SE BUSCAN AUTORIDADES UNIVERSITARIAS
Genaro Mosquera
Después de mucho tiempo el Consejo Universitario de la Universidad
Central de Venezuela aprobó un reglamento transitorio para normar la elección
de las autoridades universitarias y representantes profesorales. Ese
instrumento sustituye de manera provisional al reglamento electoral interno de
la universidad y, obedece a un supuesto acuerdo con el régimen quien hasta
ahora se ha opuesto a dichas elecciones usando como argumento el
condicionamiento que al respecto emitió el Tribunal Supremo de Justicia; ese argumento ha sido esgrimido por las
autoridades de todas las universidades públicas para no convocar a elecciones
lo cual les ha permitido permanecer en sus cargos por más de diez años a sus
periodos legales establecidos en la Ley
de Universidades que son de cuatro años. En ese sentido, cómodamente no
hicieron ningún esfuerzo sobre el particular a pesar que muchos de los
representantes a los órganos directivos renunciaron, o dejaron responsablemente
el cargo, a tal efecto fueron sustituidos por encargados de manera provisoria
de dudoso procedimiento para su designación.
Ahora, se plantea a través de una negociación aproximarse a
los deseos electorales del régimen de incorporar al claustro a egresados,
empleados y obreros mediante una fórmula de representación sugerida por la
universidad de un cinco y diez por ciento del registro electoral en el mismo
orden en que fueron mencionados. Todo indica que sobre las bases de dicho acuerdo
se hará la elección de las autoridades universitarias de manera perentoria, por
tanto, se buscan candidatos para elegir los cargos respectivos.
Todo indica que finalmente se sustituirán a las actuales
autoridades universitarias cuya inactividad ha sido evidente, cansados y
colaboradores del régimen, quienes en general
no han defendido con vigor la
autonomía universitaria y no han ido más
allá de un discurso conciliatorio y
colaboracionista que ha facilitado la intervención administrativa paulatina de
las universidades, de sus espacios y del control administrativo, permitiendo
con este último convertir al capital humano en trabajadores universitarios cuya nómina
pasó directamente a la estructura
gubernamental desapareciendo de paso los
derechos laborales y ejerciendo una política de hambre producto de los
miseros sueldos y salarios con el consiguiente desprecio hacia la seguridad social, elementos que apoyados en
un conjunto de reglamentos y normativas sujetan la actividad académica la cual
ha sido impuesta para hacerlas coincidir con sus esquemas ideológicos.
Dentro de ese entorno permisivo hay una serie de hechos
irregulares en el proceso electoral en marcha que contaminan las iniciativas,
por ejemplo, para la elección de representantes de los egresados todos aquellos
que tenemos más de cincuenta años de graduados fuimos sacados del registro
electoral; igualmente, miles de egresados no aparecieron en el padrón
electoral. Todo ello generó suspicacias que frustraron los deseos de
participación y han puesto en duda la calidad del registro. Llama también la
atención la manera como se integraron las planchas que fueron ajustadas a
intereses internos e intervención de los partidos políticos los cuales
integraron sus planchas al viejo estilo del poderoso dedo y dejó ver la intención
oculta de tener apoyo e influencia en los cuerpos deliberantes de la
universidad con propósitos no precisamente académicos, aunque se diga lo contrario,
sino más bien el de fortalecer las líneas políticas particulares en los órganos
deliberantes.
En el caso de la participación en el proceso electoral
universitario de los empleados y obreros está por verse cómo van a elegir la proporción
acordada de sus representantes: ¿será a dedo, primarias o listas? ojalá sea aleatoriamente
y sin palancas interesadas o comprometidas.
Todos los designados electos de los diferentes sectores
formarán parte del Claustro Universitario y les permitirán ejercer el derecho
de elegir a las autoridades universitarias, claro está, todo depende de la
calidad del registro el cual debe ser revisado cuidadosamente para evitar que
el mismo esté viciado, hipertrofiado o simplemente no tenga la calidad adecuada
y sea sometida claramente a una exhaustiva revisión, especialmente tomando en
cuenta la enorme cantidad de profesores y estudiantes que se fueron del país y
que todavía están en el registro, incluso permanecen en la nómina.
Con las premisas anotadas anteriormente, se buscan
candidatos para sustituir a las autoridades universitarias cuyo desempeño
excede a los catorce años y no deja de ser extraño que algunos de ellos aspiren
a continuar en cargos superiores. Igualmente, por parte del régimen toda su estrategia
ha sido desplegada basada en dádivas e inversiones extemporáneas, y en un
maquillaje de la infraestructura para facilitar que ex ministros y miembros del
partido oficial aspiren a participar con ventaja y solo esperan que el jefe
mayor autorice su candidatura.
Por otro lado, un grupo importante de académicos agrupados
en núcleos opositores no se ponen de acuerdo, e incluso no acuden a
convocatorias a reuniones unitarias para tal propósito electoral y, prefieren
actuar de manera independiente basados en sus propias condiciones imitando
lamentablemente la dispersión de la mal llamada oposición nacional.
Se buscan candidatos a autoridades que más allá del alcance
del reglamento cumplan con las condiciones adecuadas, haciendo abstracción que
dicho reglamento electoral filtra a muchos aspirantes puesto que se norma que:
tengan las condiciones académicas lógicas y naturales, pero restringiendo toda
candidatura al de “haber ejercido funciones docentes y de investigacion durante
los últimos cinco años”. En otras palabras, miembros del claustro que no tengan
esa condición no pueden aspirar a medirse, incluyendo a autoridades en
ejercicio que por más de catorce años no han dado ni una clase, y mucho menos
haber hecho investigacion y consecuencialmente ni siguiera han escrito un texto
universitario.
Tomando en consideración todos estos aspectos, el aspirante
a las candidaturas para ejercer cargos universitarios en medio de la
intervención generalizada de la universidad por parte del régimen deben tener
no solo las credenciales adecuadas y, cumplir la norma reglamentaria, sino
otras que son muy importantes tales como valores éticos y morales, no vaya a
pasar como aquellos rectores que han sido señalados como pedófilos, de conducta
licenciosa o incluso homicidas.
Es imprescindible tener un perfil universitario que permita
desarrollar sus responsabilidades con espíritu de lucha, centrada en la
libertad social, política y académica, dentro de un enfoque muy claro para
llevar a cabo la reforma institucional universitaria, oponerse a las acciones
intervencionistas del régimen, en la denuncia de una gobernanza que ha
conducido al desastre de los últimos años; que revise íntegralmente la
estructura curricular, carreras profesionales y proyectos de investigación y, más concretamente, que ponga
todo su esfuerzo en el cambio del modelo universitario y político actual cuya condición
es imprescindible para el desarrollo de
la sociedad, la educacion, y, que
decisivamente recupere el espíritu
universitario como defensa y ofensiva ante la política anti autonómica del
régimen y regrese la gestión
administrativa al control de su institución.
Si los candidatos no cumplen ese perfil y no asumen el
compromiso de dirigir a una universidad verdaderamente autónoma, con la debida
proyección académica, inducción al cambio y de transformación universitaria es
mejor que no pierdan el tiempo o se convertirán en una réplica continuista de
las autoridades actuales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario