Genaro
Mosquera:
Los impactos de las
políticas del régimen usurpador se hacen sentir a lo largo y ancho del país,
incluyendo, las repercusiones que tienen las campañas en el exterior a favor de
los movimientos globalistas, especialmente dirigidos por connotados dirigentes de
la nueva izquierda radical. Se aprovecha el régimen de la pandemia para
fortalecer el aislamiento de la población y evitar la protesta pública. Mienten
descaradamente con el impacto de la misma en la población. Juegan al
malabarismo político usando como soporte electoral interesado a un grupo de
políticos con visión restringida que les hace el juego para intentar como
equilibristas permanecer en cargos sin funciones, pero que le garantizan su
pedazo de pastel en el festín rojo.
Ese impacto conduce a
perder la iniciativa, incluso la perspectiva situacional del venezolano común,
el cual solo trata de sobrevivir; hace malabarismos con los pocos ingresos
logrados, estira hasta donde puede los pírricos recursos haciendo trueques y
vendiendo cualquier cosa para completar. Ya casi nada le importa, ni invertir
tiempo peleando en el desierto o desandando pasos inútiles en protestas
abortadas para lograr con prioridad alimentar a la familia sin tomar en cuenta,
porque ya se olvidó de eso que llaman, calidad de vida.
La acción del régimen
de imponer la contradictoria política de igualdad social afecta a la
significativa mayoría de la población, dejando que un pequeño segmento de
ella, portadora de los recursos y poder se regodee y haga aspavientos de
su nuevoriquismo, del apoderamiento del aparato comercializador de bienes fuera
del alcance de la mayoría, de espejos y baratijas exentos de aranceles
exhibidos en negocios ostentosos, comprando cuanta organización o
infraestructura le parece atractiva en una operación gigantesca de lavado de
dinero y que ya no pueden hacer tan fácilmente en el exterior.
El efecto
complementario en la administración, alcanza a los universitarios donde una
gran proporción de docentes e investigadores han migrado cargando con sus
logros, experiencia, capacidad y títulos profesionales, obtenidos generalmente
en universidades públicas y que ahora despliegan en el exterior con relativo
éxito.
Docentes,
investigadores y profesionales abandonaron las aulas criollas por laboratorios
y centros de investigación en países que los han acogido. Gran parte de ellos,
cuya estimación no se conoce con claridad, se calcula en algo menos de la mitad
de la plantilla, muchos de ellos, solicitaron permisos no remunerados y
emigran, pero otros, ni siguiera se tomaron el tiempo para ello, simplemente se
fueron. Nadie habla de los excedentes presupuestarios que dejó la mitad de la
nómina migrante y de esos recursos nadie informa entrando en contradicción con
la narrativa de las cuentas claras. Se cuentan en cientos de miles los docentes
que dejaron guindando a la población estudiantil la cual cambio de dirección,
unos para contribuir con la supervivencia familiar, otros por actividades más
terrenales y muchos, también se fueron,
Los docentes e
investigadores que se quedaron, bastante de ellos jubilados, ven cómo se
deterioran los centros educativos, viven con gran preocupación por el impacto
de los pocos ingresos que perciben, y que ahora, el régimen intenta ingresarlo
a las nóminas oficiales centralizadas por el llamado “sistema patria” que
obliga al reclutamiento obligado, la carnetización o registro si desean
percibir los pírricos sueldos y salarios de su trabajo o pensión. También, ven
hipnotizados, como se ha perdido el sistema de seguridad social y ligan no enfermarse
porque no tienen capacidad de pago para una atención especializada, donde
incluso, mueren de mengua como consecuencia de la decidía o de la pandemia.
Algunos pocos, reciben ayuda solidaria de familiares migrantes o de personas
que han sido sensibilizadas por su estado de deterioro.
La miseria se carga a
cuestas, las motivaciones de cambio no tienen prioridad frente a la esperanza
de vida y el acomodo a nuevas realidades; pero no todos están conformes,
iniciaron desde meses la lucha por el reclamo salarial, gesto inútil porque no
se ha entendido que tal acción es política de estado, es decir, disminuirlos,
golpear sus ingresos hasta ponerlos de rodillas y transformarlos en pobres de
solemnidad, llevando a cuestas un ropaje desgastado y solo les queda el
conocimiento adquirido que se va haciendo cada vez menos actualizado.
La pluma, única arma
útil dispara frases y arengas, primero en defensa de sus ingresos, sin éxito,
luego, la denuncia por la persecución y pérdida de libertad, incluso, recuerdan
la libertad de catedra como bien precioso que se diluye, presta ayuda con
esfuerzo servicial a los ambientes educativos deteriorados. La ausencia de
estudiantes que reclaman su incorporación a las aulas no tienen el hábitat
adecuado, ni el soporte académico que ha sido destruido a propósito por los
genios del mal y los enemigos de la cultura
En ese ambiente, la
reacción va de la indiferencia al derecho de reaccionar, argumentando y
protestando mediante instrumentos legales que no son respetados; va con la mano
señalando y demostrando la ilegitimidad de origen del régimen y de las acciones
contra la educación democrática. Observan cómo se destruye el sistema, como se
hace permisiva la invasión de la delincuencia en los campos universitarios y
como la depredación invade sin límites la cual contribuye a la imposibilidad
para su recuperación por muy buena voluntad de reincorporarse a sus actividades
con una vocación admirable de servicio público.
