De lo exógeno a
lo endógeno
Genaro
Mosquera:
En un
intercambio de ideas sobre el ejercicio de la reflexión política, un
conocido miembro de la comunidad internacional sostenía, que es lamentable que
la dirigencia que así mismo se llaman líderes políticos tengan una capacidad de
análisis más bien limitada, no como consecuencia de su experiencia, o
formación, sino más bien, por mirar a su entorno endógeno como referencia, y en
consecuencia, pierden la visión general ,y por lo tanto, sus acciones, más bien
parroquiales dejan de tener efectividad en sus planteamientos operacionales. La
visión se amplifica con el entorno exógeno, visto como análisis del
comportamiento global, pero restringido a un dominio en particular
regionalmente hablado contribuye a explicar por lo general los compartimentos
políticos internos, entre ellos, los planes de dominación del régimen
venezolano, la dependencia cubana y sus relaciones internacionales con los
triada del mal, representada por rusos, chinos y el islán cuyos objetivos de
explotación son bien conocidos, no solo desde el punto de vista económico – financiero
y sus relaciones con operadores del crimen internacional.
Esta reflexión surge
como consecuencia de la necesaria actualización de las directrices de lo que
ahora se llama movimiento progresista, mutación del llamado globalismo que no
son más que juegos semánticos y de mercadeo político para imponer líneas de
conductas e introducir un nuevo orden mundial, por cierto, en manos del gran
poder de multinacionales, especialmente de las grandes empresas del
sector cibernético que incluso, imponen gobiernos, formas de conducta y
dependencia, en una estrategia totalmente posmoderna, muy alejada de la pueril
discusión de los extremos políticos tradicionales.
Si se examinan con
cuidado los planes del grupo de Puebla, instrumento mejorado de las estrategias
del Foro de Sao Pablo conseguimos una ruta de acción dentro del cual se nutre
el régimen venezolano, manejado por extranjeros, cuyo compartimento es imponer
el aprovechamiento particular y usan como una máscara la imposición del
socialismo.
Desde hace ya años,
la dictadura usufructúa el poder usurpador usando el arma del poder electoral
fraudulento, y actúa como diapasón en el concierto latinoamericano, basta
observar lo que está pasando en Bolivia, Ecuador, Perú, Brasil, Honduras,
Colombia y Argentina. Los presuntuosos movimientos “populares” en contra de las
políticas internas no son casualidad, sino derivadas de un plan
estratégico que tiene su director de orquesta en la Habana, e irradia sus
directrices hacia el continente para intentar recuperarse de los reveses
políticos democráticos en varios países de la región.
En la presencia
activa y masiva de partidos de la extrema izquierda se destacan
doce organizaciones en Argentina e igual cantidad de Chile, siete de Brasil,
ocho de Colombia, Ecuador y Paraguay respectivamente, diez en Perú y trece en
Uruguay que unidas a la representación de otros países tales como México y
Venezuela son la flor y nata del extremismo de esta parte del mundo cuyo
objetivo es imponer una línea de conducta global, abundantemente financiada por
los gobiernos títeres, los dineros de la corrupción y del narcotráfico a gran
escala continuando con la estrategia del crimen global organizado orientado a
controlar gobiernos y toda su estructura socio económica intentando extenderse
como una gran epidemia a pueblos enteros sometiéndolos al control social sin
consideración alguna al margen de la democracia, de los derechos humanos y de
la supervivencia de los pueblos.
Como estrategia
comunicacional, esos grupos usan el lenguaje inspirado en la doctrina y
lineamientos de la ONU, y de otros organismos internacionales copiando los
elementos democráticos, lucha por la libertad, la educación y los derechos
humanos, toman esos lineamientos como argumento para publicitar sus
declaraciones públicas, sobre la base del engaño, manipulación de la opinión
pública y desarrollo de programas masivos con información falsa que no
solamente intenta convencer sin miedo de mentir descaradamente apoyados en
información falsa facilitando el esquema de como mentir con estadísticas pre
elaborados en los escritorios de sus acólitos.
La política
comunicacional viene destacando que frente a la “multifacética
ofensiva reaccionaria del imperialismo estadounidense y de la derecha
oligárquica aliada al gran capital desagregado desde los Estados Unidos de
Norteamérica han demostrado que no se puede subestimar dicha ofensiva ya que
está dando muestras de eficacia por parte del imperio, por lo que no se puede
subestimar es la disputa ideológica centrada en la opinión pública de
contrarrestar la supuesta inviabilidad del socialismo”.
Argumentan que “los
gobiernos neo liberales conducen acciones que llevan al desprecio de los
pueblos expresado por el maltrato xenofóbico a los que huyen de sus países
expoliando el odio a los nacionales cuyo éxodo los lleva por diferentes países
sin dejar de mencionar a venezolanos, y a los mexicanos, guatemaltecos y
nicaragüenses que intentan llegar a territorio norteamericano”. Adoban este planteamiento centrando en la propaganda. Dedican parte
de esa estrategia a denunciar que los gobiernos someten y persiguen a
musulmanes y al islamismo, en otras palabras, echan la culpa no a los gobiernos
socialistas sino al imperio como táctica informativa a través de su amplia red
de comunicación. Por supuesto, hacen abstracción del efecto que producen sus
acciones cuando manejan un gobierno que provocan la escasez, pérdida de calidad
de vida, ausencia de servicios públicos y el gran efecto de la igualdad social
en las remuneraciones al trabajo al igualar por debajo los ingresos, el
desprecio por los opositores que consideran enemigos y que tienen que emigrar
generando una real calamidad por los efectos de las migraciones masivas.
Sobre la base de una
estrategia operativa para Latinoamérica y el Caribe, especialmente para
Venezuela, expresan que: “con
todas las fuerzas y recursos tienen que retomar las iniciativas político
militar con más vigor y eficacia” para enfrentar las políticas
internas que a su juicio están sustentados con el argumento que: “la
derecha ahonda en la concentración de la propiedad, del poder y la riqueza
enarbolando propuestas antiliberales”.
Como un corolario
derivado del análisis de lo externo hacia lo interno en Venezuela, las
directrices generales del movimiento “progress” se traducen en una acción del
régimen en la violación de los derechos fundamentales, la reducción
de la fuerza inteligente, de apropiación total de las instituciones públicas,
la desaparición de la actividad y el emprendimiento privado, todo dentro de una
estrategia de expropiación de los sectores comerciales e industriales en un
abierto chantaje que obliga al colaboracionismo o a la desaparición de las
pocas actividades sobrevivientes.
Toda acción es
planeada y dirigida desde la Habana, el régimen ha avanzado sistemáticamente,
apoderándose del sector productivo favoreciendo a sus aliados para el consumo
de sus bienes, el mejor ejemplo son las vacunas contra el virus chino con el
monopolio de las vacunas rusas o chinas, por cierto, insuficientes,
especulativas, e inalcanzables provocando destrucción y muerte sin
consideración de tipo alguno.
Todas las
organizaciones institucionales se han estatizado e ideologizado, pretenden
afinar sus acciones mediante elecciones fraudulentas de gobernadores y alcaldes
estimulando o chantajeando a los partidos de la oposición que han puesto sus
divisas en personas bajo su control, la vapuleada Asamblea Nacional electa en
2015 es una caricatura cuyo efecto espejo los desplazó, y como si fuera poco,
el sector educativo destruido y paralizado, está sometido a todo tipo de
control y de vejámenes, sus recursos humanos mal pagados y con hambre
vienen siendo apoderados, entre ellos, la universidad venezolana, último
bastión de opiniones contrarias, que busca desesperadamente recuperar su valor
ductor en la sociedad y resiste sin entregarse.
El colofón de esa
estrategia política se perfecciona sin demasiada oposición mediante la
modificación provisional de leyes, entre ellas la Ley de Universidades para
garantizar el absoluto control, y la Ley de Comunas para terminar con la
construcción de un Estado Comunal. Destruyen el viejo esquema constitucional, y
se perfila para la aprobación del proyecto de “Ley Orgánica de Ciudades
Comunales” que revela una inconsistencia jurídica creando una nueva rama del
poder público que no está prevista en la Constitución, justificando la
construcción del “Socialismo Bolivariano”. quedando proscritos de ciudadanía
quien no quiera al socialismo, se inscriba en el Plan de la Patria, o no se
someta al pago de los sueldos y salarios por la vía oficial de la plataforma
patria. y se ajusten a la condición que impone el marxismo duro.
La Comuna establecida
como objetivo desde hace ya mucho tiempo, deberá fundamentar su existencia en
la construcción de un sistema económico propio, que le permita trascender la
lógica del capital, estableciendo un sistema de propiedad de los medios de
producción, distribución y de valores de los bienes y servicios que le son
indispensables montados sobre el proyecto de “Ley de Ciudades Comunales”
la cual desnaturaliza la organización vecinal y la convierte en oficina
electoral para aparentar democracia eligiendo un “Consejo de Gobierno” de la
ciudad, sin CNE, sin partidos políticos. Tales proyectos merecen todo el
rechazo de la sociedad venezolana,
Es hora de estimular
el rescate de la Democracia por la vía de la denuncia, la resistencia y la
ayuda Internacional, que permita salvar al país en ruinas, rescatarlo de la
delincuencia, de la corrupción generalizada, y de los depredadores políticos y
militares que buscan preservar el poder por el poder sin rubor de sus
actos. Empecemos la construcción de un movimiento de nuevos líderes,
procedentes de lo que queda en las universidades, vinculemos ese movimiento
integrado por un conjunto de personalidades que tienen la moral y ética como
bandera. Estimulemos un movimiento con la gran masa de la población aglutinada
en Federaciones de Trabajadores de la Educación, en Sindicatos de Trabajadores,
en agrupaciones y confederaciones estudiantiles, incluyendo a dirigentes de las
universidades y de los colegios, vamos a oponernos contra el estado de cosas
con fuerza avasallante. ¿Hasta cuándo toleramos esta situación?, Hagamos el
trabajo que tenemos que hacer como venezolanos si no queremos perder la
ciudadanía y obviamente, al país,
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