
mecanismos condicionados de manera fraudulenta vayan avanzando en el tejido
social a través de la propaganda y el reclutamiento, diseñados para dar la
impresión que actúan a derecho dentro del ambiente democrático con una
apariencia de legalidad.
El entorno señalado nos está condicionando
y, se ve a plena luz, al cual nos vamos acostumbrando, pasan los años y las
nuevas generaciones vienen impregnadas de conductas modeladas, con desparpajo,
no obedecen leyes ni reglamentos, desconocen los aspectos constitucionales, son
objeto de las muletillas sembradas por la propaganda política, son díscolos, desprecian
e ignoran la legalidad, se integran al sistema quien protege su marginalidad,
los arma, e incorpora a sus nóminas por servicios inútiles.
Como un proceso inductivo, una significativa mayoría de la población se comporta de manera
irregular al margen del sistema legal, y no cabe la menor duda que contribuye
con la descomposición y caos social acompañados de rasgos emocionales tales
como : la venganza, el odio, la delincuencia, la especulación y el buen vivir a
costilla de otros, todo de manera natural, pero lo más grave de esta vulgar interpretación,
se refiere a que un segmento de lo que fue la clase media generalmente culta,
ante las circunstancias, también se adapta y sobrevive con los mismas
actuaciones de la generalidad, contribuyendo a potenciar la indiferencia,
aprovechamiento del prójimo, y otras perlas de la conducta humana que son efectivas
para sobrevivir en un país sin ley,
Considerando estas apreciaciones subjetivas
pero sentidas, el venezolano común comienza a insertarse modularmente en una
nueva sociedad, es el “nuevo hombre” como dice el eslogan marxista; no lo sé,
pero en todo caso, la conducta social deja mucho que desear y que, ante la
brutalidad del régimen, la descarada entrega de soberanía, y el ejercicio del
poder armado como elemento represivo, la población entró en condición de
apatía, y cualquier iniciativa de cambio es desestimada y apagada.
Los estímulos para la diatriba comienzan y se
desvanecen con facilidad por indiferencia o conveniencia, en fin, se hacen
inefectivas a la opción de cambio político, incluso de rebeldía o de protesta.
Ante tal estado de cosas toda acción se diluye dejando que el régimen invada
como moléculas disgregantes a la sociedad. El régimen se consolida en el poder
y se hace parte de un componente que con iguales características se activa en
varios países latinoamericanos, afianzan el poder del progresismo global o
comunismo en tierra americana signadas con todas las implicaciones prácticas
que ello conlleva y que determinan la sumisión completa de la población a un
estilo de vida que se nos impone. Por efectos directos, se producen migraciones
que a donde se vaya casi inevitablemente se va a encontrar con el mismo
ambiente y mucho control social. En otras palabras, la migración no ofrece los
que las personas quieren como son los deseos de libertad, trabajo y calidad de
vida los cuales se perderán con la intromisión de poderes comunistas en pleno
desarrollo y observamos con preocupación como caen regularmente gobiernos
democráticos. Los que proponen visiones democráticas son atacados, derrotados,
maltratados, apresados o acusados y finalmente, sucumben a la estrategia del
poder local o global.
Se cierne sobre el continente un oscuro panorama
producto de tormentas que hace más de medio siglo tuvieron su génesis en el
Caribe, pasó por Centroamérica dejando destrucción y muerte, se potenció en
Venezuela donde una gran nube gris se irradia al sur de Latinoamérica con amenazas
catastróficas sin poder ser detenida por medios convencionales. Teniendo claro
la amenaza en ciernes, unida a los sacrificios que se generan, es lamentable
que no haya reacción democrática para contrarrestar ese oscuro panorama. No hay
reacciones, todo se centra en un comportamiento basado en principios legales
democráticos de los cuales se burlan los
poderes, pero por el contrario, inducen movimientos radicales, destructivos de fanáticos, oportunistas y tarifados, que con
la bandera socialista o comunista, y tesis de nuevo cuño como son: la raza, el
aborto, la promiscuidad, etc., se adueñan de las calles, sindicatos,, y
comunidades, se vinculan con el crimen organizado, el narcotráfico bajo el ala
protectora del régimen para proteger su gobernanza ilícita incluyendo al poder
electoral en su maniobra fraudulenta para aparentar ser un país democrático,
respetuoso de la ley y el orden
De esta reflexión surge la interrogante de
como intelectuales o políticos de nueva o vieja generación, con alguna
proyección, potenciada por sus actuaciones y magnificada por los medios, se
escudan en sus narrativas y justificaciones, muchas de ellas negociadas, donde
el primer factor, es la participación en
elecciones por la vía que sea y participar de la torta oficial. Defienden con
disimulo el discurso del sistema democrático con argumentos que pretenden ser
contundentes pero que son ilícitos. Usan
como argumentos: derechos constitucionales y legales derivados de la misma, y
otros instrumentos, para caer en las contradicciones de ir a un proceso
electoral evidentemente soportado por instituciones usurpadas, en consecuencia,
ilegales, y usan información de todo orden, para defender sus puntos de vista, y
caen en la contradicción de ir a procesos ilícitos haciéndose los locos ante las
evidencias complicidad. En otras palabras, defienden las leyes a rajatabla,
estimulan acciones electorales y se prestan para que el régimen valide sus
posiciones y no solo logre la legitimidad perdida y sentenciada, sino que, se
hacen parte de él como cómplices para sobrevivir con el razonamiento que es la
mejor forma de lucha democrática, de unión, paz y cultura, sin apostar un centímetro
de su pálida piel.
Comienza a tomar forma la idea de cómo los
regímenes antidemocráticos soportados por los lineamientos de la afiebrada
mente de intelectuales de extrema izquierda agrupados en organizaciones
financiadas por el crimen organizado impongan líneas de conducta, planes y
programas para el apoderamiento de un país y, transformarlo usando la fórmula de
buscar la “democracia con visión progresista global.” La población que sufre las
consecuencias de sus artimañas, comienza a apoyarlos y lentamente se focalizan
en la resultante de un comportamiento oportunista, incluso participan votando
mayoritariamente por sus peones. alejándose de los mecanismos de elecciones
democráticas.
Se pierde la partida democrática inducida
por el poder y de las tácticas electorales, nueva arma para lograr como sea sus
objetivos. La población dispone cada vez mas de un perfil de acomodo con la
excusa de sobrevivir y trabajar para vivir. Grupos importantes están marcados
por lo general de ausencia de escolaridad y cultura; llevan en la mente el
rancho y reclaman su parte de poder con argumentos comunales y de asociación
con el partido único para fortalecer el facilismo y arrimarse al eterno pagador
y dispensador de servicios aparentemente gratis del régimen.
Uno de los planes del régimen es
proporcionar educación igualitaria, con objetivos de sublimación, estimulando la
ausencia de competencias técnicas, o profesionales las cuales determinan que a
mediano plazo la marginalidad sea la continuidad para la preservación del
poder, y de cierta manera acompañados de
una oposición cohabitante dentro de un cuadro creado para simular licitud
republicana. Gran farsa que hace ver que la nube gris dejará caer un inmenso
aguacero que puede durar mucho tiempo, pero como todos sabemos, llueve y
escampa, y el buen tiempo hará renacer la primavera de un país sujeto al
capricho de sus peores dirigentes. Sin embargo, no se puede desmayar en la
denuncia, oposición drástica a ser esclavos del comunismo o instrumento de la
compleja red organizativa de gobiernos y sus ductores, los cuales en sus grandes
despachos pretender imponer y manejar la gobernanza a favor de sus miserables y
corruptos intereses.
De una forma u otra, la mayoría de la
población debe entender las limitaciones impuestas y con su poder de cambio luchar o abstenerse del facilismo del estado.
Deben ser actualizados para comprender la visión patriótica y democrática, y
muy especialmente, sacudirlos del falso mensaje igualitario de que el estado es
el proveedor de todo y repartidor de bienes y servicios. La fórmula eterna es
vivir con trabajo digno y ético, en un entorno democrático que proteja sus
derechos y la convicción de resistirse a la perdida de la ciudadanía y
soberanía, las cuales han sido entregadas a terceros por funcionarios
inescrupulosos que se instalaron como bárbaros en un país que fue dotado de
tantas ventajas y que necesita ser rescatado de sus secuestradores.
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