A pesar de la visión
nublada por la realidad impuesta, surgen destellos de reacción, de dura crítica
y de involucramiento para intentar superar tanta desgracia. Contados académicos
comienzan a vencer la apatía y como células se niegan a ser invadidos por el
cáncer rojo. Invocan valores éticos y morales, buscan el apoyo de luchadores
sociales que no se rinden, a pesar de que han sido ignorados y machacados por
una oposición que se cree gobierno y en realidad, solo son complemento de un
régimen oprobioso que más allá de la ideología sirve solo de parapeto y tiene
motivación delincuencial.
A pesar de ser
ignorados y acusados, personalidades de relevancia se mueven en el espacio
social con lentitud, pero con pasos medidos van al encuentro de la academia, ya
no en busca de actualizaciones y desarrollo, van en busca de los conceptos
libertarios para llevar esperanza y acción a las mayorías montados sobre la
base de sus organizaciones gremiales, sindicatos y federaciones; buscan vencer
tanta abulia y apabullamiento con acciones radicales de cambio
Aparecen agendas y
rutas de acción, el derecho vital por preservar la ciudadanía que cada vez más
se diluye, que nos hace esclavos de intereses de países expertos en la
expoliación y el desfalco con la complicidad de los capos que intentan
gobernar. Comienza a despertar al gigante dormido de un pueblo, que está
desorganizado como consecuencia que sus propios representantes así lo
planearon, pero que, apoyados en el mensaje que amplía la lucha salarial
comienzan a abrirse al deseo de revelarse contra los esquemas del régimen
el cual ignora olímpicamente a la juventud que se ve sin educación y futuro,
pero ellos saben que existe la imperiosa necesidad de defensa de la educación
democrática y del rescate de la riqueza de un país que es entregada sin límites
a quienes nos invadieron, protegiendo al robo y la depredación amparados por
esquemas políticos basados en la mentira.
Los más circunspectos
hablan de la necesidad de unión, de dejar a un lado intereses grupales por los
nacionales, aparte de esa narrativa, esquivan cualquier acción concreta, pero
como una adivinanza que ha sido puesta al descubierto, la sociedad comienza a
privilegiar el tema de que no es posible negociar con delincuentes, están
claros que aquellos en cualquier nivel de una organización que se reúnan, y
negocien con el régimen, no solo son culpables, que violan la Constitución y
las Leyes, sino que contribuyen a la continuidad y legitimación del mismo.
Vemos con mucha
preocupación la orientación neo moderna del régimen de ir progresivamente
reduciendo a polvo a las instituciones educativas, especialmente la muy
críticas como lo son las universidades autónomas y algunas experimentales; ya
no se trata de centrar el tema en los menguados recursos asignados a las
instituciones educativas que rompen con los esquemas autonómicos de autorregulación,
sino la política de recursos humanos la cual pretende caprichosamente ser
administrada por la “plataforma patria”. Quienes por largo tiempo han reclamado
solo el aspecto presupuestario, buscan acuerdos con los despachos oficiales
para mejorar y respetar la autodeterminación económica, pero lo
hacen sobre una falsa realidad. Simplemente, soslayan que sentarse con
delincuentes a negociar cohabitan con un sistema usurpador. Es que no se dan
cuenta, apoyados en cargos que no se han renovado que todo favorece la
estrategia destructiva del régimen, haciendo abstracción de su propia
responsabilidad.
El futuro está siendo
construido, el venezolano, cualquiera sea su estirpe, no está dispuesto a
dejarse atrapar y torturar eternamente. Su reacción es y será congruente con
los principios democráticos, no va a ser reducido y ha comprendido que la
acción adecuada es la de incorporar a la protesta a los oprimidos que ya han
pagado su cuota de sufrimiento, y contribuir a expresar sus rebeldías en
acciones renovadoras. Nada es eterno en la vida, y mucho menos las
sanguijuelas que han chupado la sangre nacional con la excusa de movimientos
sociales igualitarios y que han hecho del crimen un motivo, que se han
enriquecido groseramente apoyados por una estructura pretoriana que protege el
chantaje, el control, el peaje y la coima.
¿Hasta cuando padecer
como Cristo?, o morimos por la lanza del tirano o revertimos la situación en
beneficio de nuestros congéneres y del propio país, el cual va aceleradamente
en vías de extensión para integrar lo que eufemísticamente los actores del
extremismo llaman la “Patria Grande Ya” cuya intención es meter en un saco a
toda la sociedad democrática latinoamericana y del Caribe,
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